El auge de Ozempic puede triplicar el mercado estético en cinco años

Muchas personas recurren a Ozempic buscando una solución rápida, lo que reconfigura tanto las expectativas de los pacientes como las ofertas de clínicas, consultorios y empresas de estética.

El reciente éxito del uso de Ozempic, junto a otros medicamentos para adelgazar de su clase, está reconfigurando el mercado de la estética global. 

Según un informe publicado en España por El Economista, se estima que lo que hoy representa un negocio de 608 millones de euros (valor medido en 2024) podría crecer hasta alcanzar los 1.737 millones en 2029. 

Transformación de un tratamiento médico a un fenómeno de moda

Ozempic fue desarrollado originalmente para tratar la diabetes tipo 2, por su capacidad para regular la glucemia. Sin embargo, su efecto secundario -una pérdida de peso significativa en muchos pacientes- generó un uso masivo con fines estéticos, fenómeno que hoy se expande con fuerza.

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Ese desvío desde su propósito médico hacia la estética convirtió al medicamento en una suerte de "puente" entre salud y tendencias de imagen. El interés creciente de personas que quieren perder peso y remodelar su figura impulsó la demanda, no solo del fármaco, sino también de tratamientos vinculados: cirugías plásticas, rellenos, procedimientos de contorno corporal. 

Un mercado en expansión (y en tensión)

El salto proyectado en el mercado estético no obedece únicamente a un aumento en la demanda de cirugías: también a un cambio profundo en los hábitos de consumo. Muchas personas recurren a Ozempic buscando una solución rápida, lo que reconfigura tanto las expectativas de los pacientes como las ofertas de clínicas, consultorios y empresas de estética. 

Pero esta expansión trae aparejados desafíos. Diversos especialistas advierten sobre los riesgos del uso indiscriminado del fármaco -especialmente cuando se lo considera simplemente como un "adelgazante" sin supervisión médica-, y sobre las consecuencias estéticas y de salud que pueden derivar de pérdidas bruscas de peso. 

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Por otro lado, el fenómeno reviste una dimensión cultural: la presión por alcanzar estándares corporales impulsados por redes sociales y referentes mediáticos fomenta expectativas de transformaciones físicas rápidas, lo que alimenta la demanda de tratamientos estéticos y medicamentos de este tipo. 


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