Qué impuestos podrían bajar en 2026 y cuáles deberán esperar
Economía avanza en una reforma tributaria gradual que apunta a simplificar el sistema y reducir cargas distorsivas. Especialistas advierten que las bajas deberán ser escalonadas para no comprometer la recaudación y detallan qué tributos podrían eliminarse primero.
El Gobierno dio nuevas señales sobre la reforma tributaria que busca presentar en los primeros meses de 2026. En distintos encuentros con empresarios, el ministro de Economía, Luis Caputo, anticipó que el equipo técnico trabaja en modificaciones a las escalas de Ganancias, una reducción de cargas patronales y la eliminación de gravámenes menores que puedan retirarse sin impacto relevante en la recaudación. También dejó claro que la reforma de fondo llevará tiempo y que el proceso será gradual.
La discusión vuelve a un punto central: el sistema impositivo argentino es un entramado complejo en el que se superponen tributos nacionales, provinciales y municipales, y que empresarios y contribuyentes describen como una carga excesiva. Para ordenar ese esquema, TN consultó a cuatro especialistas que coincidieron en que la simplificación deberá ser el primer paso y que cualquier modificación requiere planificación para evitar desequilibrios fiscales.
Primeros cambios posibles
Gabriela Russo, presidenta del Tribunal de Ética del Consejo Profesional de Ciencias Económicas porteño, señaló que, aunque aún no se conocen los detalles del proyecto oficial, el enfoque del Gobierno apunta a ordenar el sistema y hacerlo más eficiente. "El foco estaría puesto en la simplificación del sistema, lo que no necesariamente implica una baja en la recaudación, sino que busca que la liquidación y gestión de los impuestos sea más ágil y aproveche los avances tecnológicos", definió.
Pablo Belaich, socio de EY, coincidió en el diagnóstico pero advirtió sobre los riesgos del proceso. "La reducción de impuestos puede alentar el consumo, pero si no impacta rápido, pone en aprietos al Gobierno porque reduce la recaudación y eso presiona el gasto público", sostuvo.
En base a los indicios que dejó Caputo, los tributaristas estiman que las primeras modificaciones podrían alcanzar a impuestos con escasa relevancia fiscal, pero que engrosan la maraña de obligaciones. Los cambios centrales -como la reconfiguración del IVA, la discusión de la coparticipación o la revisión del régimen de Autónomos- quedarían para una segunda etapa.
Sebastián Domínguez, CEO de SDC Asesores Tributarios, planteó que existe margen para eliminar gravámenes "sin efecto de caja significativo". Entre ellos enumeró la contribución especial sobre el capital de cooperativas; el impuesto a la energía eléctrica; al transporte internacional de pasajeros; a espectáculos cinematográficos, servicios audiovisuales, vehículos, embarcaciones, productos electrónicos, seguros y telefonía celular y satelital.
Domínguez remarcó además la necesidad de avanzar con cautela: "Las bajas de impuestos deben ser paulatinas. Si bien en el mediano plazo pueden generar más recaudación, en el inmediato generan una baja. Argentina no puede entrar en déficit fiscal, así que los ajustes deben ir de la mano del crecimiento de la recaudación".
Javier Fuentes, gerente de impuestos de PGK Consultores, centró su análisis en los tributos considerados distorsivos, que representan el 14% de la recaudación. Entre ellos mencionó los internos unificados, el impuesto al cheque, combustibles, Monotributo y Bienes Personales. "Estos impuestos inciden en el costo de los productos, restan capacidad financiera a las empresas y obligan a destinar más recursos a cumplir con las obligaciones. Se podrían retirar del mercado sin que se note su ausencia, aunque habría que medir su impacto en los precios", explicó.
El 86% de la recaudación nacional está explicada por el Impuesto a las Ganancias, el IVA, las retenciones y la seguridad social. (Fuente: PGK Consultores)
IVA, Ingresos Brutos y la discusión federal
Para los especialistas, la reforma tributaria será limitada si no incluye una revisión profunda de Ingresos Brutos, el tributo provincial más cuestionado por su efecto en cascada sobre toda la cadena productiva. Desde una de las consultoras internacionales más relevantes advirtieron que "cualquier reforma que no toque Ingresos Brutos es impensada".
Belaich insistió en que cualquier baja en impuestos nacionales debe coordinarse con las provincias, porque un ajuste unilateral podría neutralizarse con subas en el nivel local. Russo, en la misma línea, remarcó la necesidad de desarmar la superposición entre tributos nacionales, provinciales y municipales.
El mapa del sistema impositivo
Un reciente informe del IARAF identificó 155 tipos de tributos en Argentina: 45 nacionales, 25 provinciales y 85 municipales. A pesar del número, la recaudación consolidada se concentra en un grupo reducido: el 94% de los ingresos proviene de solo diez tributos (ocho nacionales, uno provincial y uno municipal), y el peso total del sistema asciende al 29% del PBI.
Otro reporte, elaborado por PGK Consultores, detalla que el 98% de la recaudación nacional surge de impuestos sobre los ingresos, utilidades y ganancias de capital; la seguridad social; el IVA; y gravámenes internos y al comercio exterior. Solo cuatro tributos -Ganancias, IVA, comercio exterior y seguridad social- explican 86% de la recaudación total.