Estados Unidos: la cura es peor que la enfermedad

Un informe de The New Yorker destaca que el impacto de las medidas restrictivas por la pandemia están devastando al país. Remarcó la diferencia entre la economía y las finanzas.

Mientras se incrementan las restricciones para combatir la pandemia de covid-19, en Estados Unidos hay un sector para el que "la cura es peor que la enfermedad". Así lo publicó The New Yorker, en referencia a aquellos que quedaron desamparados, sin recursos económicos y al gran porcentaje de la población que directamente perdió su empleo.

"Constituyeron una muestra del segmento de la población de 'curar es peor que la enfermedad'", planteó el diario neoyorkino, y recordó el fallido pronóstico que lanzó semanas atrás el presidente Donald Trump: "Arrojó que las empresas pronto reabrirían y que la actividad económica podría reactivarse en Semana Santa".

Estados Unidos: la cura es peor que la enfermedad

De todos modos, The New Yorker no plantea una dicotomía salud-economía: también hace hincapié en la crisis sanitaria. "El sistema de salud de Nueva York se estaba hundiendo en el caos, ya que los casos de covid -19 inundaron los hospitales. Ese día, hubo más llamadas al 911 que el 11 de septiembre de 2001", en referencia a finales de marzo.

Al mismo tiempo, "para Trump, la economía es básicamente el mercado de valores. Está obsesionado con eso, de la misma manera que se fija en los ratings de televisión. El mercado de valores es, entre otras cosas, un gran indicador del estado de ánimo. Pero no es la economía, ni siquiera cerca". 

"El cese de la actividad comercial significa que no hay ingresos, no hay capacidad para pagar nómina o alquiler, y sí hay despidos masivos, fuertes caídas tanto en la oferta como en la demanda, y reverberaciones, arriba y abajo de la cadena alimentaria, de incumplimiento de la deuda. Esa es la economía".

"La pandemia retrocederá y dejará atrás una grave crisis económica, que afectará a todos de maneras y grados que son imposibles de predecir. Los mercados financieros son un referente, al menos. ¿Deflación o inflación? ¿Tasas crecientes? ¿Tasas negativas? ¿Tres meses? ¿Seis? ¿Dos años? ¿Escuelas? Museos? Aviones? ¿Conciertos? Nadie sabe nada", concluye.

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