Cómo será Vicuña, el proyecto de infraestructura productiva más grande de la historia
Con una inversión estimada en 15.000 millones de dólares y próxima a incorporarse al Régimen de Incentivos para Grandes Inversiones (RIGI), la propuesta busca convertir a Vicuña en una de las diez minas más importantes del mundo en producción de cobre, oro y plata.
San Juan será sede del proyecto de infraestructura productiva más grande de la historia argentina:Vicuña, una iniciativa conjunta entre BHP -la minera más grande del mundo- y Lundin Mining, su par canadiense. Con una inversión estimada en 15.000 millones de dólares y próxima a incorporarse al Régimen de Incentivos para Grandes Inversiones (RIGI), la propuesta busca convertir a Vicuña en una de las diez minas más importantes del mundo en producción de cobre, oro y plata.
La empresa Vicuña Corp. -creada para el desarrollo conjunto de los yacimientos Josemaría y Filo del Sol- está finalizando la actualización del informe técnico del proyecto. Según su CEO para Argentina y Chile, José Luis Morea, el plan "representa una inversión multigeneracional, con el potencial de transformar a San Juan en un polo estratégico global de minería sostenible".
El proyecto Vicuña nace de la fusión de dos desarrollos emblemáticos: Josemaría y Filo del Sol. Con una planificación en etapas y un plazo total estimado de diez años, se perfila como la mayor inversión minera de la historia argentina.
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La primera fase -Josemaría- demandará más de 5.000 millones de dólares e implicará la generación de entre 10.000 y 12.000 empleos durante sus cuatro años de construcción.
Mientras avanza la obra civil de Josemaría, otro equipo trabaja en el diseño y exploración de Filo del Sol, ubicado a solo ocho kilómetros. Uno de los desafíos técnicos clave es definir cómo trasladar el mineral hasta la planta procesadora: se evalúa una cinta transportadora que podría rodear o atravesar la montaña mediante un túnel, en función de criterios económicos, ambientales y climáticos.
Desde Vicuña -la sociedad integrada por BHP y Lundin Mining- explican que el objetivo es poner en marcha Josemaría y luego iniciar la construcción de Filo. Para asegurar la viabilidad del plan, la empresa avanza en su adhesión al RIGI, el régimen recientemente aprobado por el Congreso que otorga beneficios fiscales a grandes inversiones, pero que también genera controversia por su impacto económico y regulatorio.
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En términos económicos, se proyecta que Josemaría exportará entre 1.100 y 1.200 millones de dólares anuales durante sus primeros quince años, duplicando las exportaciones actuales de San Juan. Pero el salto real llegará cuando ambos yacimientos estén operativos: en ese escenario, las exportaciones podrían triplicarse o cuadruplicarse, consolidando a la provincia como uno de los principales polos mineros del país.
El desarrollo fue reconocido como el hallazgo de cobre más importante de los últimos 30 años, y podría ubicarse entre las diez minas más grandes del mundo en producción combinada de cobre, oro y plata.
A mediados de julio, Vicuña presentó su segundo informe de impacto ambiental, que amplía la vida útil de Josemaría de 19 a 25 años, gracias a nuevos recursos incorporados. La información fue compartida en encuentros con las comunidades de Iglesia y Jáchal, en una estrategia para reforzar la licencia social del proyecto.
Desde el punto de vista técnico, se destaca un sistema de gestión hídrica multifuente, que combina nuevos pozos -como el de La Majadita- con planes para incorporar agua desalinizada del Océano Pacífico. Además, se reutilizará el 73% del agua de proceso, una medida clave en una región marcada por la escasez.
En el plano social, Vicuña contempla un Plan de Capacitaciones y un esquema de contratación progresiva de mano de obra local, con fuerte impacto en toda la región cordillerana durante la etapa de construcción.