De estudiante universitaria a campeona nacional de acrobacias en tela
Se llama Luciana Cabral, es mendocina y tiene 25 años. Empezó a estudiar una carrera que finalizó pero no le gustó. Siguió buscando su rumbo y hoy es instructora de acrobacias en tela de más de 50 alumnas y fue convocada como jurado de un concurso internacional. Una historia de empoderamiento y superación.
Luciana Cabral empezó, como muchos adolescentes, a transitar los pasillos de la universidad para estudiar una carrera. Y si bien la terminó, se recibió de técnica en Recursos Humanos, su vida luego dio un giro total. Hoy, a sus jóvenes 25, esta mendocina es instructora de acrobacias en tela, campeona nacional y en pronto participará como jurado en una competencia internacional.
Sobre su comienzo en el mundo de este arte aéreo, Cabral contó que fue inesperado. A los 17 años su hermana la invitó a una clase de acrobacias. Ella fue, aunque sin demasiadas expectativas -pues nunca le había interesado mucho el mundo del deporte-, pero resultó que la clase que tomó la fascinó.
"Estaba bueno que no fuera en equipo, porque implicaba una superación personal constante. Me gustaba el hecho de que no se competía con nadie. Hice mucho tiempo en un lugar en Las Heras y después me cambié a Maipú, porque venía que avanzaba mucho más allí. Ese año me presenté para una competencia, me preparé nueve meses y no entré", recuerda la joven sobre sus inicios.
Luego, Luciana comenzó a investigar en profundidad sobre el mundo de las acrobacias en tela, a conocer las técnicas y a ver cómo podía enseñarlas. Pero, el espacio maipucino también cerró y tanto ella como sus compañeras se quedaron sin poder seguir ensayando.
"Yo había terminado de estudiar en la facu y estaba buscando trabajo como técnica en Recursos Humanos. Justo, veo en internet que el galpón adonde hacíamos acrobacias estaba en alquiler. Lo alquilé con la ayuda de mi familia, le agregué otras actividades y fue mi primer espacio. Estuvimos tres años y todos los años competimos", describió.
Su espacio propio, la competencia nacional y el futuro
Ya con experiencia, ganas y energía múltiple para explotar, Luciana participó de su primera competencia oficial en San Juan, adonde le habían dicho que seguro perderían porque era imposible ganar en esa provincia por la capacitación que allí tienen.
"Más allá de que una va a darlo todo, para mí la competencia siempre es conmigo misma. Les decía a mis alumnas que la única manera de ganar era que nuestras coreografías fueran indiscutibles. Era 2017 y durante siete meses preparamos la misma coreo. De cinco que fuimos, cuatro sacamos primer puesto", cuenta con alegría y algo de timidez.
Llegó 2018, volvieron a competir en el regional de San Juan, en el nacional de Córdoba y ganaron siete podios en total. "Luego sentí que necesitaba avanzar un poco más. Viajé a Córdoba durante nueve meses para hacer un instructorado y ahí obtuve el título de instructora. Así que me presenté sola a una competencial, en la que había mucha gente participando, salí campeona nacional y me dieron una mención del mejor puntaje artístico", rememoró Luciana.
La pandemia, seguir adelante y las futuras propuestas
Llegó 2020 y si bien el profesionalismo y las energías de la mendocina estaban a flor de piel, tuvo que cerrar su galpón por la pandemia. "Luego, cuando se empiezan a abrir actividades, me llamaron de la Asociación Española para dar clases de acrobacias. Monto mi espacio, que se llama ElevArte, nuevamente y sigo capacitándome, con workshop, seminarios, talleres de seguridad aérea", enumeró.
Así, quien hoy tiene 50 alumnas a su cargo, fue convocada como tallerista de la Convención de Circo Mendocina y participó de una obra de teatro llamada "Ellas" -en la que se abordaba la temática de violencia de género-, ahora está más contenta que nunca.
"Lo último que me ocurrió fue hace tres meses. Una instructora de Córdoba me llamó para proponerme ser jurado técnico de las competencias internacionales que se realizan en esa provincia el 10 de septiembre y a las que viene gente de México, Italia, de todos lados. Siempre había querido esto y era difícil porque hay gente con mucha trayectoria. Pero me dijeron que para ellos sería un orgullo que ‘la mejor instructora de Mendoza sea jurado' así que acepté con muchísima alegría", cerró contando la acróbata que tiene mil planes más para seguir evolucionando y empoderándose desde el aire.