Por qué el Congreso peruano define qué hacer con el cadáver de Abimael Guzmán
Las autoridades buscan evitar que exista una tumba del líder de Sendero Luminoso que permita que haya homenajes de sus seguidores.
El pleno del Congreso de Perú debatirá este jueves dos proyectos de ley que plantean modificaciones legales que permitirán decidir el destino de los restos del fundador del grupo terrorista Sendero Luminoso, Abimael Guzmán.
Guzmán falleció el sábado en la prisión donde cumplía cadena perpetua.
La primera propuesta, de la Fiscalía, pide facultar a un juez o fiscal para disponer del destino final de cadáveres "en caso de afectación a la seguridad y el orden público". Otro proyecto, presentado por una parlamentaria, se refiere específicamente a los restos de "condenados por el delito de terrorismo y traición a la patria" y que indica que deben ser incinerados.
Tras la muerte de Guzmán, a los 86 años, las autoridades peruanas buscan determinar una figura legal sobre el destino de sus restos, todo en busca de evitar tener una tumba que incite a homenajes de sus seguidores, razón por la cual varios ministros y legisladores han pedido que sea incinerado.
La legislación vigente establece que los cadáveres deben ser entregados a los familiares directos del fallecido, siempre y cuando no haya una investigación en curso, pero no existe un marco jurídico específico sobre situaciones especiales como la que se presentó con el cabecilla de Sendero.
Abimael Guzmán fue el fundador y máximo líder del grupo terrorista Sendero Luminoso, considerado por la Comisión de la Verdad y Reconciliación (CVR) como el principal responsable de las casi 70.000 víctimas que dejó el conflicto armado interno que afrontó Perú entre 1980 y 2000.