A veces hay que escuchar la voz del pueblo
Durante lo días como hoy, aunque sea por unos cuantos segundos, somos todos iguales, desde el más pobre al más rico. Los días como hoy se escucha la voz del pueblo.
Lo dijo un 22 de febrero de 1988 en el escenario del Festival de Viña del Mar. "A veces hay que escuchar la voz del pueblo", dijo José Luis "El Puma" Rodríguez, el popular cantante venezolano. Aunque sus palabras -en ese momento- parecían sólo apuntar a que le dieran la antorcha de plata, por el contexto político que vivía el vecino país -en plena dictadura- muchos lo interpretaron como un gesto de crítica contra el régimen de Pinochet.
La cuestión es que -según el mismo "Puma" escribió en su libro- Patricio Aylwin, quien sería el primer presidente del regreso a la democracia, le fue a agradecer al aeropuerto su gesto. El cantante le respondió: "'Hermano, lo dicho, dicho está. Si Dios quiso que fuese así, así es' ". Lo llamativo de todo es que ese llamado lo hizo hace 31 años en Chile y ahora recorre el mundo pidiendo lo mismo para su Venezuela natal.
Por eso, hoy cuando los mendocinos se levanten y vayan a votar, muchos bajo queja, tienen que valorar la posibilidad de ser parte de ese pueblo que será escuchado. Tienen que valorar que -aunque sea sólo durante los segundos que estamos en el cuarto oscuro- hoy es el único día en que somos todos iguales, desde el más rico, al más pobre. No nacemos iguales (aunque suene feo) y tampoco morimos iguales. Ya sea por oportunidades, recursos o decenas de otras cuestiones, no hay otro momento en que nuestra decisión tiene el mismo valor de la de los que están por encima nuestro por poder o recursos.
El voto, es la cuota de poder que nos entrega el sistema democrático y es importante ejercer el derecho. Ejercerlo sin los pensamientos que apuntan a una forma correcta o incorrecta de votar, o que critican a quienes optan por la opción en blanco. Cuando ese voto manifiesta el sentimiento de una persona es correcto y válido.
El sentimiento de una persona se forma de acuerdo a su realidad, a sus momentos buenos y también los malos, a sus alegrías y penas, a sus fortalezas y debilidades. Por eso, cuando el voto es reflejo del sentimiento es la mejor forma para hacer que nuestra cuota de poder se sume a los que piensan o sienten similar.
Todo lo mencionado vale sin importar si el candidato al que votaste ganó o perdió, porque vos ya ganaste cuando pudiste manifestar y dejar plasmado tu pensamiento, Esto porque si no votaste al que ganó, igualmente tiene la obligación de tomar en cuenta el porcentaje que apuntó hacia otra dirección, porque desde el momento que es elegido está al frente del destino de todos y no sólo de los que lo votaron.
A votar, que siempre es necesario escuchar la voz del pueblo, las voces del pueblo.