La oportunidad hace al ladrón
En este artículo, el Dr. Eduardo Da Viá da continuidad al tema abordado el domingoi anterior en torno a la Ley IVE.
"La oportunidad hace al ladrón" significa que una persona, aunque no sea un delincuente habitual, puede verse tentada a cometer un acto deshonesto o ilegal si se presenta la ocasión perfecta o la facilidad para hacerlo, debido a la ausencia de controles o a la falta de castigo por dicho acto.
Creo necesario hacer algunas aclaraciones ante un tema tan complejo, tan frecuente y tan controversial como lo es la vigencia de la Ley 27610, más conocida por sus siglas IVE, y que como todos sabemos se refiere a la interrupción voluntaria del embarazo.
Mi decidida posición contraria a la ley, no está fundamentada en ningún principio religioso, dado que como dije muchas veces soy agnóstico, sino simplemente en el principio moral por excelencia que es el no matar y además porque como médico juré sinceramente defender la vida desde el momento de la concepción.
La Ley IVE y sus consecuencias: Historia de un filicidio y de un suicidio
Y aclaro lo de sinceramente, por cuanto hoy el juramento suele ser nada más que el último escollo para obtener el título que habilita al médico recién recibido a cualquier tipo de práctica. Lo que es una aberración, el título debiera ser académico pero no habilitante.
Por cierto admito como verdades de Perogrullo las excepciones contempladas en la norma y que hacen de la muerte del producto de la concepción una necesidad evidente.
Tal el caso del riesgo de vida materno, del abuso de discapacitados y especialmente cuando es resultado de una violación.
Sin embargo, estimo conveniente profundizar en el trillado tema de la violación y la posibilidad de que baste la declaración jurada de la víctima para considerar la veracidad de la denuncia.
Al respecto me permito reproducir la opinión de un conocido abogado penalista:
Gerson Vidal - Abogado penalista en Valencia
27 mayo 2024
Después de una detallada argumentación, y para no extenderme demasiado, el autor llega a la siguiente conclusión:
La simple denuncia de la víctima en caso de violación, puede ser suficiente para condenar a una persona. Eso sí, los juzgados y tribunales, a la hora de creer o no a quien denuncia, deberán analizar su declaración teniendo en cuenta los parámetros señalados anteriormente.
Solamente tras valorar la versión de quien denuncia a la luz de dichos criterios, y tras valorar el resto de prueba, podrá decidirse si se cree o no a quién dice ser víctima de un delito.
Bien, después de exponer estos tecnicismos, ciertamente necesarios de respetar a fin de administrar justicia cierta, personalmente me preocupa el cómo se llegó por parte de la víctima a que se generara una situación favorable a la perpetración del deleznable delito.
Convengamos que las violaciones no se producen en la calle San Martín a las 17 hs, ni en las colas de los supermercados, ni en las tribunas de los espectáculos deportivos, ni en las gradas del acto central de la Vendimia.
No, requiere de una cierta intimidad en la que ambos protagonistas se encuentra solos, o en el caso de la violación en manada, con la presencia de los siguientes ofensores que vitorean la performance del primer malhechor.
Exceptuando el caso del rapto violento, cual es la clásica detención de un automóvil, puerta que se abre y un individuo toma e introduce violentamente en el vehículo a la víctima de turno, partiendo hacia un lugar recóndito sea a la intemperie o en una casa habitualmente destartalada donde con frecuencia se reúnen a drogarse.
En este caso, relativamente frecuente, una mujer, joven y atractiva, por lo general que transita inadvertidamente se transforma repentinamente en rehén del delincuente.
Pero en otras circunstancias, y estimo más frecuentes también, las cosas comienzan, como en el caso de mi relato, donde por fortuna no hubo violación sino consenso, pero pudo tranquilamente haberla habido.
Se trata de las fiestas juveniles especialmente en casas particulares de padres adinerados, que ignoran en absoluto las relaciones de su hija y los vicios o adicciones que puede acarrear, como así también a qué edad ignota comenzó su actividad sexual, si es o no virgen aún y la calaña de las amistades. El consumo de alcohol es denominador común pero hasta nivel de embriaguez y muchas veces como resultado de competencias de consumo.
Ídem en las clásicas "discos" donde las manifestaciones de acercamiento y hasta de realización de actos sexuales se realizan en público.
La vestimenta con clara exhibición de la mayor parte de la anatomía, cuando no la desnudez total o parcial, en especial en las casas con natatorio, donde se sumergen desnudos, borrachos y desenfadados, son condimento para lo que vendrá, que puede o no estar planeado por el victimario, sino que la pérfida idea surge al advertir que se le hace el campo orégano con determinada señorita, que incluso puede llevar la delantera en los avances previos.
La famosa expresión "Vamos a un lugar más tranquilo", de ser aceptada por la futura víctima, es el paso previo inmediato al avance físico.
Basta ver cualquier película actual con adolescentes como protagonistas para comprobar que esas conductas desenfrenadas son común denominador en todo el mundo occidental, incluso en países considerados modelo de conducta cívica, tal como Suecia, Dinamarca, Bélgica. Holanda y qué decir Inglaterra y EEUU.
También, como no podía ser menos, Argentina, en especial en el verano y en la costa, donde los ataques en manada incluidas muertes o serias lesiones entre varones, son condimentadas con episodios de violación o sexo consensuado pero irresponsable, en un momento de la historia de la humanidad en que ninguna mujer pude aducir el ignorar como se evita un embarazo, siendo el semental corresponsable del hijo engendrado en plena erupción erótica, para después borrarse dejándole toda la carga de la crianza a la inexperta madre y a la madre de la madre en último caso.
Claro, el estado paternalista, demagógico y kirchnerista le ofrece la solución legal de la interrupción voluntaria del embarazo absolutamente gratuita en los hospitales públicos.
Total lo pagamos el resto de los argentinos; si hasta me siento cómplice de asesinato realizado con dineros públicos, bolsa en la que entran mis impuestos pagos.
Finalizado el criminal proceso, queda la causante libre de culpa y cargo para reiterarlo a voluntad.
El famoso NO reiterado que debe pronunciar la víctima, debiera hacerlo no en el momento en que el pene erecto se apoya en los genitales, sino mucho antes, cuando aún lúcida a pesar del alcohol y las drogas advierte el peligro que corre si no detiene al entusiasta antes de que sea tarde; de los contario, aún con noes reiterados, no es violación a mi juicio, sino el precio que se paga por la irresponsabilidad que está de moda.
Y por si fuera poco conservar la virginidad más allá del segundo año del secundario es ser considerada una cobarde mojigata, entonces para no ser menos, busca la desfloración a la primera ocasión que se le presente, y entonces recién será considerada por sus feministas compañeras una chica moderna.
No tienen idea de lo lindo que es ser joven mientras lo son, y desperdician la maravilla del amor sincero, ese que te acelera el corazón, el que te hace soñar con la próxima vez que se vean, el que tomar la mano de la amada y sentir que ella te la aprieta te basta para volar muy alto y correr a contarle a tu amigo del alma que tienes novia.
El sexo precoz aun consensuado, casi siempre deja resabios desagradables porque es muy raro que perdure lo suficiente como para cimentar una unión sólida.
El Estado, en vez de propiciar el aborto voluntario, debería insistir hasta el hartazgo en la educación sexual; con la reiteración del aprendizaje de los métodos anticonceptivos, no de los abortivos como lo es el DIU o dispositivo intrauterino, que no es un anticonceptivo sino que evita la implantación en el útero del huevo fecundado, el que finalmente se expulsa espontáneamente; en realidad es un aborto embozado.
La pastilla del primer día es también un abortivo, en este caso medicamentoso, pero tan criminal como el que se hace con instrumentos pues se trataba de un nuevo aunque diminuto ser.
En fin, a no quejarse cuando la causante del embarazo fue la facilitación de la, al parecer, indeseada cópula.