La responsabilidad estatal en accidentes laborales

Mendoza posee edificaciones de distintas épocas, muchas están construidas de acuerdo a los ordenanzas de otro siglo, no hace falta irse muy lejos pero aún quedan obras que no son aptas para esta zona y, por otra parte, no siempre se cumple con los controles adecuados a pesar de la normativa vigente.

Matías Aciar

Hoy Mendoza necesita poner en la agenda de la política pública la prevención que genere un cambio y no solo como eslogan.

El principal encargado de regular el mercado y lo ateniente en lo laboral es el estado, resultando irónico ya que con la premisa que es este mismo quien genera más informalidad laboral, con contratos temporarios con términos renovados en sus puestos año tras año, convenios con fundaciones y universidades, trabajadores con contratos de locación o en planta transitoria, minando así su autoridad para reclamar y combatir los controles laxos en materia de prevención.

Resultando un combo explosivo contar con empleados en cargos de control, cobrando por media jornada sueldo magros inferiores a la mitad de una canasta básica, con el agravante que estos son monotributistas, con la desventaja referida al alto nivel de vulnerabilidad en lo atinente a la cobertura previsional, no reconociendo derechos de estabilidad laboral, siendo un gran detonante la falta de interés a la hora realizar sus labores ya que pueden ser despedidos de la noche a la mañana sin previo aviso y sin indemnización.

Con esta realidad que nadie dice, pero todos saben, es responsabilidad por acción u omisión de cada funcionario público que Mendoza continue 5ta en Accidentes laborales, sobre los casos reportados, como estas trágicas muertes ocurridas con un impacto temporal en los medios y lo que no se reporta, ¿y lo que no sale a luz?, ¿quién controla las obras?

En la construcción ya sean, por refuncionalización o construcción de una instalación nueva y a sabiendas que la normativa vigente de las provincias no prevén supervisiones posteriores a su ejecución, hace inevitable preguntarse si las edificaciones están preparadas o fueron por los menos habilitadas con un relevamiento ocular por parte del funcionario previo a entregar la prefactibilidad.

Si bien hay departamentos y municipios que tienen su autonomía, ellos tienen que adherir a las normativas y no siempre van acordes con las reglas actuales, por temor a la adaptación a las nuevas reglamentaciones, pero es un proceso que hay que asumir y prever para una provincia más segura.

En Mendoza, las edificaciones no son inspeccionadas por los municipios, sino que estas tareas quedan a cargo de los propietarios y consorcios de las propiedades. Pese a esto, las autoridades acuden a supervisarlas cuando se produce alguna denuncia posterior a los accidentes.

Cómo deberían de ser los procesos de control que se realizan a las obras y a las construcciones, el ABC para los empleados públicos, responsables por acción u omisión de cada accidente laboral.

Si bien cada municipalidad tiene su propio código de edificación con sus particularidades, en Mendoza el criterio es el mismo: las comunas controlan las obras en marcha, pero no realizan inspecciones para controlar el estado de envejecimiento de los edificios. Para eso, debe haber una denuncia de parte de algún privado, ya que profesionales de los organismos contralores a la fecha no actúan de oficio.

Sean edificios o cualquier tipo de construcción, a los 18 departamentos les correspondería cómo mínimo realizar supervisiones para otorgar certificaciones de avance, custodiando desde el inicio de la obra con inspecciones periódicas por profesionales matriculados en Higiene, Seguridad y Ambiente, en conjunto con profesionales de estructuras, desde el inicio del expediente a la colocación del poste obra para brindar tensión, analizando el uso y consumo de agua, haciendo respetar las normas urbanísticas e Higiene, Seguridad y Ambiente, propia de la instalaciones como con los colindantes, generales, antes de dar inicio a la construcción, realizar controles periódicos y dejarlo de forma fehaciente, ya sea por escrito en un libro de obra o de forma digital, brindando recomendaciones previo a otorgar la posibilidad de avance de obra con un control de residuos generados, disposición final de los mismos para obtener su conforme a obra.

Mendoza posee edificaciones de distintas épocas, muchas están construidas de acuerdo a los ordenanzas de otro siglo, no hace falta irse muy lejos pero aún quedan obras que no son aptas para esta zona y, por otra parte, no siempre se cumple con los controles adecuados a pesar de la normativa vigente. Es fundamental hacer énfasis en el controlar el tipo de materiales, los profesionales matriculados que interactúan, como así también capacitar en una cultura de la prevención a todos los intervinientes de ejecución, se debe evitar a toda costa las construcciones clandestinas ya que estas son de gran peligro para toda la sociedad.

EL AUTOR. Matías Aciar. Mat. A 9335 - A 600 SST.


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