La amistad, un juego de equilibrios
El Prof. José Jorge Chade analiza el punto focal de la vida humana: la amistad.
La belleza de la amistad reside en sus imperfecciones, en los pequeños desafíos que enfrentamos juntos, en los malentendidos que aprendemos a superar. Quizás la amistad perfecta no sea la ausencia de defectos, sino la capacidad de aceptarlos y amarlos a pesar de todo...(hasta cierto punto, verdad?). En este artículo trato de explicar que no obstante, en la era de las redes sociales, la amistad sigue siendo un valor que debe cultivarse con cuidado y respeto, así como un arte complejo, que equilibra dar y recibir, aceptar y crecer juntos...
La amistad es un don precioso, un vínculo que puede enriquecer nuestras vidas de maneras inesperadas y profundas.
No se trata solo de tener a alguien con quien compartir lindos momentos, sino también de encontrar apoyo en tiempos difíciles. Investigaciones a nivel pisco pedagógico afirman que las conexiones sociales fuertes hacen la vida más placentera y pueden incluso contribuir a la salud mental y física, llegando incluso a extender nuestra esperanza de vida, porque las amistades verdaderas y auténticas nos dan el coraje para enfrentar las dificultades cotidianas, sabiendo que no estamos solos.
Pero ¿qué es lo que hace que podamos distinguir una verdadera amistad de un simple conocido? Todos tenemos personas con las que nos encontramos ocasionalmente, con quienes intercambiamos palabras amables y sonrisas, pero a quienes no podemos llamar verdaderos amigos.
Los griegos y los romanos tenían una visión muy elevada de la amistad. Aristóteles la consideraba una de las virtudes más elevadas, un elemento esencial para una vida feliz. Para Cicerón, la amistad era sagrada, un vínculo basado en la virtud y la admiración mutua. En aquella época, la amistad se consideraba una relación que podía trascender el parentesco de sangre, una unión de almas que trascendía las meras convenciones sociales.
Aunque si hoy vivimos en una época diferente, estos antiguos ideales aún nos hablan, recordándonos que la amistad es un valor que debe cultivarse con mucho cuidado.
Para que una amistad sea sólida y duradera, existen algunos elementos esenciales.
Primero, el afecto: sin un afecto mutuo sincero, la amistad no puede crecer. Luego, la confianza, la piedra angular sobre la que todo se basa. Ser sincero y estar dispuesto a compartir no solo los momentos felices, sino también las preocupaciones y las dudas es igualmente importante.
La amistad también requiere confianza, la capacidad de abrirse y compartir pensamientos y sentimientos que no podríamos revelar a cualquiera. Finalmente, disponibilidad y apoyo: un amigo, es alguien con quien siempre se puede contar, que está presente no solo física sino también emocionalmente.
En la sociedad actual, donde los lazos familiares suelen ser más distantes o menos presentes, la amistad ha sustituido, en parte, a la familia como principal fuente de apoyo emocional. Los amigos pueden convertirse en la familia que elegimos, ofreciéndonos un sentido de pertenencia, contención y seguridad que antes solo encontrábamos en los vínculos biológicos.
En cuanto a si hombres y mujeres pueden ser amigos, es una concepción anticuada. Aún existen prejuicios que sostienen que una amistad entre sexos está destinada, inevitablemente, a convertirse en atracción romántica: muchas películas y libros se han visto y escrito donde los protagonistas parecen no esperar nada más que lanzarse amorosamente el uno al otro. Sin embargo, muchas personas demuestran que una amistad entre hombres y mujeres es bien posible, e incluso increíblemente enriquecedora. La clave está en mantener límites claros y comunicarse abiertamente.
Con las redes sociales, el concepto de amistad está experimentando transformaciones, eso creo que todos lo tenemos claro. Las amistades en línea suelen ser superficiales y fugaces, basadas en interacciones rápidas y breves. Sin embargo, no pueden descartarse como insustanciales e inútiles. Estas conexiones también pueden ofrecer un sentido de pertenencia, especialmente en tiempos de aislamiento, sin olvidar que las verdaderas amistades requieren tiempo, esfuerzo e interacciones reales, no sólo un me gusta y algunos comentarios.
El concepto de "amigos con derechos" es una mezcla moderna de amistad y sexualidad, sin la implicación emocional típica de una relación romántica. Este tipo de relación puede funcionar, pero es importante ser honestos con las expectativas y los límites para evitar malentendidos y decepciones.
Si por ejemplo, nos preguntáramos ¿cuántos amigos, en teoría, tenemos cada uno de nosotros en promedio? No nos sería fácil responder.
Según algunas investigaciones estadísticas, los seres humanos pueden mantener unas 150 relaciones estables, pero las amistades más cercanas son pocas, generalmente no más de cinco. Esta cifra nos recuerda la importancia de invertir tiempo y atención en amistades significativas, en lugar de intentar acumular muchas superficiales y de plástico, como en algunos tipos de sociedades, donde esto último es más generalizado.
Sin embargo, si queremos ampliar nuestras amistades, forjar nuevas se requiere criterio e inteligencia social, es decir, la capacidad de comprender y responder eficazmente a las emociones y comportamientos de los demás. Ser abiertos, comprensivos y estar dispuestos a ofrecer apoyo es la base para construir nuevas relaciones. Y, sobre todo, no debemos tener miedo de mostrar debilidad: a menudo, es precisamente al compartir nuestras debilidades que nacen las amistades más sólidas.
Recordemos también que no todas las amistades duran para siempre, y algunas pueden convertirse en una fuente de dolor. Los amigos tóxicos son aquellos que nos hacen sentir vacíos, manipulados o inadecuados y desgraciadamente también nos tropezamos con ellos en nuestro camino, y cuando nos creíamos que la amistad era sólida llega la desilusión. Debemos reconocer y abordar estas dinámicas para proteger nuestro bienestar. En algunos casos, es necesario alejarse de una amistad que se ha vuelto dañina.
Aunque puede ser triste, e incluso, a veces, perturbador, terminar abruptamente una relación tóxica suele ser la única manera de preservar nuestra salud mental y felicidad. No tenemos ni debemos sentirnos culpables por tomar esta decisión: nuestra serenidad siempre debe ser lo primero.
En definitiva, la amistad es un arte complejo, un equilibrio entre dar y recibir, aceptar, tolerar y crecer juntos. Ya sean amigos de la infancia, colegas o compañeros de vida, cada amistad enriquece nuestras vidas de maneras únicas e irremplazables. Y, al final, lo que realmente importa es la calidad de los vínculos que cultivamos, no la cantidad. Aristóteles escribió: «Sin amigos, nadie elegiría vivir, incluso si poseyera todos los demás bienes», y, posiblemente, esto, intrínsicamente, sigue siendo así.
Fuente consultada
Artículo de Simonetta Tassinari. Il Libraio.it - Gruppo Editoriale Mauri Spagnol spa - Via Gherardini 10, 20145 Milán. Italia (Agosto 2024)