Dejar de lado las banderías políticas y enarbolar la celeste y blanca

Pablo Giordano y una convocatoria a la unidad bajo la misma bandera.

Pablo Giordano

A veces, es necesario dejar de lado las banderías políticas y emprender decisiones sensatas e idóneas que se adapten a la coyuntura actual, dejando de lado prácticas viejas, obstructivas, demagógicas, que no tienen finalidad constructiva sino obtener un mero "like" en redes sociales o el clamor de algunos pocos acólitos, que lejos están de solucionar problema alguno.

Argentina antaño, además de registrar muchas características sobresalientes, estuvo signado por la unidad, puesto que fue con la confluencia de esfuerzos que supo despojar españoles e ingleses que invadieron su territorio para luego dirimir con alteza sus diferencias sociales entre unitarismo- federalismo y más adelante recuperar la democracia arrebatada por los regímenes militares dictatoriales, pero todo ello además de haber quedado en el pasado parece haber sido olvidado.

En Argentina se ha instaurado como principio que las ideas y/o proyectos deben atravesar el ?tamiz previo ideológico' para que puedan ser implementadas y consiguientemente producir sus frutos, ello por cuanto no importa que tan brillante y/o contributivo sea el plan que uno propone ya que si viene de un partido o coalición de color distinto al de uno, no es tomado en cuenta y muy probablemente la achaquen o tiren abajo, sin poner sobre la mesa siquiera una iniciativa mejor y ello.

¿Por qué? por el cinismo, personalismo y conservadurismo que poseen los titulares de tales frentes políticos, que olvidaron que una de la características de la democracia, de la cual se jactan en sus discursos, es la convivencia pacífica entre los distintos actores, por ende creo que no hay que quedarse encerrado en la chiquita y hay que ver más allá, si la idea le da respuesta y soluciona los problemas más dramáticos de la sociedad debe implementarse, ya sea que provenga de los rojos-blancos, los amarillos, los violetas, los celestes y demás gama de colores con el que se distinguen los partidos, ya que para afirmar la tan mencionada democracia es necesario asumir responsabilidad social.

Lo que relato en estas humildes y sensatas líneas que parece ser el deseo de cosas imposibles, se materializo en el país vecino de Uruguay en el año 2023, donde el actual mandatario, Luis Lacalle Pou, y sus predecesores Julio María Sanguinetti, José Mujica y Luis Alberto Lacalle Herrera se reunieron para defender y honrar la democracia, dejando de lado sus banderas distintivas y aferrándose a una sola, la de su PAIS.

El día en el que los egos y aspiraciones personales queden a un lado y la celeste y blanca sea el foco y eje de toda discusión, vamos a empezar a revitalizar lo que en algún momento fue el granero del mundo.

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