El potencial del cobre argentino para el crecimiento económico del país

El diputado nacional Facundo Correa Llano analiza en este artículo de su autoría la potencialidad de cobre en Mendoza, en el Día de la Minería.

Facundo Correa Llano
Diputado Nacional por Mendoza

En un mundo en constante evolución para nuestro país, la búsqueda del desarrollo sustentable se torna cada vez más urgente. La transformación de la matriz energética mundial, con un enfoque cada vez más innovador, sustentable y eficiente en el uso de energías renovables, podría constituir un pilar y una oportunidad única para tan anhelado crecimiento.

En esta coyuntura, el cobre emerge como un mineral metálico fundamental en la economía global actual, siendo esencial para la producción industrial. Se trata de una industria que genera a nivel mundial aproximadamente US$150 mil millones al año, esto es, un tercio del PBI de la Argentina.

El incremento en el consumo de cobre refinado se atribuye al crecimiento exponencial en la demanda de cobre en Asia, como resultado de su estrategia de industrialización. Esto se debe a la fuerte localización que existe de refinerías de cobre y de empresas relacionadas con industrias de la electrónica y de la automotriz.

La región de los Andes centrales, específicamente Chile, Perú y Argentina, alberga el 40% de las reservas globales de cobre. En la actualidad, Chile y Perú desempeñan un papel crucial al concentrar aproximadamente el 42% de la producción mundial de cobre de mina, posicionándose como principales productores de cobre del mundo.

Respecto a nuestro país, la fuente principal de dicho mineral se encuentra en los Andes centrales, que incluyen a las provincias de Jujuy, Salta, Catamarca, La Rioja, San Juan y Mendoza.

A pesar de ello, Argentina no cuenta con ningún proyecto de cobre en operación desde que Bajo de la Alumbrera cesó sus operaciones en el año 2018. De igual manera, tampoco tiene una participación importante en la distribución de reservas mundiales de cobre. Esto se debe al bajo nivel de exploración del territorio. Sin embargo, hay señales de un surgimiento en la industria. Actualmente, existen 23 proyectos en diversas etapas de desarrollo, de los cuales 8 están en fases avanzadas, lo que sugiere un potencial crecimiento en la producción de cobre en el futuro cercano.

El potencial geológico de nuestro país nos coloca en una posición privilegiada para convertirnos en uno de los principales productores de cobre a nivel mundial. Este logro no solo tendría un impacto significativo en nuestras exportaciones mineras totales, sino que también nos posicionaría como un actor clave en la transición global hacia las energías renovables.

En este sentido, el actual gobierno ha incorporado en el Proyecto de Ley de Bases y Puntos de Partidas para la Libertad de los Argentinos, la creación del Régimen de Incentivo para Grandes Inversores (RIGI). Éste les otorgará incentivos a quienes realicen grandes inversiones, proporcionando seguridad jurídica y estabilidad a largo plazo, fundamental para desarrollar proyectos de energía renovable a gran escala. Sin dudas, el RIGI desempeñará un papel crucial en la transición hacia una matriz energética más sustentable en Argentina.

Argentina posee un potencial de crecimiento único en el ámbito minero debido a la existencia de reservas que aún no han sido explotadas, así como a la falta de inversión en la exploración de nuevas reservas. Si se aprovecharan adecuadamente, el país podría desempeñar un papel fundamental en las transformaciones tecnológicas globales de esta industria. Este desarrollo no solo beneficiaría la economía nacional, sino que también mejorarían la calidad de vida de todos los ciudadanos, contribuyendo al progreso económico en general.

EL AUTOR. Facundo Correa Llano es diputado nacional por Mendoza.

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