Comparar lo comparable

"Sigo insistiendo que Mendoza no es comparable con San Juan, ni Neuquén, son economías muy diferentes", sostiene en este análisis el economista Sebastián Laza.

Sebastián Laza

Vengo manteniendo un sano debate de ideas con algunos analistas de la realidad económica y social de Mendoza, y sigo insistiendo en que es un error hacer análisis simplistas con economías regionales que tienen dinámicas y complejidades que van a distintos ritmos.

A nivel provincias (dentro de un mismo país), hay una variable que es importante para elegir contra quién compararse: el tamaño poblacional, ya que define la escala de producción y la posibilidad de diversificación de los sectores. Tomando datos del INDEC (EPH, 2023, último disponible), en lo que hace a aglomerados urbanos argentinos, la diferencia poblacional entre el Gran Mendoza (1 millón personas), el Gran San Juan (550 mil personas) y el Gran Neuquén (320 mil personas) es grande, al primero lo duplica, y al segundo lo triplica. Recordemos que las principales estadísticas oficiales que gustan tomar los medios para comparar (empleo, pobreza, indigencia, población activa, etc.), se hacen sobre estos grandes aglomerados, no sobre el total provincial.

Comparar lo comparable
Comparar lo comparable

Cuando insistimos que el aglomerado del Gran Mendoza es comparable solo con muy pocos otros, no estamos errados (ni decimos barbaridades), son muy pocos los que superan el millón de habitantes: Gran Córdoba (1,6 millones), Gran Rosario (1,3 millones), y por supuesto CABA (3 millones) y Gran Buenos Aires (13 millones). Si hacemos un poquito de esfuerzo, podemos incluir a Gran La Plata y Gran Tucumán, que están cerca del millón, el resto está muy lejos.

Comparar lo comparable
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O sea, el tamaño poblacional del Gran Mendoza condiciona su economía, y hace que nuestra provincia pase a jugar en una liga reducida de comparación, con escalas, complejidades y características socio-económicas que evolucionan diferente al resto, con otro tipo de problemas y desafíos, diferente al Gran San Juan o Gran Neuquén.

En una consultoría financiada por el BID, y liderada por la UCA de Bs As y asesores del País Vasco (todos expertos en desarrollo económico regional), en la que tuve la oportunidad de participar en 2023, se abordó el tema de la competitividad regional, y se llegó a la conclusión (siguiendo bibliografía y experiencia internacional) que los ejes para comparar entre provincias son:

Eje 1: Performance económica y de negocios: PBG, PBG por habitante, exportaciones, cantidad de empresas, empleo, turismo, salarios privados, etc.

Eje 2: Eficiencia de gobierno: resultado fiscal, ingresos tributarios propios, gasto público y empleo público per cápita, deuda pública, etc.

Eje 3: Infraestructura básica: energía eléctrica, gas, combustibles, agua, aeropuertos, FF.CC., etc.

Eje 4: Infraestructura digital: accesos a internet y servicios TIC, empresas y puestos de trabajo SBC, Polos TIC, Polos Audiovisuales, etc.

- Eje 5: Capital humano y social: calidad de vida, nivel educativo, calidad educativa, cantidad de universidades, perfiles de egresados de la educación superior, etc.

Entonces, cuando se miran los 5 ejes, es fácil advertir la distancia entre Mendoza con San Juan y Neuquén. Veamos algunos pocos ejemplos:

v Tomemos el caso sanjuanino de su industria turística (uno de los sectores más mirados en el desarrollo regional moderno). Nuestros vecinos, teniendo atractivos naturales interesantes, no tienen casi infraestructura hotelera de categoría, y una de las principales motivaciones del turista sigue siendo visitar el Santuario de la Difunta Correa (turismo religioso), como lo era hace décadas. Hay una distancia gigantesca con el fortísimo desarrollo del turismo en Mendoza, tanto en infraestructura hotelera, como en enoturismo, turismo de convenciones, de alta montaña, etc.

- Yendo a lo institucional, otro eje de desarrollo muy estudiado en lo que hace a competitividad, San Juan se ha repetido en ciclos interminables de gobiernos del mismo signo político, con reelecciones y más reelecciones que le han quitado transparencia a sus gobiernos. En Mendoza, lo institucional es fuerte, somos pioneros en "no reelecciones", "ficha limpia", etc.

- Tomemos el caso de la proporción entre empleo público y privado registrado, un indicador clave para ver la profundidad del sector privado, con datos del SIPA (2023. último disponible) Mendoza, con 68 agentes públicos cada 100 privados (registrados) destaca por sobre San Juan con una proporción de 84/100 en el mismo indicador.

- Vamos al eje relacionado con la educación, comparemos la cantidad y variedad de carreras terciarias/universitarias que se pueden estudiar en Mendoza, es muy superior a San Juan / Neuquén. Lo educativo es clave en la innovación, productividad y competitividad de una economía.

Y podría seguir dando decenas de ejemplos de cada eje, pero no pretendo hacer una tesis doctoral sobre el tema (solo tomo algunos ejemplos elocuentes), sino volver a insistir en el error de algunos analistas pro-sanjuaninos que sugieren Mendoza debe seguir el modelo de desarrollo de su vecino, argumentando siempre con datos aislados del eje 1 (encima los más coyunturales), y siempre con foco en la minería, olvidando todo el resto de los ejes y sectores. Sucede que Mendoza rankea muy bien cuando se miran los 5 ejes completos del desarrollo, bastante más arriba que San Juan y Neuquén, porque ahí se ve el potencial, no solo la coyuntura.

Hay que entender que Mendoza transita (desde hace 1 década) por una situación de ralentización coyuntural de su matriz productiva, por el mal desempeño de la macro nacional, pero su potencial competitivo sigue intacto (los 5 ejes), máxime ahora que se está empezando a diversificar por el lado minero (inicialmente en el Sur, y seguramente a futuro en otras zonas de la Provincia), siempre a resguardo de lo ambiental. Lo minero es quizás la gran deuda que la política mendocina tiene con la economía, pero esta gestión de A. Cornejo está avanzando a paso firme en el tema.

Recordemos a San Juan no le quedó otra que avanzar rápido con la minería, por el grado de atraso relativo que tenían hace algunas décadas atrás, entonces lo del agua allá no tuvo el mismo debate que en Mendoza, donde las discusiones se alargan y complejizan, por su extendido institucionalismo.

En síntesis, a esos pintorescos analistas pro-sanjuaninos que se leen por ahí, les sigo diciendo "comparemos lo comparable", para saber bien de qué estamos hablando. San Juan y Neuquén vienen trabajando muy bien sus riquezas mineras / petroleras, pero siguen siendo economías de baja complejidad relativa, poco diversificadas. Mendoza es diferente, en especial el Gran Mendoza.

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