Con las buenas noticias, Milei acelera los cambios estructurales

Con medidas tendientes a eliminar restricciones a las importaciones y otras dedicadas a fomentar el uso de dólares, el presidente avanza en sus propuestas.

Rodolfo Cavagnaro

Cuando se difundieron los datos el IPC de diciembre, el martes de esta semana, todos comenzamos a especular acerca de qué medidas podría tomar el gobierno, dado el avance que significaba registrar tres meses con inflación debajo del 3%. Y mucho no hubo que esperar, porque ese mismo día el Banco Central anunció que se bajaría la tasa de crawling peg (la devaluación mensual del dólar oficial), de 2 a 1 %.

Esta decisión era una promesa del presidente que se comprometió, además, que, si la tasa inflacionaria estuviera en 1,5% mensual durante 3 meses, podría levantarse el cepo. No obstante, esta decisión, que era esperada fue objetada por economistas y empresas. Los exportadores, sobre todo, sostiene que de esta manera tendrían mayor atraso del tipo de cambio y que sería mejor liberar el cepo.

En término generales, la disminución de la tasa de devaluación supone, en principio, que la inflación inducida bajará y eso podrá hacer bajar el índice general. Por ahora, por ejemplo, las previsiones para enero son de una suba del 2%, lo que haría posible que siga bajando desde febrero, cuando se apliquen estas medidas y ayudaría a bajar los precios de los bienes importados.

Lo que no hizo el BCRA fue bajar las tasas, porque quieren absorber pesos excedentes. El Tesoro emitió títulos con vencimiento en 2016, con tasas de 2,7%, lo que fue criticado por algunos opositores kirchneristas, que se olvidan de lo que hicieron. En realidad, en diciembre hay un pico estacional de demanda de pesos y el gobierno absorbió lo que emitió por compra de dólares. Pero en febrero se supone que la demanda baja, por ese motivo el Tesoro está emitiendo títulos para absorber ese excedente.

Otra decisión que se comunicó fue un decreto que modifica la aplicación de medidas antidumping a efectos que cualquier medida de protección sea con un tiempo límite. El dumping es una práctica combatida en el comercio internacional por la cual un país le da subsidios abiertos o encubiertos a ciertos productos o sectores para qué sean más competitivos en el exterior. Según los acuerdos de la OMC, los Estados pueden tomar medidas para contrarrestar esos subsidios que atentan contra las buenas prácticas del libre comercio.

El problema es que en Argentina era una práctica que muchos productores locales pidieran protección arancelaria y la misma no tenía límites. Es que, si bien se dictaban por un año, tenían renovación automática. Hay productos que hace más de 20 años gozan de esa protección afectando el precio a los consumidores locales porque a los importados los prohíben o les ponen aranceles tan altos que es imposible comprarlos.

Esta decisión no tendrá repercusión inmediata, pero se supone que se notará a pleno en el segundo semestre. Algunos productos ya comenzaron a bajar por la eliminación del impuesto país y ahora se espera que comiencen a bajar una cantidad muy importante por la eliminación de las medidas proteccionistas. Los industriales dicen que esas medidas no incrementan los costos, sino que los culpables son los impuestos. Habrá que ver lo que pasa en el mercado.

Llegó la competencia de monedas

El gobierno informó también este jueves que ya está disponible el sistema para que los usuarios puedan disponer de una cuenta en dólares, que podrán operar con la misma tarjeta de débito con la que operan sus cuentas en pesos. A su vez, las prestadoras de servicios tiene hasta fin de febrero para adaptar sus sistemas electrónicos para que las empresas y los comercios puedan cobrar en dólares.

En principio hay que tener en cuenta que la oferta de bienes con precios en dólares es optativa para los comercios y empresas. Es que deben incorporar algunos equipos y software con costos que no están al alcance todos, por el momento. No obstante, las entidades financieras deben prever todos los instrumentos necesarios. El gobierno cree que se puede reactivar la economía movilizando los recursos guardados en dólares por los particulares.

En principio, la Secretaría de Comercio autorizó la exhibición de los precios en pesos y en cualquier otra moneda no poniendo restricciones en cuanto al tamaño de cada uno (la disposición anterior exigía que los precios en dólares se exhibieran en tamaño más pequeño. Para el comercio, también, este tipo de exhibición es optativa.

Un dato importante es que no hay involucrada ninguna tasa de cambio. Si se compra en dólares se paga con dólares y no se involucra ninguna tasa de cambio. En este caso, el comerciante fija un precio en pesos y otro en dólares. El comprador puede calcular qué tasa de cambio aplicó el comerciante, pero puede pagar con billetes físicos, con débito o con tarjeta de crédito. Dentro de poco también estarán habilitadas las billeteras virtuales.

Los usuarios deben recordar de solicitar a sus bancos la apertura las cuentas en dólares, y estos mismos les pueden vender, vía el mercado del MEP, o, si los usuarios tiene dólares físicos en su poder los pueden depositar en su cuenta, lo que también les da más seguridad.

Algunos analistas creen que por el momento los argentinos que tengan ahorros en dólares no querrán gastarlos, porque para ellos el dólar no es un bien de renta sino de resguardo. No obstante, los que entraron al banqueo y tienen posibilidad de gastarlo y podría movilizar un poco más la economía, pero nadie espera, al menos en los primeros tiempos, un vuelco muy importante.

Año con superávit

El ministro Caputo informó el viernes que el ejercicio 2024 terminó con un superávit primario de 1,8% del PBI y un superávit financiero (después del pago de deuda) de 0,3% del PBI. Se trata del resultado más favorable desde 2008 y el mejor resultado financiero desde 2010. Todos los demás años con déficit se acumuló deuda y se licuaron pesos con inflación.

El gobierno festejó este dato porque implicó sobre cumplir el objetivo del equilibrio fiscal. Además, se pudo hacer frente a los pagos de obligaciones con recursos genuinos provenientes del superávit financiero. Los ciudadanos no suelen comprender la magnitud de este logro. La mayoría de los países tienen déficit fiscal y se financian tomando deuda en los mercados. Lo de Argentina, merced a no tener crédito, ha sido un éxito loable.

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