Gobernar es gestionar, rendir cuentas y bancarse la difícil: por eso Mendoza está todos los días un paso adelante
El diputado radical César Cattaneo suma su opinión y análisis al discurso del Gobernador del 1 de mayo en la Legislatura.
El pasado 1° de mayo, el gobernador Alfredo Cornejo dio su discurso anual en el marco de la apertura de sesiones ordinarias en la Legislatura, con un balance concreto de las reformas logradas y la hoja de ruta para este año. Quedó claro, una vez más, que Mendoza no escapa al drama nacional, pero sí marca la diferencia. El gobernador recalcó que nuestra provincia es una de las pocas que no postergó sueldos, no paralizó servicios públicos y mucho menos frenó la obra pública. Una gestión que, lejos de acomodarse en la queja, sigue avanzando con responsabilidad.
Como ya es habitual, la senadora Anabel Fernández Sagasti eligió salir a cuestionar con slogans prefabricados, propios de una oposición que lleva años sin brújula en Mendoza. Habló de "fin de ciclo" y de "estancamiento". ¿No será, en realidad, el mismo estancamiento que promovieron cuando gobernaron Mendoza y el país, con desidia y decisiones irresponsables, dejando una provincia sin crédito, sin plan y sin rumbo? Hoy, en cambio, hay licitaciones públicas, equilibrio fiscal y gestión austera. Puede que no sea del agrado de La Cámpora, pero es lo que Mendoza necesita para sostenerse de pie en un contexto nacional que, aunque mejorando lentamente por el momento se percibe incierto.
Se opina con liviandad frente a las cámaras, como si en su último gobierno (el de Francisco Pérez) no hubieran dejado una provincia devastada, sin poder pagar sueldos, con hospitales cerrados y pidiendo millones a Nación para cubrir gastos corrientes. Ordenar esas cuentas llevó años, y nadie olvida cómo se patentó la famosa "deuda pinche": cientos de papeles en escritorios con deudas a proveedores, sin justificación, sin datos, sin fechas. El IPV, bajo la gestión de Omar Parisi, dejó una deuda de más de 300 millones, con obras licitadas y adjudicadas sin respaldo presupuestario. En ese contexto, Cornejo no se escondió ni pidió favores: asumió en 2015, puso la cara y tomó decisiones.
Cornejo propone más estatismo, pero con inteligencia artificial
Otra chicana repetida es la supuesta "falta de obras emblemáticas". A diferencia de gestiones anteriores que prefirieron maquetas y promesas grandilocuentes, Cornejo priorizó solvencia fiscal, orden y previsibilidad. Hoy Mendoza tiene 38 obras encaminadas y otras 28 entre licitadas, en ejecución y próximas a licitarse gracias al Fondo del Resarcimiento. En un país donde las provincias enfrentan urgencias salariales y desorden fiscal, Mendoza sigue haciendo obra pública. Eso no se discute, se reconoce.
Uno de los grandes momentos de la Asamblea Legislativa fue cuando el Gobernador resumió: "Hagamos cobre, hagamos mejor vino y cuidemos el agua". Una frase potente que marca un cambio cultural en el modo de pensar la matriz productiva. Resulta llamativo que desde La Cámpora, quienes evitaron debatir sobre minería durante años, ahora pretendan dar lecciones. Es gracias a las gestiones de Suárez y Cornejo que ese tema se instaló en la agenda como una herramienta de desarrollo económico. Sagasti intenta confundir a la opinión pública alegando que Cornejo frena la actividad minera. La verdad es que, en este tema, no se necesitan más piedras en el camino. Mendoza necesita liderazgos que construyan consensos, no discursos cargados de cinismo. Y el Ejecutivo provincial, junto a legisladores comprometidos, viene trabajando para desarrollar minería sustentable con licencia social y en el marco de la ley, algo que el peronismo jamás siquiera intentó.
Tampoco sorprende que el diputado Jorge Difonso, parte del fallido experimento "La Unión Mendocina", repita su libreto: criticar sin proponer y oponerse sin construir. Resulta curioso que quienes nunca se preocuparon por diversificar la economía provincial, pretendan hoy dar cátedra desde la comodidad de la crítica fácil.
Muestrario de concejales de Cornejo: el farolero y el analítico
Desde 2015, Mendoza eligió un rumbo: respeto por las instituciones, gestión seria y responsabilidad fiscal. Pese al contexto adverso, la provincia mantiene sueldos al día, servicios funcionando, equilibrio fiscal y previsibilidad. No es casualidad, es gestión. A diferencia del PJ, Cornejo logró fortalecer la seguridad, la educación y retomar la agenda de diversificación productiva, sin improvisaciones ni oportunismo político.
Se pretende dar lecciones de gobernabilidad sin una mínima cuota de experiencia, respaldando modelos nacionales que sólo trajeron pobreza, corrupción y fraude al Estado. Gobernar no es tuitear ni buscar títulos para la polémica. Gobernar es estar todos los días gestionando, ordenando y decidiendo. Eso es lo que hace Cornejo, y eso es lo que los mendocinos reconocen. Mendoza, todos los días un paso adelante.