El ritual del asesino: lo que el caso Jurado revela sobre los crímenes seriales en Argentina

Un análisis criminológico sobre la matriz de comportamiento de los criminales seriales. Escribe Eduardo Muñoz.

Eduardo Muñoz
Criminólogo. Autor del libro "El Género de la Muerte". Divulgador en medios. Análisis criminológico aplicado a temas sociales de actualidad y seguridad. linkedin.com/in/eduardo-muñoz-seguridad IG: @educriminologo

El horror que nos obliga a mirar más de cerca

La detención de Matías Jurado en Alto Comedero (Jujuy), tras el hallazgo de restos humanos en su vivienda, conmocionó a la opinión pública. Pero más allá del espanto inmediato, el caso dejó señales claras que deben ser leídas con atención. 

No es solo la historia de un asesino: es la radiografía de un tipo criminal que prospera en la invisibilidad, y de una sociedad que aún no sabe cómo detectarlos.

En criminología, cada caso extremo revela patrones. El de Jurado nos ofrece una oportunidad única para identificar las conductas, los entornos y las decisiones que rodean al fenómeno del asesino serial.

Estas son tres lecciones clave que nos ayudan a comprender este tipo de crímenes:

1) El ritual del asesino: cómo y por qué mata

Contrario a la idea de un criminal caótico o impulsivo, el asesino serial sigue un patrón. Su conducta está marcada por la repetición, la planificación y la puesta en escena. Mata al menos tres veces, dejando entre cada crimen lo que se conoce como "períodos de enfriamiento" (cooling-off periods). Estos intervalos no son pausas inocentes: son fases activas en las que el agresor perfecciona su fantasía, selecciona a su nueva víctima y ajusta su método.

En el caso Jurado, estos intervalos estaban definidos con precisión. Elegía momentos específicos para actuar y utilizaba su vivienda como un laboratorio del horror. Allí no solo ejecutaba los crímenes, sino que diseñaba su estructura, su simbología, su secuencia. Entender el ritual es clave para identificar patrones y anticipar comportamientos.

2) Víctimas invisibles: el blanco perfecto

Una constante en los asesinos seriales es la elección de víctimas vulnerables. No por casualidad. Personas en situación de calle, con adicciones, sin redes familiares o afectivas. 

Lo que las vuelve vulnerables no es su debilidad física, sino su ausencia en el radar social e institucional. Son personas que pueden desaparecer sin generar alarma inmediata.

3) Las tácticas del depredador: cómo atrapa a sus víctimas

Antes de matar, el asesino serial neutraliza. Su objetivo no es solo someter por la fuerza, sino manipular desde el primer contacto. Las estrategias de captación son tan importantes como el acto criminal. En el caso Jurado, se identificaron tres tácticas frecuentes:

  • Falsa autoridad: Se presentaba como alguien confiable, alguien que ofrecía ayuda, protección o soluciones. Simulaba una figura de poder o de respaldo.
  • Trampa persuasiva: Prometía algo que la víctima necesitaba con urgencia: un techo, comida, trabajo. Lo ofrecía en el momento justo, donde la desesperación lo convertía en salvador.
  • Manipulación contextual: Leía la situación emocional y económica de la víctima, y se insertaba como respuesta a ese vacío. La ayuda inesperada, en un contexto de abandono, funcionaba como anzuelo.

La responsabilidad es colectiva

Matías Jurado no actuó en el vacío. Sus víctimas no eran invisibles para él, pero sí para el resto.

Por eso, la lección más importante no es solo entender cómo piensa un asesino serial, sino reconocer los patrones de indiferencia que lo dejaron actuar sin ser detectado.

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