Primicia mata derechos: cuando nada importa
El análisis del Dr. Carlos Varela Álvarez sobre cómo se informaron los detalles del caso de la chica de La Paz que llegó con un arma a la escuela y disparó.
La mañana y medio día del miércoles 10 de septiembre trajo una novedad grave para Mendoza y su sociedad. Una menor de 14 años, informaba la prensa, con un arma se había presentado en su escuela en una de las partes más pobres de Mendoza y disparado al aire.
Hija de un policía decía la noticia, las imágenes de la niña con un arma en su mano derecha ingresando a la escuela, repetida una y otra vez ganaron todos los portales. Infundir miedo es parte de la ganancia en el rating.
A su vez ese terror, miedo, seguramente de los padres de sus compañeros y compañeros, alumnos/as docentes y desde sus propios padres no debe haber tenido límites. Es lógico y entendible.
El problema o la razón de esta nota es sobre otros límites que ya no importan y ni siquiera a la justicia mucho menos.
Es el tema del derecho a la imagen, la identidad, el interés superior del niño, etc, cuestiones ya banales y menores en un mundo inmediato, táctil y procaz.
La primicia mata derechos.
La ley 26.061 de Protección Integral remarca que "Las niñas, niños y adolescentes tienen derecho a la dignidad como sujetos de derechos y de personas en desarrollo; a no ser sometidos a trato violento, discriminatorio, vejatorio, humillante, intimidatorio...".
Agrega que "las niñas, niños y adolescentes tienen derecho a ser respetados en su dignidad, reputación y propia imagen. Se prohíbe exponer, difundir o divulgar datos, informaciones o imágenes que permitan identificar, directa o indirectamente a los sujetos de esta ley, a través de cualquier medio de comunicación o publicación en contra de su voluntad y la de sus padres, representantes legales o responsables, cuando se lesionen su dignidad o la reputación de las niñas, niños y adolescentes o que constituyan injerencias arbitrarias o ilegales en su vida privada o intimidad familiar".
En este sentido expuesto, la ausencia de dignidad dará lugar a la violencia en cualquiera de sus formas. Al respecto, el Comité de los Derechos del Niño ha sido taxativo en señalar que: "El Comité siempre ha mantenido la posición de que toda forma de violencia contra los niños es inaceptable, por leve que sea. La expresión ‘toda forma de perjuicio o abuso físico o mental [contenida en el artículo 19.1 de la CDN] no deja espacio para ningún grado de violencia legalizada contra los niños. La frecuencia, la gravedad del daño y la intención de causar daño no son requisitos previos de las definiciones de violencia. Los Estados parte pueden referirse a estos factores en sus estrategias de intervención para dar respuestas proporcionales que tengan en cuenta el interés superior del niño, pero las definiciones no deben en modo alguno menoscabar el derecho absoluto del niño a la dignidad humana y la integridad física y psicológica, calificando algunos tipos de violencia de legal y/o socialmente aceptables".
La información a mansalva identificó el lugar, el nombre de la escuela, que era una niña de 14 años, hija de un policía de San Luis y que cursaba 2do año. ¿Creen que eso no es suficiente para identificarla y señalarla en La Paz?
¿‘Tiene importancia escribir sobre esto?
Para mi sí, no importa cuántos lectores puedan leer estas palabras, pero lo importante es no callar frente la jauría de la prensa, a los que huelen sangre y se lanzan sobre la presa sin medir ninguna consecuencia, salvo la exclusiva y el rating.
Esta niña podrá tener los problemas que sean y deberán ser abordados por su familia, colegio, comunidad, su barrio, amigas y profesionales y por supuesto desde la justicia porque ella con su acción ha provocado su accionar.
Desde ya si tiene los 14 años es inimputable pero eso es lo de menos porque la niñez es hasta los 18 años de edad.
Por tanto ese artículo 22 de la ley 26061 y el interés superior del niño son límites infranqueables incluso para la prensa.
Ya la niña con esas imágenes con un arma en su mano derecha más allá del desenlace su suerte está echada. Ha sido vista por la humanidad con el alcance de las redes y expuesta públicamente.
Ese es un daño infringido por el mundo moderno y por el silencio cómplice de la justicia o acaso algún asesor de menores o juez de menores alzó su voz? Afónicos están y ese artículo de la ley que me he mencionado está invisible y oxidado.
Hemos sido informados que la niña está entregó el arma y que la comunidad educativa está bien, ahora restará saber que dio origen a ello y que pasará con esta persona y su comunidad, cómo será el día posterior en clases.
Pero ella y su escuela han sido señalados y sobre ellos caerán nuestras opiniones, críticas y silencios.
La ministra de Seguridad, siempre tan presente, salió a decir que la niña estaba a salvo. Claro, antes también, se olvidó de la Convención de los Derechos del Niño y de la Ley de Minoridad.
Es la misma que cuando sucedió un acto aberrante y criminal en Mendoza con un preso que en su salida mató a su pareja, dio a conocer su prontuario, lo que está protegido por la Ley de Datos, porque son confidenciales y por tanto no públicos.
El principio de inocencia por más brutal que sea el hecho, la protección de la niñez, el derecho a la imagen en especial sobre estos últimos siguen siendo pilares esenciales de un mundo democrático y la prensa y las instituciones son sus escuderos pero nunca son delatores o verdugos.
Hoy la primicia volvió a convertirse en el ejecutor serial de un derecho.
Ojalá mañana no.