La formación en STEM es el comienzo

Escribe Alfonsina Chesini, Lic. en Informática (UNLP), cofundadora y directora en Flux IT. El 25 de abril es el Día Internacional de las Niñas en las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC).

Alfonsina Chesini

Mientras el mundo debate las consecuencias del avance y los aportes de la Inteligencia Artificial, un paso más hacia el interior de la era digital, nos encontramos ante la posibilidad de atender las desigualdades, desde el comienzo de la formación para proyectar un mundo de posibilidades, construyendo las bases para un futuro más equitativo, donde las STEM son la piedra angular de esta proceso.

¿Por qué la formación en STEM es fundamental? En inglés las siglas abrevian a áreas del conocimiento que son fundamentales para el desarrollo tecnológico: Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas. Aprendizajes elementales para poder desempeñarse en cualquier proyecto vinculado a la industria IT.

Según datos de la UNESCO, menos del 30% de las mujeres se matriculan en las áreas educativas vinculadas a las STEM. Mientras, se espera que para el 2050 cerca del 75% de los trabajos estén asociados a estos conocimientos. Se trata de una proyección que, de continuar la disparidad educativa, promete profundizar -aún más- la brecha de género.

Nos encontramos ante una formación que limita la internalización de las STEM desde la infancia. A través de la construcción desasociada de las mujeres en estas áreas, donde los juegos motivan a que los niños desarrollen el ingenio y análisis promoviendo habilidades. Mientras, los cuadros inspiradores en estas áreas están ausentes para las niñas, ya sea a través del juego o bien a partir de referentes en cargos decisivos que motiven ese interés por carreras afines a la industria.

Si bien nos encontramos ante el crecimiento -lento y progresivo- de mayor presencia femenina en las oficinas de tecnología, esto solo no alcanza si las organizaciones mantienen el status quo y no cambian. Deben re pensarse las dinámicas y formas de hacer las cosas, revisar cómo se están reproduciendo las desigualdades de género en el mercado, aún sin premeditarlo.

La conformación de equipos plurales y diversos, con distintas miradas y formas de pensar, representa un bien en sí mismo. Un potencial enriquecedor que aporta creatividad e innovación, algo que la industria precisa permanentemente para enriquecer las demandas del desarrollo tecnológico.

Estamos ante la urgencia de atender las inequidades desde el comienzo de la formación, algo que podría poner fin a esta brecha -o profundizarla- aún más si no atendemos las oportunidades que podemos generar desde el semillero para revertir las desigualdades.

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