El veto que silencia el futuro: una oda al retroceso en la educación superior argentina

Fernanda Bernabé analiza la crisis del financiamiento de la educación pública universitaria.

Fernanda Bernabé
Decana de la Facultad de Ciencias Empresariales y Gestión Pública de la Universidad Champagnat. Docente titular de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales y Directora del Centro de Estudios de Estado e Innovación Pública (UNCUYO).

El 10 de septiembre de 2025, Argentina vivió un acontecimiento que resonaría como agravio en las universidades y en toda la comunidad: el Presidente firmó el Decreto 647/2025, que vetó, en su totalidad, al proyecto de financiamiento universitario, un acto que no solo generó una profunda conmoción e indignación, sino que marcó un punto de inflexión en la educación superior del país. Este veto al proyecto de ley de financiamiento universitario no es simplemente una decisión política; es una declaración que silencia las esperanzas y los sueños de una nación entera. 

Desde la llegada al poder de la Coalición La Libertad Avanza, el sistema universitario argentino ha sido empujado hacia un estado crítico. En este contexto, nos encontramos ante un acto que amerita ser considerado como una oda a la educación superior, ya que ejemplifica tanto la belleza de lo que supo ser como la tragedia de lo que está sucediendo.

Dato mata relato

Desde que la Libertad Avanza asumió el poder en Ejecutivo nacional, las inversiones en educación superior han disminuido considerablemente. Las estadísticas de diferentes fuentes y basadas en datos de la Secretaría de Políticas Universitarias (SPU) del Ministerio de Educación, revelan que el presupuesto destinado a las universidades en relación al Producto Interno Bruto (PIB) ha ido cayendo, mientras que el Índice de Precios al Consumidor (IPC) ha experimentado un incremento significativo.

Al comparar los últimos 10 años de la evolución del presupuesto universitario en relación al PBI, la representación del mismo en 2015 era del 0.85% pasando a representar en 2025 un estimado del 0.43%. Esta disparidad demuestra la complejidad para la sostenibilidad de las instituciones educativas.

Como toda oda que se respeta, este análisis no puede eludir la realidad. La belleza del conocimiento y el esfuerzo invertido en cada aula, cada libro y millones de estudiantes se ven opacados por decisiones que parecen ignorar su valor intrínseco. La situación actual nos invita a reflexionar sobre el atentado que hoy se perpetra al papel de la educación universitaria, como uno de los pilares fundamentales del desarrollo.

Además, la pérdida salarial docente, es otro efecto desvastador de la austeridad impuesta. Si tomamos el período de gestión actual que aún no cumple 2 años, los salarios han tenido una pérdida del 28,1 %. Pero al comparar los últimos 10 años el salario docente decreció entre noviembre de 2015 y mayo de 2025 un 53,9%. Esta realidad provoca una desmotivación crucial y una precarización histórica entre los profesores. La oda, en este contexto, se convierte en un llamado a la empatía y a la reflexión sobre el valor que otorgamos a quienes forjan el futuro.

Efectos del veto

El veto de la ley de financiamiento universitario tiene consecuencias devastadoras para la calidad educativa y la infraestructura de las universidades. La falta de recursos se traduce en aulas deterioradas, laboratorios desactualizados y escasas posibilidades de investigación, salarios indignos. Estas condiciones adversas afectan tanto a docentes, no docentes como a estudiantes, quienes se ven obligados a lidiar con un entorno académico convulsionado, incierto, pero en lucha. Aquí es donde la oda toma forma, no solo como un reconocimiento de lo que debería ser, sino como un grito silencioso de alerta ante la realidad que enfrentamos.

Finalmente el veto no es una mera decisión de ajuste fiscal, es una decisión arbitraria hacia uno de los pilares fundamentales del desarrollo social argentino: la educación. La falta de inversión y el desprecio por el futuro académico de nuestro país no son solo decisiones políticas, sino un golpe directo al presente y futuro de miles de estudiantes, no docentes y docentes que luchan por una educación de calidad.

La situación actual demanda un análisis crítico y un llamado a la acción colectiva. Es fundamental que la comunidad educativa y la sociedad civil se sigan movilizando para exigir cambios. La educación es un derecho, no un privilegio, y el futuro del sistema universitario argentino depende de decisiones responsables y comprometidas que prioricen el bienestar de quienes forman parte de este ecosistema. Cada palabra en este texto busca ser un eco de la oda: un canto que no solo exalta las cualidades de lo que ha sido nuestro sistema universitario, sino que también desafía las circunstancias que amenazan con silenciar el futuro de nuestra educación.

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