Fondos de pensiones: en Chile comienzan a verle el lado bueno al golpe populista

Casi la totalidad de los chilenos que pidieron el 10% de sus fondos de pensiones ya recibió el pago y hay US$6.700 millones que comienzan a inyectarse a la economía. El sistema de AFP sigue en la mira, pero genera algo más de confianza.

Sin duda fue una idea que nació de la mano del populismo, pero en el camino se fue ordenando y hoy incluso quienes la criticaban le están viendo el lado bueno. La reforma constitucional que permitió a los chilenos sacar el 10% de sus fondos de pensiones ya es realidad y el 85% de las personas que solicitaron ese dinero ya recibió el primer pago y en 30 días hábiles recibirá el segundo.

En total, más de 8.600.000 afiliados pidieron los fondos y en consecuencia están inyectando a la economía sumas millonarias. Los pagos realizados hasta el momento alcanzan los US$6.703 millones, faltando aún un porcentaje cercano al 20% por pagar durante la jornada de hoy.

La medida, que era resistida por la administración de Sebastián Piñera, está siendo analizada en otros países como una forma de llegar con ayuda efectiva a la población en tiempos de pandemia, pero además sirvió para darle un poco de respiro a las críticas que recibió el sistema de pensiones. Aunque aún se pide su modificación, ya no sería a cualquier costo.

El ministro de Economía trasandino, Lucas Palacios, reconoció que la inyección de recursos en las familias chilenas está teniendo un efecto positivo en la economía. "A nosotros no nos gustaba mucho este proyecto porque tiene una contrapartida que es muy costosa, que es el tema de las pensiones, y eso va a ser un problema que luego hacia adelante vamos a tener que resolver. Pero tiene efectivamente un impacto positivo, porque tiene una inyección del liquidez que activa el consumo doméstico", sentenció.

Pero eso no es todo lo que el Gobierno trasandino sacó de positivo de este proceso, porque los resultados de la encuesta Cadem, una de las más reconocidas en el vecino país, señaló que la confianza hacia las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP) aumentó 10 puntos en comparación con el mes anterior y llegó a un 23%, su registro más alto desde abril del 2016. Eso, por el sólo hecho de cumplir y hacer sumamente expedito el proceso para que se cobrara el dinero. Incluso, la mayoría de los beneficiados sólo tuvo que llenar un formulario web por única vez y recibieron los pagos varios días antes de la fecha límite establecida por ley.

Aunque el resultado de la encuesta no entrega una cifra que haga pensar que se revirtió la mala imagen del sistema, sí abre una luz para que el tratamiento de una reforma al sistema jubilatorio se de en un ambiente distinto al que se generó con el estallido social de octubre, durante el cual las AFP eran blanco de gran parte de las movilizaciones.

Otro punto que indicaría que esa es la tendencia, fue el rechazo a un proyecto que se llevó al Congreso para nacionalizar los fondos y crear un sistema solidario. Es decir, hace algo similar a lo que se hizo en la Argentina durante el primer gobierno de Cristina. Esa posibilidad es lejana, pero a partir del reclamo de los mismos afiliados, los que señalan en campañas de redes sociales que "el otro 90% también es nuestro", manifestando su rechazo a la posibilidad de que se dejen de lado las cuentas individuales que existen en la actualidad y pasen a un fondo común y solidario administrado por el Estado.

Es que una de las razones por las que aumentó la confianza de los chilenos en las AFP es porque por primera vez pudieron sentirse dueños de sus ahorros previsionales. Aunque sea de manera excepcional, para muchas familias es un salvavidas, para otras una oportunidad de inversión y para algunas es una oportunidad ahorro del que podrán disponer cuando lo necesiten. De ahí, que consideren necesario un cambio en el sistema, pero siempre resguardando la propiedad de sus recursos.

Se estima, además, que con el paso de los días y con la llegada del segundo pago (que se hará el próximo mes), siga creciendo la confianza en las AFP, pero nunca para revertir la tendencia en su contra.

Sin embargo, por la efectividad con la que actuaron, y una vez que vieron el dinero depositado en sus cuentas, los chilenos bajaron un poco el nivel de temor que existía respecto a sus ahorros previsionales, porque por primera vez pasaron a ser recursos reales. Hasta ahora no pasaban de ser números en un informe mensual sus correos electrónicos.

La discusión del proyecto, además, sirvió para que muchas personas se acercaran a conocer más sobre el sistema de sus pensiones, por lo que se estima que a la hora de abordar la reforma, habrá una ciudadanía más informada para analizar las opciones que se presenten a futuro para las jubilaciones.

Así, una medida resistida tiene varios aspectos positivos que valoran en Chile en medio de la crisis provocada por las medidas restrictivas para controlar la pandemia. Aún les queda mucho, pero estiman que de la mano de los mejores números en materia sanitaria y con las familias con una inyección de recursos, se puede tener un panorama más optimista para enfrentar lo que aún queda por delante.

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