Alas, alas, necesitamos alas

Isabel Bohorquez sigue la serie analítica y habla aquí de la formación para el mundo del trabajo en el abordaje de la discapacidad.

Isabel Bohorquez

Era el año 1985/1986 aproximadamente.

Trabajaba en el CEMDA (Centro para Discapacitados Auditivos) y una de nuestras preocupaciones era la formación laboral y profesional de nuestros jóvenes. Dimensión que aún hoy en día sigue estando desprovista de políticas públicas sólidas.

Por ese entonces, comenzamos a tener noticias de proyectos -que fueron pioneros- en lógica y lenguaje computacional. Me estoy refiriendo a "la prehistoria" de la informática tal como la conocemos actualmente, antes del lenguaje Microsoft MS-DOS y antes del lenguaje Microsoft WINDOWS...

Leímos a Seymour Papert, de origen judío nacido en África, matemático, estudioso de la Psicología Genética junto con Jean Piaget en Suiza, doctorado en Matemática y uno de los fundadores del Instituto de Inteligencia Artificial en el MIT (Instituto Tecnológico de Massachusetts) que a fines de los años sesenta creó un maravilloso lenguaje computacional LOGO concebido con la finalidad de usarlo para enseñar programación y fundamentalmente como afirma el propio autor: "Mi interés está en el proceso de invención de "objetos para pensar", objetos en los que se intersectan la presencia cultural, el conocimiento incorporado y la posibilidad de identificación personal".

Papert desarrolló su enfoque basado en su experiencia con Piaget a principios de los sesenta, asumió los conceptos del constructivismo respecto a las capacidades de los niños para construir sus conocimientos y fue más allá, planteando un concepto propio: el construccionismo. Fue quien introdujo como tarea educadora por ejemplo la construcción de robots, la programación de videojuegos y la creación de simulaciones científicas, todas actividades construccionistas que fomentan el aprendizaje en ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas.

Alas, alas, necesitamos alas

Fundamentalmente, consistía en presentar a los niños y jóvenes, retos intelectuales que pudieran ser resueltos mediante el desarrollo de programas en Logo. La tortuga característica del lenguaje Logo se constituyó en la herramienta que le permitía plantear desafíos a través de juegos, dibujos, trayectos simples para posteriormente elaborar objetos más complejos a la vez que ir aprendiendo no sólo el lenguaje computacional sino generando abstracciones mentales, aprendiendo a pensar en un lenguaje determinado. El principal motivo era el desarrollo del pensamiento.

Allá fuimos, a formarnos en Logo, a fines de los años ochenta y con nada de recursos. Asistimos a un curso de noche en unas aulas que funcionaban en lo que sería también una institución precursora de nuestra ciudad de Río Cuarto, Córdoba. Eran computadoras color beige clarito, monitores en blanco y negro, pequeños, teclas grandes y toscas. Aprendimos a programar y a jugar con la tortuga ¡hace casi cuarenta años!

Leímos a Antonio Battro, médico argentino que en la década de los años sesenta estudió junto con Piaget y compartió sus investigaciones sobre Psicología Genética, luego se formó en Neurociencia y enriqueció la perspectiva piagetiana, considerando que la tarea educativa debía incorporar los aportes de la neurociencia para potenciar así las capacidades de los estudiantes.

Battro se inspiró en el trabajo de Papert y lo introdujo en Argentina. Y lo que para nosotras fue algo extraordinario en aquél entonces: Battro se interesó en la aplicación que este lenguaje computacional Logo podría tener para las personas con discapacidad. Particularmente por la posibilidad de desarrollar un lenguaje que, a su vez, enriqueciera sus capacidades comunicacionales.

Dijimos, por acá es.

Leímos a Horacio Reggini en su texto que marcaría definitivamente nuestro camino: Alas para la mente (1982). Reggini fue un ingeniero argentino, promotor de la introducción de las computadoras en la educación, amigo y alter ego de Papert, que participó de proyectos junto con él en el MIT y estuvo presente en el principio de lo que hoy conocemos como lenguajes computacionales y el surgimiento de la inteligencia artificial.

Teníamos la brújula: debíamos formar a nuestros estudiantes en una dimensión que fuera no solamente un instrumento para la superación de algunas dificultades específicas de su discapacidad (su sordera y sus barreras comunicacionales y lingüísticas), sino también, brindarles herramientas que les permitieran tener una formación profesional y laboral por encima de la media.

No se trataba de una formación para igualarlos al resto del mundo normo oyente. Buscamos alcanzar un perfil que los distinguiera, dando vuelta la ecuación.

En primer lugar, el desafío fue encontrar la gente apropiada (entonces los programadores y analistas de sistema eran algo exótico), luego conseguir el equipamiento para la escuela y finalmente acertar en un proyecto de capacitación a nuestros estudiantes que contuviera este complejo espectro de objetivos a la altura de los anhelos de Papert, Battro y Reggini.

Y lo hicimos. Luego de un par de intentos fallidos, sumamos a la única persona que conocimos que reunía en su perfil ser programadora y tener un título de grado en educación, Adriana Bohorquez, que junto con una de las docentes profesora para sordos, conformaron un equipo de trabajo que elaboró un trayecto de formación para que pudieran culminar la escuela primaria y secundaria bajo el régimen común y a su vez, se volvieran diestros en el uso de los lenguajes computacionales.

Todos nuestros estudiantes de entonces se ubicaron en trabajos debido a esta formación innovadora en su tiempo. Fue una experiencia tan exitosa que nos superó en expectativas.

Muchísimos años después, fui a la municipalidad para hacer un trámite referido a mi jubilación. Entré a una oficina y para mi sorpresa estaba una de mis ex alumnas, una mujer ya de unos cuarenta años aproximadamente que me atendió con una sonrisa que iluminaba su rostro. Me emocioné tanto que lloré de alegría y de orgullo porque el proyecto a lo Papert en nuestra pequeña escuela para sordos había funcionado y seguía vivo.

Si vamos a discutir la discapacidad en serio en Argentina, un aspecto indispensable es el de la formación laboral y profesional.

La verdadera inclusión en una sociedad es la tener oportunidades para ser una persona realizada, plena, con proyectos propios.

Creo en la integración a las escuelas comunes, siempre que esa sea una experiencia positiva y genuina para la persona y su familia. Creo en los esfuerzos, muchas veces extraordinarios, que hacen tantas personas para superar sus barreras y salir adelante. Sin embargo, el camino no acaba con la asistencia de sus necesidades (ya sea en equipamiento, medicación, etc.) o con una jubilación o con la inserción en las escuelas comunes donde en el mejor de los casos, el Estado (las obras sociales suelen hacen caso omiso, aunque la ley vigente les obliga) proveerá una docente que le asistirá dos veces por semana...

Hay que discutir y ampliar el espectro de opciones para la formación laboral y profesional. Nuestros niños y jóvenes discapacitados no estarán toda su vida en una escuela (menos si es una escuela común), necesitan encontrar su proyecto personal a través de sus talentos, sus fortalezas que muchísimas veces son fruto también de su discapacidad, sus particularidades y sus intereses e integrarse al mundo desde un lugar de dignidad, de propósito, de intervención y de participación ciudadana.

La ley de Emergencia en Discapacidad que se ha estado debatiendo y que ha puesto el foco de atención pública en las diferentes problemáticas sobre la discapacidad, plantea el cumplimiento (que ya está establecido por la ley 22.341 del año 1981) del cupo laboral reafirmando la obligación del Estado de cumplir con el cupo laboral del 4% para personas con discapacidad en el sector público.

Pero eso no sucede en Argentina. Aunque la ley tiene una vigencia de más de cuatro décadas y se debería esperar del Estado el estricto cumplimiento de las leyes, eso no es así y el cupo laboral del 4% sigue siendo un pendiente tanto en organismos nacionales como en dependencias de las provincias y en los municipios y en el ámbito privado (en los casos de empresas que superen los 40 empleados).

Dos cuestiones importantes:

En primer lugar, ¿cómo se establece ese porcentaje del 4%? ¿En qué se fundamenta? ¿Tiene que ver con una cifra poblacional?

Los cupos laborales en otros países de Latinoamérica e inclusive de Europa oscilan entre el 1 y el 10%.

La estimación que hace la OMS a nivel mundial es que alrededor del 10% de la población tiene algún tipo de discapacidad. Si podemos establecer alguna estimación en Argentina respecto al porcentaje de la población con discapacidad en edad laboral (18-65 años) que nos refleje a su vez la posibilidad de establecer un cupo laboral, creo que éste debiera ser actualizado, (incluso aumentado). Pero primero necesitamos cifras genuinas.

En segundo lugar, ¿qué previsiones puede establecer tanto el sector estatal como el privado para cumplir con el cupo laboral establecido por la ley? o ¿seguiremos ignorando las normas para solo discutir las premisas políticas?

Necesitamos mayor transparencia, seguimiento y control, adecuación de condiciones que permitan la integración laboral y fundamentalmente, capacitación laboral y profesional.

Es poco, muy poco, lo que se hace a nivel de política pública en todos los estamentos de gobierno, en aras de una bandera de igualdad que desiguala y deja a fuera a miles y miles de personas.

Aprisionados en nuestros propios prejuicios así como en nuestras creencias ideológicas fundamentalistas, hemos abandonado a muchos jóvenes y adultos a sus propios recursos y ya sabemos cómo termina la historia...

Necesitamos alas, alas...y emprender nuevas historias.

Notas

1- https://quantumzeitgeist.com/seymour-papert/ 2 -Papert, Seymour, Mindstorms: children, computers, and powerful ideas. Basic Books, Inc., Publishers / New York, 1980, introducción, p.10 3- https://www.educ.ar/recursos/120647/antonio-battro-el-aprendizaje-actual#:~:text=Ha%20escrito%20varios%20libros%20y,Brain%20is%20enough%20(2000). 4-https://educavallologo.wordpress.com/tag/horacio-reggini/ file:///C:/Users/ieboh/Downloads/Dialnet-PuedeFallar-9203114.pdf 5-https://www.argentina.gob.ar/normativa/nacional/ley-22431-20620/actualizacion 6-https://www.memo.com.ar/poder/el-estado-incumple-con-el-cupo-laboral-para-personas-con-discapacidad-apenas-llega-al-1-3/

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