Década perdida para la ganadería de Mendoza bajo el gobierno de Cornejo
"Retroceso y estancamiento, síntomas de un ciclo terminado", la opinión de Bruno Ceschin desde la organización COSECHA, *Centro de Observación y Seguimiento de la Economía y Crisis Hídrico-Agropecuaria.
La ganadería bovina en Mendoza atraviesa una profunda crisis que se ha acentuado en la última década. Lejos de consolidarse como una alternativa productiva sólida, el sector muestra signos de estancamiento y retroceso, evidenciando la falta de políticas públicas efectivas por parte del gobierno de Alfredo Cornejo. Los productores coinciden en señalar que los últimos diez años representan una década perdida para la actividad, un ciclo agotado que no logró satisfacer las necesidades del sector ni potenciar su crecimiento.
Según datos oficiales, el stock bovino en Mendoza cayó de 473.095 cabezas en 2023 a 430.850 en 2024, lo que representa una disminución del 9% en un solo año. Departamentos históricamente ganaderos, como San Rafael, sufrieron una caída del 16% en su rodeo, cediendo el primer lugar provincial a General Alvear. Esta tendencia negativa contrasta con los anuncios del Plan Ganadero Bovino, que pretendía abastecer el 30% del consumo interno de carne de Mendoza. Lejos de lograr este objetivo, la falta de inversión en infraestructura, acueductos y caminos ganaderos dejó al sector vulnerable y sin proyección de crecimiento.
A esto se le suma la ausencia de acceso al crédito para pequeños y medianos productores, un obstáculo que limita la capacidad de expansión y modernización de los establecimientos. El acceso a la tierra y su regularización sigue concentrado en pocas manos, lo que impide una distribución equitativa para fomentar la producción. Además, las políticas anti cíclicas frente a fenómenos climáticos adversos, como la sequía, han brillado por su ausencia, dejando a los productores sin herramientas para sobrellevar las crisis climáticas.
Promesas incumplidas y falta de resultados de un modelo agotado
El gobierno de Cornejo anunció diversas iniciativas para impulsar la ganadería, como el Plan de Destete Precoz y la cancelación de hipotecas rurales históricas. Medidas que no se cumplieron o fueron limitadas y no lograron revertir la tendencia negativa ni generar un impacto significativo en el sector. Durante la 44ª Fiesta Nacional de la Ganadería en General Alvear, los productores insistieron en la necesidad de avanzar en acueductos y obras que siguen postergadas y limitan la expansión del sector. Las obras de conectividad, electrificación y caminos ganaderos se realizaron de manera lenta e insuficiente, según reclaman las entidades del sector.
La falta de avances concretos y la persistencia de problemas estructurales indican que el modelo de gestión actual ha llegado a su fin. La ganadería mendocina necesita un cambio de rumbo que priorice políticas públicas sustentables de crecimiento y abastecimiento local, inversiones reales y un enfoque integral que aborde las necesidades del sector. Las voces de los productores reclaman una reforma impositiva integral y mayor compromiso en infraestructura, temas que no estuvieron presentes durante las gestiones de Cornejo.
Además, se evidencia un proceso de concentración de la producción, donde los pequeños productores pierden terreno ante la falta de políticas inclusivas. La escasa disponibilidad de crédito y la nula asistencia en momentos críticos han acentuado esta tendencia.
El futuro de la ganadería en Mendoza
Es hora de reconocer que la década bajo el gobierno de Cornejo ha sido una oportunidad desperdiciada para la ganadería en Mendoza. El futuro del sector depende de decisiones comprometidas con la ganadería, una visión renovada que permita recuperar el tiempo perdido y construir una base sólida para el crecimiento. Los productores coinciden en que solo un cambio profundo en la política agropecuaria permitirá revertir esta tendencia y darle a Mendoza la posibilidad de ser protagonista en el sector ganadero.
La próxima década representa una oportunidad única para reconstruir y fortalecer la ganadería en Mendoza. Sin embargo, esto solo será posible si las nuevas políticas se enfocan en el desarrollo productivo, sustentable y efectivo del sector, apostando por inversiones en infraestructura, planes y programas para pequeños y medianos productores, modernización de las unidades productivas y un plan estratégico que marque el rumbo hacia el desarrollo.