Condena a Contardi: justicia que desafía la impunidad
La decisión judicial en torno al exmarido de Julieta Prandi, bajo el análisis del criminólogo Eduardo Muñoz.
Un fallo que rompe el silencio
Durante años, la violencia de género quedó oculta tras puertas cerradas; hoy, el Tribunal de Zárate-Campana envía un mensaje que no puede ignorarse.
Claudio Contardi fue declarado responsable de abuso sexual con acceso carnal agravado, una decisión que expone las cicatrices que la violencia de género deja en el alma de las víctimas.
Este fallo demuestra que los agresores ya no pueden refugiarse bajo el manto de lo privado.
Escuchar a la víctima: un cambio necesario
El tribunal tomó en cuenta el "grave daño a la salud mental de la víctima", un avance significativo en la justicia argentina. Reconocer el impacto psicológico de la violencia de género no solo valida la experiencia de la víctima.
También actúa como un mensaje preventivo: la sociedad no tolerará más la revictimización ni el silencio forzado. ¿Cuántas denuncias habrían sido ignoradas antes de este fallo?
Control, dominación y riesgo
Este caso permite analizar un patrón de abuso marcado por la dominación sistemática y la anulación de la voluntad de la víctima.
Contardi abusó de Prandi durante años, y durante ese tiempo ella estuvo atrapada sin poder denunciar ni escapar. Su situación evidencia cómo muchas mujeres quedan atrapadas en ciclos prolongados de violencia, y resalta la importancia de reconocer y sancionar estos comportamientos a tiempo para prevenir daños mayores.
Este patrón nos obliga a preguntarnos cómo la sociedad puede proteger a quienes aún viven bajo esta amenaza.
La influencia mediática y el revisionismo
La polémica se intensificó con Nicolás Márquez, biógrafo del Presidente Javier Milei, quien puso en duda la denuncia de Prandi en redes sociales, ignorando el fallo judicial.
Aunque borró su mensaje tras recibir un masivo rechazo, sus palabras muestran cómo ciertos actores mediáticos distorsionan la percepción pública y debilitan la confianza en la justicia.
Minimizar denuncias probadas es un mecanismo que retrasa la transformación social y refuerza los patrones de abuso. Pero mientras se debaten opiniones mediáticas, la sentencia sigue siendo un hito irrefutable.
Justicia firme, sociedad alerta
La condena a 19 años de prisión no solo cierra un capítulo de violencia: abre la puerta a una cultura de justicia más firme y consciente de la perspectiva de género. Como sociedad, debemos mantener viva la conversación, exigir tribunales valientes y garantizar que cada grito de auxilio sea escuchado.
La sentencia a Contardi no solo castiga un delito, sino que nos desafía a todos: ¿cómo garantizamos que cada denuncia de violencia de género sea atendida antes de que sea demasiado tarde?