La pandemia no solo afecta a nuestro cuerpo

"Resistir es participar en la construcción de un nueva forma de vida, de una vida en la que se reconozcan y practiquen los principios básicos de una convivencia democrática".

Elia Bianchi de Zizzias

"¿Se puede vivir una buena vida en medio de una mala vida?". Elia Ana Bianchi Zizzias.

La pandemia no sólo afecta a nuestro cuerpo, sino a nuestra salud mental. El encierro produce miedo, ansiedad, angustia e incertidumbre. Es un hecho totalmente inusitado. Hemos escuchado a muchos especialistas en salud física y mental, a varios economistas, todos con un común denominador : naufragio de una sociedad dirigida por funcionarios de turno que no saben como lidiar seriamente con los pronósticos, los tiempos sociales, las circunstancias mundiales.

Pasado los primeros momentos, el miedo, más que la prudencia. Movió a los ciudadanos a aceptar todos los protocolos de cuidado, que fueron efectivos en las primeras etapas. Nadie puede prever con seguridad la evolución y el comportamiento de este virus. Por otra parte, los medios invaden nuestra soledad con informaciones estadísticas seguras o no, tendenciosas o no, o mostrándonos imágenes apocalípticas de muertos, tumbas, geriátricos, hambre o precariedad.

En la cuarta etapa, parece que el agotamiento del encierro o la pérdida económica, da comienzo a la imprudencia por parte de los ciudadanos : sin barbijos, agrupados, sin respetar los protocolos de distancia aconsejados. Instituciones como Anses, y Afip, automatizadas, que no responden las urgencias de los contribuyentes , especialmente a los jubilados.

Por otro lado, advertimos , que la precariedad pasa por el lado de los que ahora son llamados "no son", o "no cuentan". Mientras que los poderes de gobierno, nos dan un triste ejemplo , con una justicia coptada con obsecuentes funcionarios, ciegos a la corrupción, designados en cargos de responsabilidad por "pertenecer " al séquito de la reina. El H. Congreso de la Nación, con sobresueldos que pagamos todos, no está presente, porque en tiempos de crisis como la que estamos padeciendo debiera funcionar a pleno, no es hora de avanzar con la costosa tecnología .

El sistema autocrático al que nos referíamos en el artículo anterior, adquire vigencia en detrimento de nuestra débil democracia.

¿Qué pasará después?

Viene a mi memoria una frase del Filósofo T. Adorno, (1) muy bien desarrollada por la filósofa norteamericana Judith Butler: "¿Se puede vivir una buena vida en medio de una mala vida?"(2)

De nada vale pensar qué entendemos individualmente por buena vida, las respuestas son complejas y distintas, además, la buena vida depende de la vida en la estructura social. No soy sólo yo, quien define, soy yo con los otros, es el poder de la biopolítica, es decir, los poderes políticos que están organizando tu vida, el poder disciplinario del que nos habla Faucault:todos vigilados.(3)

¿Podrán los ancianos, los niños en sus espacios reducidos, los trabajadores prescindibles, los habitantes de la pobreza, los docentes, los médicos y el personal de salud, de seguridad pensar en una futura buena vida, en espacios y tiempos colapsados por mala vida?

La historia nos demuestra que hay una respuesta que nos brinda una posibilidad de esperanza: resistencia. Resistir es participar en la construcción de un nueva forma de vida, de una vida en la que se reconozcan y practiquen los principios básicos de una convivencia democrática.

La pandemia no solo afecta a nuestro cuerpo

(1)Adorno,T.(2.013) Mínima Moralia, Ed. Akal. Madrid,.

(2)Butler.J.(2.017) Cuerpos Aliados y Lucha política. Paidos.Ciudad Autóma de Buenos Aires. Cap. 6º.

(3) Bianchi Zizzias,E. (2.019) Democracia.¿Realidad o Ficción?.Rd. Librea .Mendoza. Cap. 2º.

.

Esta nota habla de: