¿Quién interpela a los que no votan? Claves para comunicar en tiempos de desafección

El análisis de la demanda de la ciudadanía en la etapa previa a que concurran a las urnas. La encuesta de satisfacción/insatisfacción de la Universidad de San Andrés y el análisis de Rubén Zavi.

Rubén Zavi
Politólogo y especialista en Comunicación Política

Las elecciones de medio término en Argentina parecen encaminarse hacia un escenario doblemente preocupante: una polarización sin matices y un nivel de ausentismo electoral alto . No se trata solo de apatía política: cada vez más ciudadanos eligen no participar porque no encuentran representación genuina en ninguna de las opciones disponibles.


¿Quién interpela a los que no votan? Claves para comunicar en tiempos de desafección

Según datos recientes de la Encuesta de Satisfacción Política y Opinión Pública (ESPOP) de la Universidad de San Andrés, el 7% del electorado manifiesta su decisión de no votar. Entre ellos, el 34% argumenta estar cansado de la política, el 33% cree que las elecciones no sirven para

cambiar nada y el 23% asegura que ningún partido lo representa. Este último dato es clave para entender a una parte creciente del electorado: quienes no se sienten interpelados ni por el oficialismo libertario ni por la oposición peronista.

El liderazgo excluyente de Milei como factor del ausentismo

El protagonismo del presidente Javier Milei ha reconfigurado el sistema político. Su figura concentra apoyos intensos, pero también genera fuertes rechazos. En esa lógica binaria, Milei se convierte en un eje polarizador, que moviliza a sus bases más fieles, pero al mismo tiempo expulsa a sectores moderados o desilusionados, que no encuentran una alternativa atractiva en el escenario actual.

Este tipo de liderazgo, con fuerte carga emocional e ideológica, deja poco espacio para opciones intermedias. Y cuando no hay alternativas creíbles o con empatía social, el camino que muchos eligen no es el voto en blanco, sino directamente la desconexión total del sistema.

Mendoza: una alianza estratégica en sintonía con el electorado

En este contexto nacional, Mendoza representa un modelo diferente, no por ruptura, sino por acuerdo político inteligente. A diferencia de otras provincias donde el enfrentamiento entre oficialismos y oposiciones mantiene lógicas tradicionales, en Mendoza La Libertad Avanza y Cambia Mendoza comparten parte del electorado y han logrado construir una sintonía discursiva y estratégica.

Ambos espacios supieron leer con claridad el clima social: una ciudadanía que demanda orden, eficiencia y renovación sin caer en los extremos. En vez de competir por el mismo electorado, optaron por la complementariedad táctica, lo que les permite mostrarse como una alternativa concreta frente al peronismo provincial, hoy fragmentado.

Esta alianza implícita, que capitaliza el rechazo al kirchnerismo y el deseo de cambio, puede consolidar a Mendoza como un bastión electoral importante para el oficialismo nacional. Lejos de fracturas, lo que emerge es una estrategia convergente que responde con habilidad a lo que gran parte del electorado mendocino viene expresando desde 2015: rechazo al populismo, defensa institucional y apuesta por la gestión.

Dónde tienen que apuntar los políticos

- Los datos de la ESPOP dejan pistas claras para los equipos de campaña: hay malestar, pero también hay segmentos específicos con demandas distintas

- Entender estos perfiles puede marcar la diferencia entre movilizar o perder el voto blando.

Reconstruir el vínculo emocional con los cansados de la política (34%)

  • - Son mayoría entre mujeres, personas de niveles medios-altos, votantes de centro- derecha y altamente informados.

  • - Necesitan ver propuestas concretas, cercanas, no ideologizadas y con una narrativa renovada. El marketing político tradicional no funciona: piden autenticidad.

Combatir el escepticismo con resultados y credibilidad (33%)

  • - Este grupo descree del sistema. Se concentra en hombres, sectores bajos, poco informados y desinteresados en política.

  • - Lo que mueve aquí no es la ideología sino la gestión visible y tangible: seguridad, precios, servicios básicos.

Interpelar a los que no se sienten representados (23%)

  • - Predominan en jóvenes (Gen Z y millennials) y votantes de izquierda.
  • Se sienten fuera del tablero: mensajes nuevos, inclusivos, menos verticales y más horizontales podrían generar adhesión.

  • - Este es el espacio natural para una tercera vía creíble y fresca, con liderazgos que rompan con la lógica binaria.

Enfrentar la indiferencia con pedagogía democrática

  • - Aunque son minoría, quienes dicen que las elecciones no importan (5%) o que nunca votan (4%) conforman el núcleo duro del ausentismo estructural.

- Campañas cívicas, educativas y de cercanía territorial pueden ayudar a contener este fenómeno a largo plazo.

Más allá del resultado, está en juego la legitimidad

Lo que está en disputa en estas elecciones no es solo cuántas bancas ganará cada fuerza o qué candidato superará el umbral. Lo que realmente está en juego es la capacidad del sistema político de recuperar legitimidad frente a una ciudadanía fragmentada, cansada y escéptica.

El voto ausente, más que un dato técnico, es un grito silencioso que exige ser escuchado. Los dirigentes que ignoren esta señal, seguirán corriendo detrás del voto duro y la confrontación estéril. Los que entiendan el momento histórico, deberán construir desde el centro social, no desde los extremos ideológicos.

La verdadera disputa no es entre Milei y el peronismo, sino entre la representación y el vacío. Quien logre habitar ese vacío con empatía, propuestas claras y vocación de diálogo, no solo puede ganar una elección. Puede recuperar parte del vínculo perdido entre política y ciudadanía.

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