¿Y el sector productivo?

El análisis desde la presidencia de la UCIM, Unión Comercial e Industrial de Mendoza, sobre las medidas electorales tomadas por el ministro de Economía y candidato, Sergio Massa.

Daniel Ariosto

Las medidas anunciadas por el ministro de Economía nacional, Sergio Massa es claro, solo buscan fomentar el consumo, intentado en alguna medida, contrarrestar el efecto corrosivo de la inflación.

No solo la que venimos arrastrando desde siempre sino y sobre todo, la que se provocó luego de las PASO, disparada fundamentalmente tras la devaluación del 22% y que se trasladó a los precios, la mitad en el índice de agosto (que superó el 12%) y que también, será notable en setiembre.

Todo esto con el tipo de cambio, como precio de referencia, lo que evidencia, queramos o no, que somos una economía bimonetaria ya que el valor del dólar fija el precio de muchas actividades.

Volviendo a la casi totalidad de las medidas, notamos que buscan fomentar principalmente el consumo lo cual aparece como una acción beneficiosa para los consumidores, ya que reciben un impacto directo, a la hora de hacerse de recursos monetarios para adquirir más bienes, lo que a la larga, genera más y más inflación.

Esto porque la gente, ahora "beneficiada" busca deshacerse de los pesos lo antes posible. El próximo que recibe los pesos busca deshacerse también inmediatamente de ellos y así, cada uno que los recibe busca desprenderse de la plata (velocidad de circulación de la moneda) que, al circular tan rápido, provoca un efecto similar a la emisión y la inyección de dinero que esta provoca en la economía.

Con este dinero, la gente buscará cubrir necesidades básicas directas, lo que no ha podido hacer por la inflación desproporcionada, afectando el nivel general de precios.

La disminución del IVA en productos de primera necesidad produce el mismo efecto: dar más dinero a la gente (alrededor del 20%, a grandes rasgos) para que realice un consumo adicional. Lo mismo sucede con el crédito blando con tasas relativamente beneficiosas y pagaderos a unos meses. Se sugiere que se utilice para pagar resúmenes atrasados, lo que liberará crédito en las tarjetas que por supuesto, va a ir destinado al consumo, dado que por su formato, no podrá ser destinado al ahorro o a la compra de dólares.

Esto provocará un shock de demanda muy fuerte debido a que las clases baja y media se encuentran muy endeudadas y cada vez más limitadas a la hora de cubrir su canasta mínima. Al recibir dinero, saldrán a cubrir necesidades provocadas por la depreciación de la moneda y falta de poder adquisitivo.

Todo esto impactará en los precios porque la demanda no va a tener correlato en la producción, también deprimida, lo que hemos hablado, es causa del crecimiento de la inflación.

Estas medidas, aunque necesarias, tendrán impacto positivo solo en el corto plazo.

Se tratan de parches y más parches que no abordan el problema de fondo, son electoralistas y siguen sin apoyar al sector privado, generador de dinero.

El comercio exterior

Sacar retenciones a las economías regionales también era necesario, pero es una ayuda muy mínima que provocará un efecto mínimo también, en este sector. Dado que hay una distorsión tan grande en el tipo de cambio y lo que recibe el exportador en pesos a la hora de exportar. Prácticamente ya no es negocio para algunos sectores.

Hay tanta restricción para adquirir divisas para importar que ya no es una cuestión de competitividad sino, se convierte en falta de acceso al insumo básico para producir, lo que ha paralizado o llevado a un nivel de actividad ínfimo a un sin número de rubros y empresas.

El comercio exterior, totalmente deteriorado, se ha reducido ya a una dimensión preocupante, ínfimo en comparación con otros países de la región, llevando a nuestro país a puestos decadentes.

Independientemente de las cuestiones de competitividad del país, la falta de infraestructura, la falta de logística y el tipo de cambio afectan a las importaciones y exportaciones en forma negativa. Se redujeron muchísimo las operaciones de comercio exterior y por consiguiente, se redujo muchísimo el ingreso de divisas, a las que solo se accede por transacciones o por la posibilidad de acceder a préstamos, inalcanzables por las tasas que se cobran por la situación nacional.

¿Y el sector productivo?

Una vez más, se toma el camino más rápido y comprobadamente ineficaz.

No se brindan medidas que fomenten la industria, el comercio o el desarrollo de los servicios.

Si bien para el pequeño empresario (monotributista), asfixiado y casi "en las últimas", se han ofrecido créditos a tasas subsidiadas, no hay un cambio de rumbo que permita volver al sector empresario más rentable, más competitivo, con posibilidades de crecer o generar puestos de trabajo.

El consumo ante la oferta de bienes y servicios que está deprimida, no es más que una solución a corto plazo.

Necesitamos reformas estructurales. Cambiar la perspectiva y hacer funcionar al país pero desde las empresas. Generando riqueza y trabajo con actividad productiva y así, fomentar el comercio exterior como salida factible y rendidora para la llegada de divisas.

Una vez más erramos el camino y dejamos a un lado la oportunidad de fomentar un crecimiento a mediano plazo quizá, pero con pasos firmes, construyendo sobre bases sólidas.

Queda menos tiempo para cambiar de gestión, ojalá las nuevas autoridades entiendan esto y finalmente, apuesten a la empresa.

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