Mendoza, economía estancada y población desencantada

Salir del pantano donde estamos no requiere de fuerza sino de ingenio y visión de futuro para generar soluciones sustentables. Por Rodolfo Cavagnaro.

Rodolfo Cavagnaro

La economía mendocina viene atravesando un largo periodo de parálisis. En estos tiempos, hablar de estar paralizado, en un mundo que avanza significa retroceder. Y para llegar a este proceso han incidido factores coyunturales y otros que son estructurales. Entre los primeros pueden mencionarse los problemas surgidos en el sector agrícola por los efectos de factores meteorológicos que disminuyeron las producciones tanto en 2021, como en 2022 y el primer semestre de 2023.


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Entre los estructurales es necesario señalar los que vienen de la Nación, con una política macroeconómica totalmente errada que ha desquiciado nuestro sistema monetario. Los cepos cambiarios, dólar atrasado, cepo a las exportaciones, retenciones, alzas de impuestos y mayores regulaciones, son una combinación letal para las empresas y una barrera de entrada muy grande para nuevas inversiones. Para Mendoza esto es muy complejo porque nuestra economía produce mayoría de bienes transables y el atraso cambiario afecta el nivel de actividad.

El informe 2022 de la Economía de Mendoza que publicó el Ieral Mendoza, de la Fundación de Mediterránea revelaba que la actividad económica de Mendoza había caído en una proporción mayor que la economía nacional, donde se estaban computando las grandes pérdidas por la sequía en las cosechas de granos. El informe resalta que, además del atraso cambiario, las altas tasas de interés impactaron sobre los préstamos, que disminuyeron, y contribuyeron a contraer la actividad económica.

El mismo informe revela que el ingreso per cápita de los mendocinos ha disminuido un 8% en los últimos diez años, mientras que en el mundo se multiplicó por 20. Se puede dar miles de argumentos que, la mayoría de los casos, actuarían como excusas. Una de ellas son las consecuencias de la guerra Rusia-Ucrania, pero es muy de corto plazo. Otro factor es la pandemia, pero también muy puntual y de corto plazo. El atraso cambiario fue un factor que se corrigió parcialmente en el primer bienio del gobierno de Macri, pero luego se volvió a caer en el error de creer que atrasar el tipo de cambio es una barrera contra la inflación, cuando los hechos demuestran todo lo contrario

Los datos de empleo de la última medición del Indec muestran que hubo una caída del desempleo porque cayó el nivel de actividad. Es decir, menos gente salió a buscar trabajo y eso explica en parte el resultado, porque también cayó un poco la tasa de empleo. De todos modos, el mayor nivel de empleo es de monotributistas, que se tienen que inscribir para facturarle a sus empleadores. Y entre los que trabajan se repite el caso de una gran mayoría tiene ingresos que los colocan debajo de la línea de la pobreza.

Un informe reciente del Banco Central mostró, por ejemplo, que durante el primer trimestre crecieron los préstamos bancarios productivos en San Juan un 12%, mientras que en Mendoza cayeron un 17%. Estamos a 170 km, a las dos provincias les afectaron los mismos hechos (guerra, pandemia, sequía, cepos, etc), pero las respuestas han sido distintas. Por supuesto, en San Juan los créditos fueron, básicamente, al sector minero y a la construcción. En Mendoza nos prohibieron tener minería para proteger los intereses de algunos grupos multinacionales. Pero los responsables no se hacen responsables y siguen pidiendo plata del Estado. 


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Lo cierto es que seguimos estancados en modelos productivos antiguos. El sector agrícola se basa en producir commodities en el desierto y en minifundios, en una zona con elevado riesgo climático. Es la fórmula de la pobreza porque, además, se trabaja mucho en producir cosas de muy bajo valor, con pocas inversiones, salvo algunos sectores o empresas, y se reclama agua de riego, que es muy cara, para generar productos de poco valor. Este es un tema que quedará bien claro el día que los gobernantes decidan, de una vez por todas, entubar y presurizar el agua de riego y venderla por litro y no por hora, que un sistema antiguo y absurdo.

Esto podría haber cambiado hace mucho, pero los culpables fueron los políticos, que siempre inventaban ayudas con fondos estatales o subsidios para sostener el mismo ineficiente sistema productivo para corregir algunos problemas coyunturales. Dado que el Estado ayudaba, no se hacía ninguna inversión en mejoras y lo que era coyuntural se transformó en estructural, Muchos de esos sectores son los que ahora piden por una "matriz productiva", cuando sus abuelos solo pedían tierras y que no los jodieran y los dejaran trabajar. Los ciudadanos miran atónitos cómo se pelan por no hacer lo que se debe.

Hacia dónde debe ir la política

En realidad, lo que estamos planteando en esta serie de notas respeto a los desafíos que deberán enfrentar quienes se postulan a la gobernación es justamente qué se espera que hagan los gobernantes para que Mendoza mejore, mejore el desarrollo, el crecimiento y el nivel de vida de los mendocinos.

Y es aquí donde será importante qué deciden hacer. Por que un camino es seguir interviniendo en la economía, seguir creando empresas estatales, seguir creando cargos para alimentar la burocracia, con lo cual seguiremos en retroceso y cayendo en picada o se cambia la mirada. La otra vía es la de bajar los gastos para poder bajar los impuestos, eliminar regulaciones inútiles que se crearon para justificar el crecimiento de la burocracia estatal, para permitir que los tiempos sea más rápidos, conforme a la velocidad del ritmo de los negocios.

El informe del Ieral también muestra que en 2022 la mayor recuperación la realizó el sector de restaurantes y hoteles y esto estuvo motivado, en parte, por los programas Previaje, que alentaron el turismo interno. Esta dinámica resultó de alto costo para el Estado y no se sabe si se repetirá. Las últimas ediciones fueron muy limitadas porque se entendía que el sector ya podía despegar solo.

Evidentemente, el gobierno debe estudiar la forma de facilitarle competitividad a las empresas, al menos en la parte que le compete, que son los que hacen a regulaciones, impuestos y tasas. Y en este campo deberán acordar con los municipios un camino similar. No pueden los municipios seguir siendo los receptores de militantes políticos desocupados ni sobrecargar de regulaciones solo para justiciar su propia burocracia.

Hay un punto en especial que deberá analizar el próximo gobierno y es la reducción fuerte del Impuesto a los ingresos brutos, aunque lo ideal sería eliminarlo y cambiarlo por un IVA a la última venta. Y también hay que estudiar, desde el punto de vista impositivo, liberar de todas las imposiciones a las cargas laborales, o sea a la masa salarial de las empresas.

Cuando se paga IVA o Ingresos Brutos, se hace sobre el precio de venta, que incluye la masa de salarios. De esta manera los sueldos no solo pagan sus propias contribuciones, sino que están gravados con IVA e ingresos brutos y esta es otra de las causas por las que las empresas tratan de evitar pagar salarios, al menos en blanco. Toda esta sobrecarga impositiva, que crece en proporción geométrica, impacta también sobre los precios y afecta la rentabilidad de las empresas. Pero afecta también a los trabajadores, que podrían pedir mejores sueldos si sus salarios no tuvieran esos gravámenes.

Estos son solo algunos ejemplos de la forma en que los gobernantes deberían trabajar para mejorar las condiciones de las empresas y, también para generar condiciones competitivas para atraer nuevas inversiones. Pero hay una que es fundamental a tener en cuenta. Si la Argentina ingresa en un nuevo camino, las empresas comenzarán a invertir, y para poder ser competitivas deberán incorporar tecnología y para eso tienen que saber que disponen de una masa crítica de personas formadas para el uso de tecnologías y para desarrollar en la innovación, que es el desafío. El gran desafío es la educación.

La recomendación final del informe del Ieral dice que "la forma de cómo enseñar estas habilidades es trabajo de nuestros maestros, pero la exigencia para que estas habilidades se contemplen en el sistema educativo, es una tarea conjunta (gobierno, oposición, sector privado, familias). Tener éxito en esta política, permitirá alcanzar una sociedad más prolifera en crear ideas innovadoras y por lo tanto, dotará a la economía de un mayor crecimiento y bienestar. ¿Qué cualidades debemos estimular para potenciar la innovación? Si queremos impulsar el desarrollo económico sustentable, debemos pensar en herramientas que sean manejables desde nuestra provincia y generen gran impacto en la economía. En este sentido, una política educativa que incentive a nuestros niños a ser "innovadores" juega un rol sumamente importante y nos exige imaginar qué hijos le vamos a dejar a Mendoza para los próximos 30 años".

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