Mientras Alberto saluda a su perro Dylan por el cumple, Argentina sigue esperando respuestas

Se habló de toque de queda sanitario, se dijo que este viernes saldría publicado en el Boletín Oficial el nuevo Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU). Pero no fue así. El presidente felicita a su mascota por Instagram. Para eso sí hay certezas.

Fue exactamente el 20 de marzo de 2020 el día en el que el gobierno nacional decretó por primera vez el "aislamiento social, preventivo y obligatorio en todo el país". Con ello, según la situación sanitaria que estaba ocurriendo en casi todo el mundo y a la que nuestro país no era ajena, se pretendía aquí en Argentina cuidar la salud de los ciudadanos por sobre todas las cosas.

Entiendo que en un principio la gran mayoría de las personas estuvimos de acuerdo, acatamos los decretos que a lo largo de nueve meses se fueron sucediendo y fuimos, de alguna manera -como pudimos-, pasando el año hasta que terminó. Chau, 2020. En lo personal, coincidí con las medidas que el presidente tomó en aquel comienzo e incluso, como se acostumbra en estas épocas hípermodernas, hasta lo felicité vía Twitter.

No es mi intención hacer un largo detalle de qué sucedió en cada mes ni mucho menos de cómo yo lo viví, claro que a nadie le interesa eso. Sin dudas, lo más difícil para todos fue enfrentar los momentos en los que un familiar o amigo se contagió de covid-19 y nada podíamos hacer. Y ni hablar de la tristeza y el desamparo absoluto para quienes tuvimos que despedir para siempre a un ser querido.

En el medio de todo eso, muchos empezamos a ver o incluso a sentir en nuestro propio bolsillo cómo las restricciones impuestas afectaban la economía de cada hogar y la ya muy alicaída argentina. Estuvimos los que, sin embargo, seguimos apoyando y acatando las medidas que con distinta periodicidad (siempre según la situación sanitaria lo requiriera) iba anunciando el Estado.

Continuando con mi análisis, que seguro es uno más en la marea de opiniones de todo tipo y formato, hasta llegué a justificar que si se equivocaban era por lo inédito de la situación. Nunca, jamás un gobierno posmoderno había enfrentado un pandemia así de avasallante y, por ende, era hasta entendible que no supieran bien cómo actuar, que hubiese más errores que aciertos.

Sin embargo hoy, a casi diez meses de aquel primer decreto presidencial, no me parece para nada aceptable seguir especulando con la buena voluntad de la gente. No puedo comprender que un día se anuncie un "toque de queda sanitario", que se ponga a todo el país en vilo y que al día siguiente (o sea, hoy) no se publique en tiempo y forma el Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU).

Y más allá de la discusión de si es conveniente o no esta marcha atrás y más allá de que #MendozaNoAcata, me genera total rechazo que el presidente de la Nación publique en su cuenta de Instagram un saludo a su perro Dylan que, al parecer, ayer cumplió años. Amo a los perros, me encantan los animales en general, tengo una mascota y seguramente cuando cumpla años la saludaré en las redes y estaré feliz de celebrarlo.

Pero él no debería. Alberto Fernández está en todo su derecho a saludar a su perro en Instagram, sin dudas. Pero si lo va a hacer, que primero publique el Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU), salga a anunciar oficialmente porqué no lo publicó o diga qué nuevo plan tiene en mente. Seguir burlándose así de la buena voluntad de los que aún acatamos órdenes, de los que quieren y necesitan trabajar, no. Así no, Alberto. Primero, lo primero. Ya estamos grandes y tenemos mucha pandemia a cuestas. Accionemos como es debido, de una vez por todas. 

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