Por qué apagué la motosierra
El candidato de "Protectora" José Luis Ramón respondió a "La Picada" de Memo con su idea sobre la campaña publicitaria que realiza.
Cuando uno está hace años recorriendo Mendoza, hablando con vecinos, comerciantes, jubilados o jóvenes que buscan laburo, se da cuenta de que el verdadero problema no es quién inventó una frase o quién hizo primero un gesto en un spot. El problema es otro: las personas están cansadas del ruido.
Ruido político, ruido mediático, ruido económico. Y, sobre todo, de diripersonas que se pelean por el título más ingenioso mientras la vida cotidiana se les complica a los mendocinos.
Por eso en este tramo de la campaña decidí hacer algo muy simple: apagar una motosierra y tirarla a un tacho. No fue una imitación ni una parodia. Fue un mensaje directo a los mendocinos: basta de ruido, basta de odio, basta de circo.
La política tiene que volver a ser una herramienta para resolver problemas, no para gritar más fuerte.
Muchos analistas miran la superficie: si el color, si el gesto, si la palabra "encender". Pero la comunicación política no se trata de estética sino de sentido. Encender Mendoza no es copiar a nadie. Es una convicción: encender la producción, encender la empatía, encender la esperanza.
Mientras algunos prefieren seguir apagando todo con ajuste, nosotros proponemos lo contrario: prender el motor del trabajo, del consumo, de la justicia social.
Me acusan de "tomar prestado" un símbolo. Pero el lenguaje político no tiene dueños. Lo que tiene son significados, y esos significados se transforman según el momento que vive la sociedad.
Hoy la motosierra ya no es una promesa de cambio, es un símbolo del descontrol.
Y yo creo que la política debe hacer exactamente eso: recoger lo que pasa en la calle, resignificarlo, y devolverles serenidad a las personas.
A algunos les podrá parecer que desarmar una motosierra o apagarla es lo mismo. Para mí no. Desarmarla sería negar que existe; apagarla es ponerle fin a su uso. Es una diferencia ética, no técnica. No vine a esconder los problemas ni a fingir que no están: vine a enfrentarlos, mirarlos de frente y decir que así no se puede seguir.
Si algo aprendí en estos años, es que el mendocino no se deja engañar por el ruido. Quiere escuchar una voz clara, que no le hable desde arriba ni le venda espejitos de colores. Y eso es lo que busco representar con este gesto: basta de ruido, volvamos al trabajo, a la producción, a la política con sentido común.
Yo no necesito copiar a nadie porque Protectora nació antes que muchas de las modas que hoy vemos en campaña. Nació del reclamo de los usuarios, de la defensa del bolsillo, del valor de la palabra cumplida.
Si hoy seguimos en pie es porque no abandonamos ese principio: estar del lado del ciudadano común.
Por eso, si alguien ve en ese spot una imitación, está mirando con la lente equivocada. No es una copia: es un reflejo de lo que está pasando en Mendoza. Un mensaje de calma en medio del griterío.
Mientras algunos gritan más fuerte, yo elegí bajar el volumen y hacerme entender.
Y si de inspiración se trata, prefiero inspirarme en la persona que prende la estufa cuando llega el frío, en la familia que vuelve a abrir su negocio después de una crisis, en la maestra que enciende la luz del aula cada mañana.
Eso es encender Mendoza: volver a poner en marcha lo que el ruido nos estaba tapando.
No vine a destruir nada. Vine a construir desde la serenidad. Y si para eso hay que apagar algunas motosierras, lo voy a seguir haciendo -con respeto, pero con decisión.