Argentina, Mendoza y las plagas de Egipto

"Todo el mundo ha lidiado con las plagas de la pandemia, pero la más fuerte la sufrimos nosotros, la gestión nacional K, que pareciera superar las 7 de Egipto porque todo lo agrava", dice Martín Kerchner en esta columna de opinión.

Martín Kerchner
Senador por la UCR en Mendoza. Presidente Provisional del Senado.

Todos hemos oído hablar en algún momento de la referencia bíblica a las plagas de Egipto. Se habla de que fueron 10, pero sólo se mencionan 7. En la Argentina de hoy, podemos decir que estamos frente a muchas plagas. Inflación, pobreza, desempleo, déficit fiscal, caída de la inversión, múltiples tipos de cambio, derrumbe de la economía, crisis sanitaria, y podríamos seguir. Pero hay una que empeora a todas, el modelo de gestión K. 

Sabemos también que la Argentina tiene problemas estructurales de larga data, pero lo cierto es que todos se profundizaron por el modelo Kirchnerista en su nueva reencarnación. "La historia ocurre dos veces: la primera vez como una gran tragedia y la segunda como una miserable farsa", se escribió allá en el siglo XIX. La tragedia K la vivimos durante años con un avance sobre la justicia, el aislamiento de mundo y la destrucción de la economía. Hoy estamos viviendo la farsa, representada por actores de reparto y con un repertorio viejo y vacío de contenido pero con mucho poder de daño. 

Los datos son elocuentes. Debemos ver la región para saber que el modelo K de cierres absolutos, cepos y restricciones irracionales sólo nos trajo peores resultados que a nuestros países hermanos, una vez más. En términos de caída de la economía, la Argentina está al tope del ránking, con un 9,9%, mientras que por ejemplo Uruguay se retrajo 5,7% y Colombia 6,8%. Pero lo más importante no son los fríos números, sino como siempre decimos, los duros efectos sobre la gente. La Argentina bajo el modelo K es cada vez más pobre, su moneda vale cada vez menos y se aísla del mundo cada vez más. 

Ahora bien, Mendoza afrontó la misma pandemia pero con otra estrategia, y con muchos menos instrumentos de política económica. Sin embargo, la gestión de Rodolfo Suarez logró sostener un equilibrio entre la situación sanitaria y la actividad económica que permitió que Mendoza se viera menos afectada que la economía nacional. Nuevamente los datos. Mientras como dijimos la Argentina cayó casi 10%, la provincia cedió un 7% y tuvo una mejor recuperación del empleo, pasando de un 15.2% de desempleo en el peor momento de las restricciones nacionales (2do trimestre 2020) a un 8,2% en el tercer trimestre del 2020, en consonancia con la aplicación de la estrategia "a la mendocina". Esto implica que más mendocinos y mendocinas pudieron recuperar su empleo, retomar sus actividades, abrir sus comercios e industrias, aún cuando el gobierno nacional sólo profundizaba las restricciones y direccionaba ideológicamente los convenios por las vacunas. 

Todo el mundo ha lidiado con las plagas de la pandemia, pero la más fuerte la sufrimos nosotros, la gestión nacional K, que pareciera superar las 7 de Egipto porque todo lo agrava. La buena noticia es que hoy podemos decidir qué modelo de país y de provincia queremos como sociedad, y aplicarlo como un antídoto a través del voto. 

Mendoza tiene una identidad, una fortaleza y un rumbo que es seguido de cerca por todo el país. Los mendocinos hemos desarrollado anticuerpos para las plagas, y Argentina encuentra en Mendoza un modelo alternativo, un modelo que se planta sobre las bases de la seriedad, la austeridad, la planificación y el sentido común. 

Esta nota habla de: