Las parábolas de la discordia

El Dr. Eduardo Da Viá hace un recorrido inteligente por las parábolas y las cosas, y concluye (alerta spoiler) en que "la comunidad mundial no puede confiar en un país con estas características, donde los honestos, los inteligentes, los trabajadores, son apabullados por las hordas delincuentes que los superan en número y en poder".

Eduardo Da Viá

Según la Real Academia de la Lengua existen dos acepciones de la palabra parábola:

Del lat. parabla, y este del gr. parabol.

1- Narración de un suceso fingido del que se deduce, por comparación o semejanza, una verdad importante o una enseñanza moral.

Sin.:

fábula, alegoría, metáfora, ejemplo, moraleja, enseñanza, apólogo.

2- Geom. Curva abierta cuyos puntos son equidistantes de una recta y un punto fijo, formada por dos ramas simétricas respecto de un eje, y que resulta de cortar un cono circular recto por un plano paralelo a una generatriz.

La población de la Argentina es mayormente cristiana, alrededor del 80% entre católicos y evangélicos.

El Jesucristo de los católicos, se valió de la parábola para difundir su doctrina, por cuanto era más fácil de comprender por una población en su casi totalidad analfabeta y con un grado de cultura prácticamente nulo, sin embargo el argentino actual, en su mayoría alfabeto, ha desistido definitivamente de las enseñanzas parabólicas de Cristo para sumirse en un caos y en una grieta cívica rayana en la guerra civil y paradojalmente vehiculizada también por parábolas, pero las correspondientes a la segunda acepción de la palabra.

Todo proyectil, para describir un determinado recorrido, requiere meramente de un impulso o fuerza inicial, para luego desplazarse por el aire consumiendo esa energía inicial y describiendo una trayectoria parabólica que será ascendente mientras dure la propulsión inicial para luego decaer una vez consumida ésta

Veamos ejemplos de una y otra, en primer lugar la parábola como ejemplo:

Parábola del Sembrador

Encontramos el texto de la parábola en 3 de los Evangelios: Mateo 13:1-23, Marcos 4:1-20 y Lucas 8:5-15. Fueron varias las ocasiones en las que Jesús usó narraciones cortas simbólicas (parábolas) para comunicar verdades espirituales. En esta ocasión él relató la parábola ante muchas personas, y luego dio la interpretación a sus discípulos.

"Un sembrador salió a sembrar su semilla. Mientras sembraba, una parte cayó junto al camino y fue pisoteada; y las aves del cielo la comieron. 6 Otra parte cayó sobre la roca y, cuando creció, se secó porque no tenía humedad. 7 Otra parte cayó entre los espinos, y los espinos crecieron al mismo tiempo y la ahogaron. 8 Y otra parte cayó en buena tierra y, cuando creció, llevó fruto a ciento por uno".

Vemos que es una parábola bastante sencilla. Habla sobre un sembrador que salió a sembrar y echó la semilla en diferentes tipos de terreno. Todas las semillas eran iguales, lo que varió fue el terreno. Las que cayeron en buen terreno, dieron buen fruto. Pero las demás encontraron terrenos más difíciles que impidieron que la semilla se aferrara, creciera y diera fruto.

Como ejemplo de la segunda acepción, la geométrica, la parábola es el conjunto de todos los puntos en un plano que están a la misma distancia de un punto fijo, llamado foco, y una recta fija, llamada directriz.

Todo objeto impulsado mediante una fuerza motora inicial, avanza en el aire describiendo una parábola.

Esto es válido especialmente para las armas de fuego, desde las de corto alcance a las de mayor alcance, incluidos los misiles, excepto los que están provistos de corrección automática computarizada de la trayectoria; pero además las armas arrojadizas, típicamente flechas, lanzas, y objetos no diseñados como armas pero que sirven al mismo efecto cuando se las utilizan como tales, tal una piedra o cualquier trozo de material pesado.

Obsérvese la inclinación que el arquero le da a la flecha, en una estimación intuitiva de la parábola que habrá de describir

Pues bien, justamente la piedra fue la que utilizó la horda kirchnerista para trata de dañar al presidente, conocedores de la trayectoria que habría de describir el pobre e inocente mineral, no por sabios sino por vasta experiencia en la utilización del mismo toda vez que se enfrenta a las fuerzas del orden o a la facción contraria en la previa, durante, o incluso después de un partido de fútbol.

¡Bárbaros, las ideas no se matan!

Creo que es la primera vez en la historia moderna, que un presidente es apedreado por la oposición, demostrando una falta de conducta cívica criminal y hasta potencialmente mortal para la víctima lo que constituiría un magnicidio aunque muy distinto de la parodia calificada de intento de magnicidio que sufriera la hoy detenida por delincuente y en ese entonces por desgracia que todavía acarreamos, Presidente de la Nación, CFK

Pero hay otras trayectorias parabólicas de uso común en la politiquería barata que nos gobierna y es nada menos que la Calumnia, acusación falsa, hecha maliciosamente para causar daño.

Si se analiza geométricamente una calumnia, una vez proferida, en realidad describe una verdadera parábola, vale decir, tiene un período de ascenso a medida que la gravedad de la noticia va desnudándose, luego llega al vértice, a veces se mantiene en un amesetamiento temporario, para luego decaer describiendo una curva descendente y finalmente estrellarse contra la realidad circundante.

Como ejemplo nacional vale el encarcelamiento de CFK y localmente el del aparentemente todopoderoso e inmune Juez Bento; vistos ambos desde la visión periodística, ya no son noticia, ya describieron la parábola y han sido remplazados por otros temas tan o más graves que los que protagonizaron ambos actores.

Ambos han reiterado al cansancio que han sido víctimas de calumnias absolutamente injustas, a excepción precisamente de la justicia que opinó lo contrario.

Finalmente, las imprecaciones, insultos, obscenidades dichas en voz altas y en la cobarde postura de la dilución en el griterío de la masa enardecida y fuera de control, son nada más que vibraciones del aire, originadas en la laringe del ofensor, y como tal sólo lo percibimos, es decir sonido, cuando la vibración del aire que nace en la laringe y se trasmite a través de una medio adecuado llega al tímpano que lo transforma en señales eléctricas que al arribar a nuestros cerebros lo entendemos como sonido.

Inter tanto, en su desplazamiento a través del aire circundante, la vibración produce ondas de agitación, que por delante del ofensor adquiere la configuración de una sucesión de parábolas.

De hecho, la casi infinidad de parábolas geométricas que surcan los aires o viajan por los medios que las dan a conocer, han hecho de la Argentina un país vergonzoso donde la población, dividida en facciones de diferentes posturas, han producido no una sino cientos de grietas que nos van transformando en una nación insular, donde cada isla alberga feroces enemigos de las restantes sin poder definir cuál es la más peligrosa, pero sí queda claro que son absolutamente irreconciliables y con total prescindencia de las necesidades de la población no participante en los desmanes, mentiras, calumnias, amenazas y hasta obscenidades.

Las fuerzas políticas no se disputan la mejora del estándar de vida sino la disponibilidad del poder en un desesperado intento de no perder el dominio de los búnkeres de corrupción, donde roban descaradamente e incluso llegan a omitir obligaciones de control para los cuales han sido específicamente designados, tal como el caso de la Anmat - fentanilo etc.

Me pregunto cómo pueden esos criminales conciliar el sueño, sabedores de la muerte de más de cien argentinos por medicamentos adulterados y me refiero a los fabricantes y a los supuestos vigilantes.

En fin, que la comunidad mundial no puede confiar en un país con estas características, donde los honestos, los inteligentes, los trabajadores, son apabullados por las hordas delincuentes que los superan en número y en poder.

A pesar de todo quiero a mi país, pero al de San Martín, Belgrano, Güemes, héroes de Malvinas, Favaloro, Illia, y tantos otros que hicieron lo que fuera la Patria Grande, hoy pulverizada por la violencia y la criminalidad.









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