Pickwick y Münchausen, curiosos epónimos para sendas enfermedades

El doctor Eduardo Da Via saca a relucir sus amplios conocimientos sobre la historia de la Medicina, ya expuestos en notas anteriores en Memo (y que seguramente serán parte de su libro, del que pronto daremos cuenta). Imperdible artículo sobre por qué se llama así a las enfermedades.

Eduardo Da Viá

El epónimo, como todos sabemos, es el nombre propio con que se designa a un lugar, un hecho o una enfermedad.

Son ejemplos paradigmáticos el Aeropuerto Francisco Gabrielli, la batalla de la Vuelta de Obligado o la enfermedad de Alzheimer.

Pues bien, en medicina hay cientos de enfermedades y síndromes con nombre propio, la gran mayoría el mismo nombre de quien la descubrió, o la estudió a fondo o le encontró la causa, o simplemente la publicó.

En el caso que nos ocupa, ninguno de los dos nombres propios lo son de médicos o de científicos, sino, y aunque parezca mentira, corresponden a personajes inexistentes, pero que con el correr del tiempo terminaron prestándole sus nombres a enfermedades bien conocidas y que actualmente se las denominan con los mencionados epónimos.

Comencemos con la enfermedad de Pickwick, este caballero es ni más ni menos que un divertido personaje de una novela de Charles Dickens llamada Los papeles póstumos del Club Pickwick.

La obra debía ser una narración inspirada en los grabados que había realizado Robert Seymour acerca de un "club Nimrod" de cazadores cómicamente inexpertos, pero el texto no tardó en imponerse a su ilustración.

En el caso de nuestro protagonista el grabado que lo representa es el siguiente:

Y la descripción que hace el autor es la de un caballero obeso, con gran barriga, pómulos sobresalientes y rosados, con dificultades para dormir, dedicada su vida prácticamente a comer y además sufría de letargia o somnolencia, a tal punto que se quedaba dormido aún en posición de pie o en el transcurso de una conversación, siendo él el locutor; esto ocurría de la siguiente manera, en un momento dado el volumen de su voz iba disminuyendo junto con el cierre progresivo de sus párpados, hasta su oclusión total y el remplazo de la voz por un breve ronquido que, usualmente lo despertaba y podía reanudar el diálogo.

La novela fue escrita en fascículos entre 1836 y 1837, y Mr. Pickwick fue incorporado a la historia de la medicina en 1956 por el doctor Sidney Burwell a propósito de un varón de 51 años de edad, obeso, que padecía de somnolencia, fatiga, trastornos del sueño e insuficiencia respiratoria.

Como se puede apreciar, la feliz conjunción de medicina y literatura, ha dado fama cuasi real a un caballero inexistente pero que le presta su nombre a una afección muy seria cual es la Apnea del Sueño, nombre científico de la misma.

En cuanto al Síndrome o Enfermedad de Münchhausen, en la realidad Carl Friedrich on Münchhausen fue un hombre fuerte, enérgico e incluso apuesto. Este retrato de G. Bruner del barón luciendo el uniforme de los coraceros de Riga se ha convertido en la más fiel de las escasas imágenes conservadas. Sobre su persona no han llegado hasta nosotros descripciones fieles, ya que la ficción literaria ha confundido al personaje real con el de ficción. Sí se sabe por algunos documentos del archivo familiar que fue un hombre de gran talento, noble, leal, muy culto y con una buena capacidad de improvisación, además de un gran aficionado a la caza.

La fama literaria del barón de Münchhausen se debe a la compilación de sus aventuras que hicieron Rudolf Raspe y Gottfried Bürger. Estos autores no se limitaron a poner por escrito los relatos del barón, sino que añadieron elementos de cuentos populares conocidos desde tiempos remotos. Las mejores historias, las más satíricas y poéticas, proceden con toda seguridad de la pluma de Bürger, que nos ha legado la versión más conocida del famoso Barón. (Tomado del National Geographic Magazine)

Gottfried August Bürger era un escritor consagrado cuando publicó su versión de las aventuras del barón de Münchhausen en 1786. Nacido en 1747, fue profesor de estilo y filosofía kantiana en la Universidad de Göttingen donde, junto con otros profesores, participó en una corriente poética precursora del Romanticismo.

El barón de Münchhausen fue una persona de carne y hueso, pero no voló sobre una bala de cañón ni bailó dentro del estómago de una ballena ni viajó a la Luna ni conoció a sus habitantes como narran sus historias. Que hoy en día la figura histórica de Münchhausen esté prácticamente olvidada se debe a su alter ego literario. La publicación en 1786 del libro Las aventuras del barón de Münchhausen, escrito por el poeta Gottfried August Bürger, convirtió a un reconocido noble y militar en un extravagante personaje literario y un mentiroso compulsivo.

El síndrome de Münchhausen es un trastorno mental caracterizado por los padecimientos a consecuencia de crear dolencias para asumir el papel de enfermo. El paciente «crea» y hasta se produce autolesiones para lograr unos síntomas físicos y/o psicológicos con consciencia de acción, pero forzado a ello por una impulsión relacionada con su necesidad de consideración por terceras personas de ser asistido.

Están descriptos casos de simulación tan perfecta que el paciente termina siendo operado de apendicitis, con la sorpresa por parte del cirujano de encontrar un apéndice cecal absolutamente sano; y así sucesivamente ha ocurrido con la matriz o la vesícula biliar etc.

Precisamente el número de operaciones previas en un joven al parecer perfectamente sano, es lo que hace sospechar la existencia de la enfermedad.

Hay una variante sumamente peligrosa y dañina para un niño sano física y mentalmente, que es el SÍNDROME DE MÜNCHHAUSEN POR PODER- (MSBP POR SUS SIGLA EN INGLÉS: Münchhausen syndrome by power)

Se trata de un problema de salud mental en el que un cuidador inventa o provoca una enfermedad o lesión en una persona bajo su cuidado, como un niño, un adulto de edad avanzada o una persona que tiene una discapacidad. Debido a que las víctimas son personas vulnerables, el MSBP es una forma de maltrato infantil o de maltrato de ancianos.

Los niños que son víctimas del MSBP pueden tener problemas físicos y emocionales de por vida y podrían tener síndrome de Münchhausen de adultos.

Hay una película reciente, basada en hechos reales, en la que una madre le provoca enfermedades a su hija, incluso utilizando drogas que le producían falta de fuerza muscular, de tal manera que requería el auxilio de su madre para movilizarse, y a la que consideró su salvadora hasta que comienza a sospechar que era precisamente ella la que la medicaba con remedios dañinos.

Este trastorno mental reconocido, también llamado trastorno facticio impuesto a otro, fue identificado por primera vez en 1977 por el pediatra británico Roy Meadow.

No hay dudas que tanto el Dr. Sidney Burwell, como el Dr. Roy Meadow eran médicos de una época pasada, vale decir eran cultos, lectores de los clásicos y de la buena literatura moderna para sus respectivas épocas, de lo contrario no hubieran bautizado a sus enfermedades con los nombres de ficción de los protagonistas de famosas novelas.

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