Piedra, papel o tijera

Una analogía en los días previos a las elecciones, en la búsqueda de que los traspiés nos hayan educado como sociedad y hasta como militantes, por encima de las dirigencias.

Periodista y escritor, autor de una docena de libros de ensayo y literatura. En Twitter: @ConteGabriel

Romper todo y empezar de nuevo. Diseñar una estrategia perdurable a lo largo de los años, con la finalidad de echar a andar toda la maquinaria productiva, conocida o por conocer. 

O recortar y pegar, un poco de aquí, un poco de allá, a los tumbos, desconcertados, intentando pasar el momento hasta que una nueva elección haga volver los tiempos cuatro años haca a tras para recomenzar. La decisión electoral del domingo próximo puede analizarse en forma rústica y simplona con una analogía del "piedra, papel o tijera". E inclusive, tomarse como un juego más vinculado al azar la la picardía que al ingenio y el cálculo.

Sin embargo, es probable que con el paso de los años, de los chascos continuos, de tanto "biri biri" discursivo y de un recordado caos de gestión por embarcarse solo en la teoría de "la campaña permanente para un triunfo detrás de otro", nos hayan educado, además de habernos golpeado con fuerza.

Hemos sufrido mucho, es cierto. Pero existe la posibilidad de que en las urnas se plasme un aprendizaje. Y es más: es probable que hayamos dado algunos pasos hacia adelante y que en no tanto en los partidos (en tanto estructura formal de dirigentes atornillados) como en sus militantes, se haya comprendido de que ya no solo se trata de formular apuestas o lanzarse de modo azaroso a la disputa electoral, sino que hay que prepararse para gobernar.

Si así fuera, habrá un gran triunfo para el papel de las reformas, continuidades y proyecciones fundamentales, dejando afuera a la tijera y todo tipo de piedras. 

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