¿Qué pasa cuando al kiosquero lo ponen a cargo de un hipermercado?

Lo vemos cada vez que cambia una gestión: los organismos como PAMI, ANSES o INV oscilan entre la parálisis operativa, la improvisación o, en el mejor de los casos, un funcionamiento mediocre con oportunidades de negocio para unos pocos. Este modelo pendular atenta contra cualquier intento de construir políticas públicas eficientes y sostenibles. 

En un comentario que hace sobre este asunto él comenta que "las organizaciones no pueden funcionar de forma eficiente cuando los puestos se asignan por amiguismo o por parentesco. Esa, simplemente es una forma inmadura de selección del personal que asegura el fracaso". 

Desde el Partido Libertario Mendoza venimos señalando que el Estado, si pretende funcionar mínimamente bien, debe adoptar criterios de sensatez en su estructura organizacional. Así como en cualquier empresa se define un perfil para cada puesto, el Estado debe dejar de tratar los cargos directivos como premios por militancia o favores personales. No alcanza con tener buenas intenciones: hay que tener idoneidad. 

En mi trabajo como consultor de empresas, especializado en desarrollo de negocios, eficiencia organizacional y experiencia del cliente, he visto decenas de veces lo que ocurre cuando se elige a la persona equivocada para un rol clave. Las consecuencias no son simbólicas: se pierde tiempo, recursos, y lo más grave, se deteriora la experiencia de los usuarios. La gestión moderna nos enseña que cubrir un puesto no es simplemente "nombrar a alguien". 

Existen etapas que, por mínimas, deberían respetarse siempre: 

-Atracción y selección de candidatos: buscando perfiles alineados con el rol y la misión. 

-Negociación y contratación: considerando responsabilidades, metas y condiciones de desempeño.

-Onboarding e integración: que es la etapa de adaptación de la persona a su equipo, sus tareas y su entorno de trabajo. A esto se suma algo que muchos ignoran: toda organización sufre una curva de ineficiencia temporal cuando incorpora a un nuevo miembro. El error en la elección de un directivo no solo tiene un costo político; tiene un costo operativo que pagan todos los usuarios del sistema. 

El caso PAMI Mendoza: improvisación con consecuencias reales El caso del PAMI en Mendoza es ilustrativo. Luego de conversar con afiliados, personal de salud y revisar información pública, la conclusión es clara: el funcionamiento actual del organismo es, siendo amables, deficiente. David Litvinchuk, actual Director Ejecutivo del PAMI en Mendoza, no llegó a ese puesto por concurso, mérito ni experiencia comprobada en gestión pública. 

Su designación responde, según trascendidos, a dos factores: 

- Su férrea militancia digital en favor de la diputada Arrieta.

- La necesidad de reemplazar a la anterior directora, Soloa Vacas, por no haber cumplido ciertas instrucciones desde Buenos Aires. 

El problema no es personal. Litvinchuk puede estar dando lo mejor de sí. Pero el PAMI no es un lugar para "aprender a gestionar". Administra servicios de salud para más de medio millón de personas en Mendoza, articula con cientos de médicos de cabecera, clínicas, farmacias y especialistas. Se trata de un ecosistema complejo que requiere conocimientos en administración, experiencia en gestión, y una gran capacidad de articulación institucional. Designar a alguien sin preparación técnica ni trayectoria verificable en gestión pública es, sencillamente, una irresponsabilidad. Más aún cuando se hace sin un proceso de selección transparente, sin competencia de antecedentes, y sin rendición de cuentas. ¿Con qué criterios eligió la diputada Arrieta al actual director? ¿Cuántos perfiles evaluó? ¿Qué experiencia en recursos humanos tiene para tomar esa decisión? ¿Qué indicadores usa para medir si su designado está cumpliendo o no? 

Una propuesta superadora: Consejo Directivo Mixto Desde el Partido Libertario Mendoza proponemos una alternativa institucional que ya ha probado ser eficaz en otros contextos: un Consejo Directivo mixto, con participación técnica, operativa y política, compuesto por: 

- 2 empleados de carrera con experiencia comprobada en la institución. 2 referentes del sector con antecedentes en gestión de salud o administración pública. 

- 1 representante político designado por el gobierno de turno. Este modelo reduce la incertidumbre, profesionaliza la toma de decisiones y garantiza que haya voces con conocimiento del sistema en la conducción. En lugar de delegar todo en una figura elegida a dedo, el gobierno tendría una silla (no todo el poder), y la institución ganaría en previsibilidad y estabilidad. "Debería armarse un consejo directivo integrado por: expertos en administración, empleados con experiencia y trayectoria, y como último eslabón, un asesor político" 

Si un político quiere dejar su impronta, que lo haga a través de un asesor, un programa, o una vocería institucional. Pero no se puede seguir jugando a la ruleta rusa con la salud de nuestros mayores. 

Un debate que Mendoza necesita dar 

El sistema de salud y atención de nuestros adultos mayores no puede seguir atado a la lógica de la zalamería digital ni a la repartija de favores políticos. Lo que proponemos es abrir una discusión seria sobre cómo se eligen los directivos de organismos clave. Si este tipo de reformas encuentran respaldo social, vamos a trabajar para que se conviertan en proyecto concreto en la Legislatura. Como lo dije hace unos días: "No todas las personas deben llegar a cualquier cargo solo por haber adulado al político correcto." 

- Cristian Cuattrocchi: Presidente del Partido Libertario Mendoza - Capital