¿Quién fue el mendocino o la mendocina más importante de la historia?
La historia publicada este fin de semana por Memo, escrita por Gustavo Capone y sobre el científico mendocino Enrique Gaviola, sorprendió a muchos que no la conocían, enojó a los que se dieron cuenta de la falta de reivindicación y alegró a los que vienen intentando rescatar su legado desde hace décadas. Sirve para pensar: ¿quién el mendocino o la mendocina más importante de la historia? No es encuesta, no es concurso. El premio es aportar para vivir mejor.
El artículo de Gustavo Capone en torno a la vida y obra de Enrique Gaviola despertó una avalancha de comentarios en las redes sociales. Nunca será suficiente la difusión de su aporte a la ciencia para reivindicarlo, luego de que se lo ninguneara por décadas como lo que fue: una mente brillante, vinculado a algunos de los más importantes proyectos científicos no solo de la Argentina, sino a escala global. Tal vez porque no recibió el Premio Nobel, como sí algunos de sus amigos, referentes o compañeros de trabajo, el país y Mendoza le fueron esquivos a la memoria de este rivadaviense, cuya historia puede repasarse haciendo clic aquí.
Como consecuencia del debate generado por el artículo, surgió una gran incógnita: ¿vale destacarse y estudiar, trabajar y esforzarse para llevar un proyecto a su concreción o se pone en valor solamente la fama y la suerte?
Desde hace algún tiempo se viene promoviendo el desinterés por el mérito. De cundir, ya no tendría sentido, siquiera, que las escuelas tengan abanderados. Para una corriente de pensamiento político y social, todo da igual, y si alguien se esfuerza, vale lo mismo que el que lo recibe todo "de arriba".
Enrique Gaviola, el maestro mendocino de Mario Bunge
Por eso el caso de Gaviola abre un debate. Si José de San Martín no fue mendocino, aunque su gestión de gobernador dejó una vara tan alta que ningún otro la ha podido alcanzar (¿o sí?), ¿a qué mendocino o mendocina celebramos con el más importante de la historia?
No se trata de hacer una encuesta online, sino de escarbar hasta encontrar.
Los medios publicamos generalmente los casos que van a contramano de lo deseado: por eso se destacan. Se ha dicho muchas veces, a modo de ejemplo, que "no son noticia los miles de aviones que despegan y llegan a destino a tiempo y a salvo, sino el que excepcionalmente se estrella". Hablamos tanto de corrupción y corruptos que hasta es posible que se esté instalando como parámetro a imitar, atento a la ausencia generalizada de condenas por ello.
Probablemente sea el tiempo de buscar ejemplos, como el de Gaviola, para ponerlos al alcance de los estudiantes, los que todavía tienen la mente abierta y pretendan superarse, y además, colaborar así a que el lugar en que viven mejore para todos las condiciones de vida.
Gaviola, el rivadaviense amigo y discípulo de Albert Einstein
La ciencia, las artes, el empresariado, la política, el accionar social, el deporte ofrecen largos listados de nombres para pensar y rescatar. Hacerlo, servirá para ponerle un dique de contención a la tendencia Cambalache que premia a os que se igualan hacia abajo y condenan a toda la sociedad a agachar la cabeza y esperar -si es que llegara a tocarle- la caridad.