Lo sagrado merece respeto

Julio Neme, además de comunicador social y otras actividades, escribe sobre la muestra feminista del Rectorado.

Julio Neme

"Para asombrarme estoy aquí". Johann Wolfgang von Goethe, el gran poeta alemán.

Resulta desacertado juzgar ocasionalmente un hecho, cuando hay una multiplicidad de pruebas que determinan un sistema, una organización bien planificada desde las más altas estructuras. Esto para vilipendiar a la Catolicidad y a los que creen en ella. Es infinita la distancia que hay entre un comportamiento aislado, ya sea una supuesta muestra de arte, y una reiteración de episodios y sucesos, imposibles de enumerar, que tienen la particularidad de atacar un culto. Algo que con mayor o menor intensidad, lamentablemente se perpetúa en el tiempo sin que se fijen los límites.

Para segmentar apenas una pequeña línea temporal, en los últimos 50 años, no es ninguna revelación la cantidad de horas en las cuales Hollywood ha empleado para mofarse o agredir a la Iglesia. A su vez, es palpable como desde los grandes medios de prensa y en determinados claustros académicos, con voraz animación, se da rienda suelta a envilecerla con los más variados y afiebrados argumentos. Uno de ellos es la Leyenda Negra, en la gesta colonizadora de España. Esto ha creado una singular confusión en los estudiantes, en especial en las últimas generaciones, azuzando pasiones que restallan sobre sus consciencias. Con total liviandad y desprovistos de cualquier estudio serio, llegando incluso a lo infantil, se incurre en la inequidad de acusarla en la complicidad de matanzas de millones de aborígenes. Desconociendo el aporte mayúsculo a este suelo desde muchos aspectos. Esas cifras, incompatibles con la verdad histórica, son estólidas, como si, por citar un ejemplo, el mestizaje no fuera apenas una pequeña prueba de ello. Como si la comunidad hispánica, la cual formamos parte durante cientos de años, fuera apenas una delgada invención literaria. Lo cierto es que en las universidades actuales, el único relato con sentido ideológico posible, la doctrina imperante, es cargar con sumas mayestáticas el supuesto genocidio. Por supuesto bajo la connivencia católica! Esto da la solvencia, el discurso necesario a varias agrupaciones estudiantiles, movimientos, y organizaciones para cargar con virulencia contra ella. Por algo el Indigenismo endurecido, es una de las grandes agendas de los centros de poder mundial. Con la intención de romper a su vez con la columna vertebral de los Estados-Nación.

Pero lo que nos compete estrictamente es otro motivo. Es lo sucedido en los últimos días sobre la particular muestra de arte en el Rectorado de la UNC. Resulta extraño que la máxima autoridad del establecimiento, con suprema vivacidad aduzca que cualquier manifestación surgida de la mente y espíritu pueda ser considerado arte. Que bajo los refinados conceptos de "libertad de expresión" o "diversidad" cualquier excremento sea plausible de exposición. Pero incluso eso no sería lo más gravoso. Peor aún es que bajo el paraguas de cierta autonomía, tomen la licencia de ofender a una religión en su conjunto. Porque esas obras son, en su mayoría, una exteriorización de odio, fobia y desprecio. Un irracional instinto primario de provocar y arremeter contra los sentimientos de un porcentaje importante del pueblo, que va desde la devoción, cariño a simple respeto por ciertas imágenes del cristianismo. Que además debieran ser respetadas en un Estado de derecho democrático. La fe católica, desde el inicio de la patria nunca ha sido objeto a escarnio u oprobio. Y de ninguna manera se puede aceptar, como adujo el artista plástico y curador de la obra Sergio Rosas, que los católicos no son

capaces de analizar bien el contexto. Que la misma fue mal interpretada debido a la escasez de percepción o examen de ciertas particularidades. Y esto sí que es otra ofensa al intelecto. Porque si hablamos justamente de contexto, el prontuario de grupos auto-referenciados feministas contra la Iglesia Católica no favorece. Es copioso y de larga data. Compilados de pruebas constituyen un indicador alarmante. No es misterio alguno que desde el inicio de sus marchas, la mayoría tuvo su punto cúlmine en una Catedral. Y esto no justamente para rezar o agradecer. Todo lo contrario. La finalidad y el propósito que acometió fue las de vandalizar indómitamente y ultrajar... Inspiradas por un aborrecimiento agudo, vehemente, se han dedicado a arrojar todo tipo de objetos sobre sus frentes, pintar paredes y defecar en sus pórticos. Un cóctel explosivo que la Iglesia ha venido soportando en silencio. Sin aspaviento alguno. Curiosamente los grandes medios de prensa no han expresado malestar y menos aún solidaridad. ¿Qué institución por más insignificante que sea no es capaz de reaccionar? Por unos segundos hagamos la analogía inversa. Imaginen la situación al revés. Es Indudable que algunos o algunas tienen "coronita"...

Pero si a meras expresiones artísticas nos referimos, hay un par de datos que tanto el Señor Rosas como la Decana de la Facultad de Arte y Diseño Laura Braconi, pasaron por alto. Es que "perlitas" similares ya fueron expuestas en espacios y museos de la República Argentina. Por citar dos ejemplos. En marzo de 2019, en el Centro Cultural Haroldo Conti, se llevó a cabo una muestra denominada "Para todes" La misma consistía en una escultura en yeso alusiva a la Santa Madre, con el pañuelo verde cubriendo parte de su rostro. La curadora de la " virgen abortera" , Kekena Corvalán, ante la presión de las autoridades nacionales por tamaño desliz procaz e insolente señaló: "No pienso sacarla. No voy a ceder a un atentado a la libertad de expresión y autonomía del artista en su proceso de creación". Pero esto no fue lo único. Algo del mismo tenor ocurrió en Diciembre del mismo año. Esto en el Centro Cultural San Martín de Capital Federal. Ahí se expuso "Las vaginas de María", otra aberrante impertinencia con varios clítoris a la luz de los espectadores.

Antes de finalizar, remarcamos las palabras de Esther Sánchez, cuando con hilario convencimiento adujo que la Uncuyo es un espacio diverso y abierto a todos. Nunca algo tan errado y desafortunado. Si así fuera, no hubiesen desterrado todos los símbolos religiosos de la universidad, incluso los más pequeños e insignificantes. Por no referirnos a imágenes emblemáticas, como la de la Virgen en la explanada del propio rectorado. Hecho ocurrido en Agosto de 2018. Esta llevaba más de 50 años en el sitio. Poco y nada importó.

En síntesis, una suma de descalabros, contradicciones e incongruencias a la hora de hablar de tolerancia, respeto y condescendencia. No es de valientes utilizar la palabra arte para ofender. Es de cobardes esconderse detrás de esa retórica para humillar. Todo tiene un límite. Hasta el propio Jesús, cuyo amor y misericordia brilló hasta el infinito, al ver como ciertos mercaderes ofendían el espacio religioso, tuvo su momento de cólera e irritación. Él nos enseñó fundamentalmente que lo sagrado amerita respeto...Y ese respeto en la actualidad merece ser defendido...

EL AUTOR. Julio Alejandro Neme. Docente.

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