Brasil en datos: la debilidad de Lula y la fortaleza conservadora
Los resultados de las dos vueltas electorales en Brasil le dieron una composición al Congreso y también, definieron quiénes serán los jefes de los poderes ejecutivos en los estados. Allí la derecha -y no solo por Bolsonaro- avanzó en lugar de retraerse. Los datos clave, más allá de que Lula obtuviera más votos.
La tarea de Lula para gobernar no será tan sencilla y deberá negociar con partidos estaduales (provinciales), a la vez que tendrá una fuerte resistencia en las cámaras del Congreso, en donde la derecha conserva un número importante. Pero no solo eso: el triunfo por tan escaso margen sobre Jair Bolsonaro resulta simbólico y práctico, porque a nivel general, tomando todos los resultados del país, no sería exagerado hablar de una "victoria cultural" del bolsonarismo, que no solo incluye a los seguidores del actual mandatario, sino a otras expresiones de derecha, como la del exjuez y exministro Sergio Moro.
El magistrado que lideró la investigación conocida internacionalmente como el "Lava Jato" obtuvo en la primera vuelta -de la que salieron los componentes del Parlamento- un 33,5% de los votos (1.953.159) y ocupará una banca por Paraná que antes ocupaba un seguidor de Bolsonaro.
El Lula al que se le adjudica completar un "avance de la izquierda en América Latina" se impuso por menos de un punto a pesar de ceder para sumar fuerzas, la candidatura a la vicepresidencia al conservador (y excompetidor suyo por la presidencia) Gerardo Alkmin, miembro del Opus Dei y partidario de políticas económicas liberales.
Por quién votaron mayoritariamente los brasileños residentes en Argentina
A los datos duros de la segunda vuelta hay que sumarles el resultado en las elecciones de gobernadores, que se terminaron de definir también este domingo.
De los 12 estados cuyos gobiernos se eligieron este domingo en el "segundo turno", son 5 los que quedaron en manos de gobernadores bolsonaristas (São Paulo, Mato Grosso do Sul, Rondônia, Santa Catarina y Amazonas); 4 fueron para el PT o que se espera resulten afines a Lula (Bahía, Alagoas, Espírito Santo y Paraíba) y tres estarán gobernados por fuerzas de centro-derecha (Rio Grande do Sul, Pernambuco, Sergipe).
Además, de los 15 gobernadores elegidos el 2 de octubre, son 9 los que verbalizaron su respaldo a Jair Bolsonaro y 6 a Lula. En aquella primera vuelta, Bolsonaro ganó en bastiones importantes, sobre todo Río de Janeiro, donde inició su carrera política, y Minas Gerais, el segundo Estado más poblado del país.
Elecciones en Brasil: ¿por qué Bolsonaro aún no reconoce la derrota?
Tarcisio de Freitas, un exministro de Bolsonaro, ganó en el distrito más grande del país, Sao Paulo, con un tercio de los votantes de todo Brasil.
Lula solo tendrá el apoyo explícito de 10 de los 27 gobernadores brasileños, la mayoría de los cuales son de origen conservador, quieran o no al actual mandatario en retirada, como quienes pertenecen al viejo PSDB, antiguo dueño de la franja de centro derecha que, por ejemplo, le arrebató el triunfo en Rio Grande do Sul al bolsonarista Onyx Lorenzoni, que arrancó como favorito, pero fue derrotado por el actual gobernador Eduardo Leite, un joven político gay.
El otro dato negativo para la izquierda surgió desde Pernambuco, estado en donde la conservadora Raquel Lyra gobernará el Estado natal de Lula y en medio de la región considerada como la más "progresista" de todo Brasil, el noreste.
De tal forma, es probable que tanto acompañamiento internacional del socialismo a Lula, como asimismo de otros que desean colgarse del efecto triunfalista del resultado, como el peronismo argentino en sus versiones integrantes del Frente de Todos, sean el inicio de otra campaña: la de empoderamiento del presidente electo en su tercer mandato, débilmente afirmado en el cargo y con un Brasil, si se quiere, "derechizado".
