La máquina de ganar: El modelo AC

Un análisis de los resultados electorales en Mendoza desde 2007 hasta la actualidad muestra un patrón constante: la capacidad de Alfredo Cornejo para mantener una base electoral sólida a través de diferentes escenarios políticos.

Emiliano Follis
Especialista en Com. Institucional; Marketing de Marca

En la historia del fútbol se recuerda a la "Naranja Mecánica" holandesa de los años 70 por su perfección táctica con un juego colectivo impecable. Sin embargo, su legado quedo teñido por su poca eficacia a la hora de ganar finales en los mundiales. En la política mendocina, Alfredo Cornejo ha construido su propia máquina - no de fútbol, sino electoral - con una diferencia fundamental: donde los holandeses fracasaron en convertir su juego en trofeos, él ha convertido su método en victorias concretas durante 18 años consecutivos.

Cornejo, como un ingeniero del poder, ha construido un armado radical a la mendocina que se podría comparar con la fortaleza del peronismo en provincias como Córdoba. La clave reside en entender que las elecciones no se ganan solo en los comicios, sino en la gestión cotidiana de cada departamento. Podríamos decir que su modelo se basa en una trinidad inquebrantable: una coalición estructurada y leal, una administración pública que prioriza la eficiencia y, sobre todo, una antena finamente sintonizada con las demandas sociales concretas de la gente.

Además, parte del método Cornejo reside en una observación estratégica constante de sus contrincantes y el ciudadano. Con encuestas en mano y los movimientos de la oposición, identifica no sólo sus errores, sino también capitaliza sus aciertos cuando estos no logran consolidarse en el territorio. Esta capacidad de aprendizaje y adaptación táctica le ha permitido adelantarse a escenarios políticos, ocupando espacios que otros dejan vacíos y ajustando su mensaje para conectar con su electorado.

La maquinaria de ganar se ven en los números, irrefutables, que nos van dejando elección tras elección en estas dos décadas. Si vemos los guarismos objetivos, el actual Gobernador mendocino comenzó en 2007 con una victoria ajustada para ser Intendente del departamento de Godoy Cruz (30%), para luego, en 2011, consolidar una reelección en el municipio con un contundente 52%. Dato, en esa elección Cristina Fernández de Kirchner lograba ser reelegida presidenta con el 54% de los votos, toda una señal que mostraba su visión política y de gestión.

La expansión del método al territorio provincial llegó en 2015. En ese año, el godoycruceño le arrebata al peronismo bastiones históricos como los departamentos de Las Heras y Guaymallén y gracias a ello, se convierte por primera vez Gobernador de Mendoza con el 46% de los votos. Luego de ese gran logro, cada elección posterior, ya sea intermediaria (45% en 2017) o ejecutiva (51% en 2019), demostró que el mecanismo no sufría desgaste, sino que se perfeccionaba.

La verdadera prueba del sistema llegó en 2023. Alfredo Cornejo se vuelve el primer Gobernador mendocino en lograr dos mandatos no consecutivos con el 39% de los votos - y una ventaja de 10 puntos con el segundo - demostrando que el modelo podía prevalecer incluso en escenarios de fragmentación. El 53% obtenido en 2025, con 20 puntos de diferencia sobre el peronismo, sugiere una consolidación hegemónica.

Sin dudas que el pragmatismo distingue a este método. Cornejo ha practicado consistentemente la política de sumar mayorías, privilegiando la amplitud por sobre la pureza ideológica. Esta aproximación lo ha llevado a construir alianzas que hubieran resultado impensables para un radical ortodoxo, pero que resultaron funcionales a la expansión de su base electoral y seguir alimentando a la máquina de ganar. 

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