¿Sos de izquierda o de derecha?, ¿sos liberal o socialista?

La pregunta que dispara el pensamiento. La opinion de Mauricio Castillo en Memo.

Mauricio Castillo
Técnico universitario en Gestión y Administración en Instituciones Públicas - Coach Laboral y Ejecutivo

La polarización política, un verdadero peligro que justamente no reside en las ideologías de izquierda o derecha, sino en permitir que la ideología se convierta en la identidad de una persona.

Esa polarización es la trampa que anula el pensamiento crítico y lleva al culto a la personalidad, transformando a los seguidores en fanáticos y fundamentalistas.

Algunos de los mecanismos utilizados para justamente producir la polarización, son la anulación de la evaluación de ideas: es cuando se cae en la trampa del culto a la personalidad de alguien que dice llamarse líder, es allí donde la persona deja de evaluar ideas. Otro mecanismo es la sustitución de la crítica por la lealtad, en lugar de ejercer el pensamiento crítico, el individuo apoya todo lo que diga la persona admirada y rechaza automáticamente todo lo que provenga de la oposición. Y como un tercer dispositivo es la conversión de la ideología en identidad, aquí el peligro se gesta cuando los pseudo-líderes logran que la ideología de un individuo se convierta en su identidad, lo cual es la trampa inicial y el culto a la persona agrava esta situación.

En esencia, al caer en esta trampa, la persona deja de ser un agente evaluador y crítico, y pasa a ser utilizada, convirtiéndose en un peón en el tablero de ajedrez del aparente líder.

Hay un secreto que los falsos líderes ocultan, o "no quieren que sepas", es que los moderados son mayoría; y analizandolo, la razón por la que este hecho se mantiene oculto es que el "ruido de los extremos" ha desalentado a la mayoría moderada de expresarse o de participar en el diálogo.

La gente que representa la moderación a menudo opta por callar, primero para evitar tener que soportar reacciones negativas, y segundo porque han llegado a creer que es inútil intentar razonar con los fanáticos.

Los menti-líderes han convencido a las personas de que: Las voces moderadas no cuentan; que el futuro se define exclusivamente en la disputa entre los extremos, y que la moderación se equipara con cobardía.

Sin embargo, la moderación no es una falta de convicciones, sino la convicción de que las instituciones democráticas y la democracia en sí misma están por encima de cualquier conveniencia o ideología. Ser moderado implica creer que el país "vale más que un partido o un "líder" y entender que "cuidar las reglas del juego es más urgente que ganar el partido".

Y recuerda que el secreto que estos apóstatas del liderazgo no quieren que sepas, o el "secreto no revelado", es que los moderados somos mayoría.



Esta nota habla de: