El deporte de la política argentina
El referente del colectivo La Juan Bautista, Luis Giachino, opina en esta nota sobre las traiciones en la política.
La prueba de los 110 metros con vallas se estableció definitivamente en 1888 por los franceses, adaptando la distancia de 120 yardas (unos 109,72 metros) usada en Gran Bretaña desde 1864, y se ha corrido en los Juegos Olímpicos desde 1896.
En Argentina se reglamentaba el deporte de la política en 2005 cuando un diputado electo por el macrismo, Lorenzo Borocotó, vota a los kirchneristas y da comienzo a esta disciplina deportiva oficial de la política nacional. El salto de banca y su versión más moderna el salto de partido. Pero por más que sea un hecho existente desde el origen de los tiempos, la popularidad se la dio el nuevo gladiador. Borocotización, se borocoteó, borocoteo, borocotear, borocoteado. El apellido se hizo verbo y adjetivo. La popularidad marcó el antes y el después.
Cabe señalar que en aquellas épocas, estás prácticas estaban mal vistas, y siempre cayó sobre los hombros de este legislador el peso de lo que en aquellos tiempos se le llamó traición. Traición a las ideas y traición al electorado.
Hoy el avance ha perfeccionado este deporte, no solamente ya no está mal visto, sino que, por el contrario, es tomado con algarabía. Si no me creen, basta con mirar a los legisladores y representantes partidarios del Pro, PJ, UCR, PL, PD, que están dando muestras acabadas de sus habilidades en este viejo deporte de la política .
Insisto, antes mal visto y ahora aplaudido. Algo así, como normalizar el dopping en el deporte, festejando los éxitos de aquellos que se inyectan sustancias prohibidas. Y se los reconociera como grandes campeones, por la gran virtud de usar la jeringa sin que deje moretones.
¿Qué cambió, por qué algo mal visto, hoy parece correcto?
Evidentemente todo se encierra en la palabra pragmatismo, hay que ser práctico y como decía el chueco Mazón, " la traición antes que el llano".
La falta de ideas, la falta de escrúpulos, la falta de ética y sobre todo las ganas de permanecer, hacen de todas estas prácticas, algo muy bien visto, hoy en día.
La democracia en su versión liberal, está a punto de desaparecer o transformarse. Ya nada será como era.
Los políticos tradicionales con su instinto de supervivencia, ven y presienten el peligro que acecha. Pero aún no entienden nada de lo que está pasando.
Ellos, los políticos, saben que tienen que moverse, solo eso y se mueven acompasados y en masa, al son de una música que desconocen y que para no pasar papelones, la bailan todos iguales .
Aún no entienden que estamos en "La era de los depredadores", y que ellos son la presa.
Sin siquiera pelear por su supervivencia, se entregan , dócilmente en manos del depredador, que viene por todos y que los va a devorar, a su tiempo y a su ritmo
¿Estamos ante una autocracia electiva?
¿Vamos a la conformación de un partido hegemónico?.
¿Javier Milei será el líder del PJ, de la UCR, del PRO y de LLA?.
¿Quedaran fuera de este armado los K de Kicillof, los radicales de Lousteau, la izquierda y el PRO de Rodríguez Larreta?
Ante esta amenaza, ¿qué pueden hacer los partidos y lo más importante, los miembros de esos partidos?.
Está teoría, aún está inconclusa. Por ahora, es solamente, una teoría.
Teoría que día a día, vemos , como las nuevas prácticas de la política, están dando lugar y facilidad, a que todo esto sea posible.
Para que esto suceda, no sin premeditación, se acuñó la frase, "tabula rasa", una especie de habeas corpus, una indulgencia plenaria o un perdón real, para todos aquellos, que como el hijo pródigo, vuelven a la casa del padre, entiendan su error y vuelvan a la luz. Porque ahí son perdonados y aceptados. No para sumar opiniones, sino solamente para que de rodillas y en silencio, acepten la voluntad del líder y sin cuestionar, sin pensar y sobre todo sin vergüenza, obedezcan a pies juntillas y besen el anillos del líder, cuando se le requiera. Porque hoy la fidelidad a la manada es más importante que a la verdad.
Una manada que cada vez, se parece más a un rebaño.