Una nueva oportunidad
Eso es lo que obtuvo el Gobierno, por una parte, para poder seguir desarrollando sus ideas.
Y por otro lado, nosotros los empresarios, vemos que tenemos la oportunidad de remontar la dura situación que atravesamos aplicando flexibilidad, creatividad, innovación y adaptación.
El presidente Javier Milei ha manifestado su intención de, ahora con un Congreso más favorable, poder implementar las reformas laborales e impositivas que prometió en su campaña.
Estas reformas han sido ampliamente demandadas por la UCIM con la convicción de que es difícil, en el marco de una economía recesiva como la actual, pero también en situaciones de "normalidad", afrontar juicios millonarios del ámbito laboral o destinar una gran proporción de los ingresos a impuestos, de los tres niveles.
Sabíamos que el festín fiscal no podía continuar. También sabíamos que los costos de tanta desprolijidad iban a ser altos y teníamos que pagarlos en algún momento. Estos dos años (poco tiempo para ordenar tanto descalabro) han sido bien duros, fundamentalmente para tantas pymes que sobreviven a una economía hoy, enfriada.
Pero también, sabemos que una inflación controlada, un estado equilibrado y un tipo de cambio sin grandes sobresaltos no son lo habitual en Argentina y sostenidos en el tiempo, van a impactar en la microeconomía y podrán, a un ritmo quizá más lento del demandado, repercutir en las empresas y los hogares de los argentinos.
No debemos olvidar que es muy necesario para avanzar ordenadamente que los responsables de conducir el país, antes de las reformas, consensúen un presupuesto nacional que ordenará aún más nuestro camino y permitirá ajustarnos a un plan.
Desde relevamientos que nos llegan a nivel nacional, vemos que la situación de las distintas actividades económicas puede explicarse con la metáfora de un péndulo. A algunas les va muy bien y a otras muy mal, pero se mantiene el espíritu de esperanza de recomposición para que el daño colateral. Se espera que se puedan normalizar las variables que tanto tiempo han estado desajustadas y que una vez por todas, se encamine la economía por el sendero del crecimiento y del desarrollo de nuevas y/o renovación de empresas exitosas.
Tenemos esperanzas de que nuestros dirigentes, ya con el apoyo manifiesto de la ciudadanía, respondan a demandas de una sociedad que quiere desarrollarse; faciliten la actividad económica y desplieguen medidas que fomenten la actividad económica. Ésta será la que, en definitiva, genere más puestos de trabajo y la riqueza que con trabajo y orden, con menos impuestos y sin exigencias exacerbadas de la legislación laboral, pueda promover una sociedad mejor.