El olor a boñiga kirchnerista invade a la Argentina
El análisis y la opinión del Dr. Eduardo Da Viá.
En realidad, la debacle comenzó mucho antes de estas elecciones de ayer, y fue cuando embelesados por un sutil perfume a yerba buena devenido de las primeras y acertadas medidas económicas adoptadas por Milei, con muy buen acatamiento por parte de la población que veía renovadas sus merecidas esperanzas de una vida mejor, se dieron dos factores desgraciados que nos llevaron en definitiva a la situación actual, muy grave por cierto y con mu
Por una parte, el Presidente cometió actos de soberbia, mal trato e intolerancia, propios de un estadista sin experiencia política y con un tremendo ego que le llevó a perder paulatinamente el reconocimiento internacional a sus logros económicos, y el de sus propios compatriotas que sufren la exageración de los merecidos recortes y ajustes. Insultó al periodismo y a la legislatura, dos poderosos sectores de la ciudadanía, con alguna razón, pero la suficiente para herir susceptibilidades injustamente
Tocó violentamente puntos muy sensibles, como el de los jubilados, que carecemos de posibilidades de defender nuestros derechos, como la tienen todos los gremios y sindicatos con su derecho a huelga y paro de actividades.
Destronó con justicia, pero con poco tacto a delincuentes peronistas dueños de búnkeres de poder y corrupción, lo cual había que hacer, pero no en forma tan apresurada; y los perjudicados no se resignaron a irse a sus casas y vivir de un trabajo decente y no de robar del erario público; todo lo contrario, con su habilidad conocida establecieron una valla de boñiga impidiendo por ejemplo la promulgación de la ley de Ficha Limpia, que por cierto no les convenía.
La valla de boñiga me recordó a la famosa línea Maginot y a semejanza de la hazaña de Hitler de pasarle por arriba, Milei creyó, infatuado, que iba a poder remedar la gesta del genocida, menospreciando el odio y la capacidad destructora de los kirchneristas, opositores fundamentalistas, sin importarles en absoluto si la medidas enviadas como proyectos de ley por el ejecutivo eran o no beneficiosas para el pueblo; simplemente no les convenían a los gestores de las leyes, y las destruyeron sin pudor y sin culpa.
Hoy se regodean en su propia inmundicia y resucitan a la alicaída jefa espiritual, la más delincuente de todos, que ya no se queja de la tobillera porque cree tener la sartén por el mango para freírlo a Milei que es su leitmotiv y la razón por la que soporta el oprobio de la cárcel, aun cuando sea en su propio domicilio.
A principios de año LLA tenía ganada las elecciones, pero el exitismo injustificado de su líder y su falta de la necesaria humildad ante lo notorio de sus logros fue generando una reacción de los peores que vieron la oportunidad única de volver al poder.
No sé si un radical cambio actitudinal por parte del Presidente pueda revertir esta funesta realidad.
Y no le echemos las culpas a terceros de extramuros, tales como el FMI o a la guerra de Ucrania o a la muerte de Bergoglio.
Somos todos argentinos, y como tales sabemos muy bien cómo se hacen las cosas mal para beneficios de unos pocos y para mal de la comunidad.
Preferimos la dádiva demagógica al trabajo productivo y responsable, la calumnia y la negación a la verdad, sobre todo cuando ésta duele. La adulación a la crítica necesaria y sanadora, porque el adulador puede eventualmente ser compensado con algún carguito inventado exprofeso, en tanto que el crítico corre riesgos hasta de vida en un país invadido por la violencia alimentada por el peronismo.
¿No opina Ud. lo mismo Dr. Alberto Nisman?
Yo no ruego, solo espero que la boñiga bonaerense no se expanda a todo el país, de nosotros depende, de la justa entre los argentinos que la revolean y de los que no pensamos igual y apelamos a la razón y a la mesura.