Perón ya ganó, aunque para un peronista no haya nada peor que otro peronista

Todo frente electoral tiene al menos un peronista al que exhibe como un talismán. En definitiva, los peronistas ya no solo se pelean dentro del "movimiento", como salvajemente lo demostraron en los años '70, sino que ahora se desafían desde todas partes.

Periodista y escritor, autor de una docena de libros de ensayo y literatura. En Twitter: @ConteGabriel

El peronismo está lleno de frases que, cual salmos, quienes se dicen acólitos de Juan Domingo Perón y su santoral, repiten constantemente, aunque cada vez con menos tino, ya que el paso del tiempo y los cambios generacionales van haciendo mella no solo en lo textual, sino en sus significados, interpretaciones y utilizaciones.

De hecho, no hay nada más religioso en la política argentina que el peronismo, que ha generado una fe en "el movimiento" que se muestra como irrefutable y sagrada. Igual que los sacerdotes, entre sus dirigentes rige el "haz lo que yo digo y no lo que yo hago".

En estas elecciones, una vez más todos los partidos han buscado contar con su "pata peronista". Y como peronistas hay para todos los gustos, todos tienen a quiénes mostrar.

Hay un peronismo que adhiere al comunismo chino y otro que prefiere ser parte del chavismo. Hay un peronismo que se llama ortodoxo y que abreva en Perón y Evita como si antes o después más nada hubiera sucedido en la humanidad. Y lo hay "republicano", un calificativo que evidencia la idea de que los otros peronismos no lo son. Inclusive, con solo repasar los acuerdos del cierre de listas de candidatos, peronismos republicanos también hay muchos y se cuelgan de tal caracterización para diferenciarse del kirchnerismo y quienes lo bancan, sean o no originarios en esa corriente que formalmente se llamó Justicialismo.

Pero como cada vez se evidencia con más fuerza que la sexta de las 20 "Verdades peronistas" se rebela contra sí misma -ya que la proliferación de contiendas entre quienes se reconocen como parte de ese colectivo fragmentado- ahora "para un peronista no hay nada peor que otro peronista".

Hay que sumarle a la cantidad que asoma por todas partes con un mismo génesis, los actos que buscan frenar el ímpetu propio de aquellos a los que se pretende dentro de un mismo esquema, y se rebelan. Como muestra, sirve el amague eticista del presidente Alberto Fernández al definir -como presidente formal de la estructura del PJ, además- que "quien es candidato no puede seguir siendo funcionario". Apuntaba a cuadrar a Agustín Rossi, pero no lo logró y está consiguiendo algo que en otros países, como Chile, sin ir demasiado lejos, es norma. Y ahora el fuego amigo amenaza con dejar una masacre de cargos entre los integrantes del gobierno.

Por supuesto que la palabra que no faltará nunca en sus mensajes es "unidad". Ya se les enseñó que "todos unidos triunfaremos" y la única idea que los une vendría siendo esa: triunfar. Todos buscan acceder al poder y para ello, hay que ganar, no importa si son cabeza de ratón o cola de león.

Como un dios, lo saben, están en todas partes y todos los invocan para integrarse a sus boletas, sean o no creyentes, ya que se asume que tener un peronista que se precie de tal en una nómina de candidatos no peronistas es a estas alturas un talismán que quieren portar hasta los antiperonistas, convencidos (o rendidos ya) de que oponerles peronistas a otros peronistas tiene el efecto de la criptonita con Superman.

Perón ya ganó, aunque para un peronista no haya nada peor que otro peronista

En definitiva, el legado de Perón es una sincretización bíblica: los suyos crecieron y se multiplicaron.

Así como la Biblia de la que se cuelgan religiosos buenos, malos y neutros por igual tiene conceptos de otros tiempos, demasiado metafóricos y de interpretación dual, o en desuso (como el artículo 115 de la Constitución de Mendoza que le prohibe al gobernador ser candidato al Senado), aquellas dos decenas de "verdades" doctrinarias del peronismo sufren el estrés a la que las someten sus intérpretes.

Complete cada quien, a continuación de cada uno, su actualidad o interpretación en la actualidad y con eso damos por cerrada esta nota:

1º) La verdadera democracia es aquella donde el gobierno hace lo que el pueblo quiere y defiende un solo interés: el del pueblo.

2º) El peronismo es esencialmente popular. Todo circulo político es antipopular y, por lo tanto, no peronista.

3º) El peronista trabaja para el MOVIMIENTO. El que en su nombre sirve a un circulo, o a un caudillo; lo es sólo de nombre.

4º) No existe para el peronismo más que una sola clase de hombres: los que trabajan.

5º) En la NUEVA ARGENTINA el trabajo es un derecho, y es un deber, porque es justo que cada uno produzca por lo menos lo que consume.

6º) Para un peronista no puede haber nada mejor que otro peronista.

7º) Ningún peronista debe sentirse más de lo que es ni menos de lo que debe ser. Cuando un peronista comienza a sentirse más de lo que es, empieza a convertirse en oligarca.

8º) En la acción política la escala de valores de todo peronista es la siguiente: Primero la Patria, después el Movimiento y luego los hombres.

9º) La política no es para nosotros un fin, sino solo el medio para el bien de la Patria, que es la felicidad de sus hijos y la grandeza nacional.

10º) Los dos brazos del peronismo son la justicia social y la ayuda social. Con ellos damos al pueblo un abrazo de justicia y amor.

11º) El peronismo anhela la unidad nacional y no la lucha. Desea héroes pero no mártires.

12º) En la NUEVA ARGENTINA los únicos privilegiados son los niños.

13º) Un gobierno sin doctrina es un cuerpo sin alma. Por eso el peronismo tiene una doctrina política, económica y social: el Justicialismo.

14º) El Justicialismo es una nueva filosofía de la vida, simple práctica, popular, profundamente cristiana y profundamente humanista.

15º) Como doctrina política, el Justicialismo realiza el equilibrio del derecho del individuo con el de la comunidad.

16º) Como doctrina económica, el Justicialismo realiza la economía social, poniendo el capital al servicio de la economía y ‚ésta al servicio del bienestar social.

17º) Como doctrina social el Justicialismo realiza la justicia social, que da a cada persona su derecho en función social.

18º) Queremos una Argentina socialmente Justa, económicamente Libre y políticamente Soberana.

19º) Constituimos un gobierno centralizado, un estado organizado y un pueblo libre.

20º) En esta tierra lo mejor que tenemos es el pueblo.

"No hay rótulos que califiquen a nuestra doctrina ni a nuestra ideología, somos lo que las Veinte Verdades Peronistas dicen". Juan Domingo Perón.


Esta nota habla de: