Arranca la COP27 con una difícil misión de concretar la reducción de emisiones

La conferencia anterior, en Glasgow, Reino Unido, en 2021, no estuvo a la altura de las expectativas en ninguno de los aspectos principales.

Una nueva Conferencia de las Partes (COP27) sobre el cambio climático comenzará mañana en la ciudad balnearia de Sharm el Sheij, Egipto, con el desafío de transformar en acción y en compromisos concretos las promesas de reducción de emisiones y de financiamiento de daños y pérdidas a los países en desarrollo.

La conferencia anterior, en Glasgow, Reino Unido, en 2021, no estuvo a la altura de las expectativas en ninguno de los aspectos principales.

Se esperaba un compromiso firme de los participantes para bajar a cero las emisiones de dióxido de carbono para 2050, una meta pensada para limitar el calentamiento global a entre 1,5º y 2º para fin de este siglo en relación a la era preindustrial, tal como se acordó en la icónica COP21 de París, en 2015.

Para ello era necesario reducir un 45% de las emisiones de aquí a 2030, con respecto a 2010. Sin embargo, los acuerdos firmados conducen a un aumento de la temperatura promedio de entre 2,4º y 2,6º, según un informe de la ONU publicado hace dos semanas.

Una reducción del 70% de las emisiones de gases haría crecer 2,7% el PBI de Argentina

El otro punto que quedó pendiente es el financiamiento de 100.000 millones de dólares anuales que los países desarrollados y por ende los que más contaminan se comprometieron a aportar para los países en desarrollo para mitigación y adaptación durante cinco años desde 2020.

Y en este punto hay dos problemas: por un lado, que el dinero para la conversión verde, que estaba previsto que se canalice a través de préstamos, subvenciones y transferencias directas, nunca llegó; y por el otro, que los países en vías de desarrollo quieren más bien un aporte para la creación de un fondo para "pérdidas y daños", un especie de seguro que compense a las naciones más vulnerables al clima por los daños causados por unas emisiones que no crearon.

En este punto, el papel en la COP27 de África y América Latina, el sur global, puede ser clave para presionar en ese sentido.

Sin embargo, mientras Egipto y los activistas climáticos esperan que sea la COP africana, es probable que la crisis energética que afecta a Europa por la guerra en Ucrania acapare la atención y las negociaciones.

Por otro lado, también hay una deuda pendiente en materia de mitigación, es decir las medidas que se pueden tomar para contrarrestar los impactos ambientales.

Mapas: las zonas que concentran los minerales claves para la transición energética

En la COP26, los firmantes del acuerdo se comprometieron a revisar sus compromisos todos los años, en lugar de cada cinco, como lo venían haciendo.

Sin embargo, apenas 24 de los 90 firmantes presentaron sus NDC nuevas o revisadas a tiempo para la COP27. Y está claro que para 2030 las emisiones serán mayores que las de 2010.

El último informe del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma ) señala que las políticas actualmente en vigor apuntan a un incremento de la temperatura de 2,8 ° a fines de siglo, mientras que la ejecución de los compromisos actuales reducirá únicamente este incremento en la temperatura a un máximo de 2,4 °C a 2,6 °C.

La COP27, que se celebrará entre el 6 y el 18 de noviembre, incluirá el lunes una reunión cumbre a la que asistirán unos 125 mandatarios del mundo, entre ellos el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y el de Brasil, Jair Bolsonaro.

El presidente electo de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, anunció que tiene intención de viajar, en respuesta a la invitación de la presidencia egipcia de la COP27, aunque no participará del foro de líderes, que queda reservado para los líderes en ejercicio.

Las ausencias más destacadas son la del presidente ruso, Vladimir Putin, y el chino, Xi Jinping, cuyos países son dos de los principales contaminadores del planeta, junto con Estados Unidos, la Unión Europea, India y Japón.

Esta nota habla de: