Las definiciones clave de Gabriel Boric en torno a su relación con el vecindario

El flamante presidente trasandino fijo dos posiciones fundamentales que definen lo que será su relación con los gobiernos de la región.

El nuevo presidente chileno, Gabriel Boric, el más joven de la historia del vecino país, dejó una serie de definiciones de lo que será su gestión al frente del gobierno trasandino y las reformas que pretende abordar. Pero además, fijó posición sobre lo que será su relación con los países de la región.

Mientras Alberto Fernández auguró una buena relación con la Argentina, el nuevo presidente aprovechó su primer discurso, pronunciado anoche en el Palacio de La Moneda, para dejar claros dos puntos que serán fundamentales.

El primero fue un trabajo conjunto en América Latina y el respeto permanente a los Derechos Humanos, sea del color que sea el gobierno que no los respete.

En cuanto al primer punto, dijo: "Son tantos los desafíos, la emergencia climática, los procesos migratorios, la globalización económica, la crisis energética, la violencia permanente contra las mujeres y disidencias. Tenemos que trabajar juntos con nuestros pueblos hermanos, como lo conversábamos hoy día con Presidentes de otros países. Nunca más mirarnos en menos, nunca más mirarnos con desconfianza, trabajemos juntos en América Latina para salir adelante juntos".

Sobre ese aspecto hay coincidencia que no apuntará a tener una mayor relación con gobiernos que durante la última administración no eran afines, como es el caso de la Argentina. En base a los invitados que tuvo en su asunción, entre los que se contó a la expresidenta brasileña Dilma Rousseff se entiende que habrá más cercanía con la izquierda que Piñera evitó en los últimos años, pero sin dejar de lado estrechar vínculos con administraciones como la de Lacalle Pou.

Sin embargo, quizás el punto que distanciará a Boric de varias administraciones regionales es su posición en cuanto a los regímenes que son más cuestionados en el continente.

"A todas estas dificultades se suma un contexto internacional marcado por la violencia en muchos lugares del mundo, y hoy también por la guerra. Y en esto quiero ser claro, Chile promoverá siempre el respeto de los Derechos Humanos, sin importar el color del gobierno que los vulnere", recalcó.

Boric ya se mostró crítico de Venezuela y Nicaragua, condenando las violaciones a los Derechos Humanos y cuestionando los procesos electorales que se realizan en esos países. Además, sumó a su gabinete como canciller a Antonia Urrejola, ex titular de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.

En ese sentido, por ejemplo, chocará -por ejemplo- con la administración de Alberto Fernández, la cual hasta ahora evitó condenas a estos países y mantuvo una postura de no intervención que es permanentemente cuestionada por su carácter selectivo.

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