Cómo China y Rusia se quedan con todo en el Mercosur y Latinoamérica
El análisis y los datos que volcó Juan Pablo Toro, director ejecutivo de AthenaLab, sobre los vínculos de América Latina con Europa, EEUU, China, Rusia e Irán.
Juan Pablo Toro es director ejecutivo de AthenaLab (Chile), alertó en un artículo de fondo publicado por la prestigiosa revista internacional Política Exterior, sobre el avance de Rusia y China, aunque también de Irán, sobre América Latina. En particular, dio cuenta del incremento de las relaciones que hacen dependiente al Mercosur de Pekín.
Todo, repasó que "en el caso de China, el comercio con la región ha pasado de 12.000 millones de dólares en 2000 a 445.000 millones en 2021, a los que se suman, entre 2005 y 2021, préstamos a países por por parte de los grandes bancos estatales chinos por valor de 139.000 millones".
Y advirtió que "la novedad ahora se encuentra en el hecho de trasladar esa vasta impronta económica al campo de la seguridad". En este sentido, sostuvo que "el 8 de junio de 2023, The Wall Street Journal informó de que Pekín planeaba abrir una base en Cuba para mejorar la capacidad de recolección de señales electrónicas provenientes de EEUU". Reportó que "tras las negativas iniciales, Washington acabó por reconocer que China opera este tipo de instalaciones de espionaje en la región desde hace años. La más conocida se encuentra en Neuquén, Argentina, una base del programa espacial chino operada por su ejército, la cual permite hacer seguimiento a satélites. A estas estaciones terrestres se añade la detección a principios de año de un globo aerostático de vigilancia sobre cielos de Colombia y Costa Rica".
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Toro indicó que "la construcción o ampliación de instalaciones portuarias parece ser otra área de mayor interés, ya que así se extiende por vía marítima la llamada Nueva Ruta de la Seda. En la actualidad, la compañía china Cosco está construyendo una gran terminal marítima en la localidad peruana de Chancay, a 50 kilómetros al norte de Lima. Además, existe la intención manifiesta de una empresa china de mejorar el puerto argentino de Ushuaia, Tierra del Fuego, una iniciativa que entusiasma al gobierno local, ya que también incluye la construcción de una generadora eléctrica y una planta petroquímica, pero que, por el momento, es rechazada en el resto del país. De llevarse a cabo, esas instalaciones facilitarían, además, futuras campañas antárticas".
El experto, subrayó que "se suma que Argentina, Brasil y Bolivia han logrado acuerdos, o están dando pasos agigantados, para agilizar las transacciones en monedas locales por renminbis, que empiezan así a volverse cada vez más abundantes en los bancos centrales. De replicarse el ejemplo y si los llamados swaps adquieren una envergadura mayor, podrían contribuir al debilitamiento de la hegemonía de dólar en la región. En Rusia, Bangladesh, Arabia Saudí, Pakistán, Irak y Tailandia ya se usa el renminbi como moneda alternativa al dólar".
"En Argentina -agregó Toro en Política Exterior- de concretarse la posible adquisición de aviones de combate JF-17, producidos entre Pakistán y China, que está estudiando el gobierno de Alberto Fernández, podría ser un golpe de efecto, puesto que por primera vez Pekín lograría introducir sistemas de armas de este nivel en América Latina, en un país además cuya reclamación territorial sobre las islas Malvinas incomoda a Reino Unido".
Agregó sobre esto: "Hasta ahora, China ha logrado más bien vender o transferir equipo policial, de vigilancia remota, aviones de entrenamiento, armas y municiones, pero nada similar a este caza multirrol de cuarta generación".
Dividir para reinar
Todo dio cuenta de que "toda esta renovada presencia de potencias extracontinentales en América Latina hace preguntarse sobre los propósitos últimos que están detrás de las recientes maniobras".
Y puntualizó:
- "En el caso de China, puede tener que ver más con un posicionamiento de tipo integral, de 360 grados, es decir, no solo de carácter económico, sino extendiéndose a los nuevos ámbitos de la seguridad y la logística, indispensables para ganar una mayor tracción geopolítica. Ciertamente, una práctica que se ha visto con anterioridad en África y el Sudeste Asiático".
- "El caso chino tiene sus bemoles. Su portafolio de relaciones con países latinoamericanos y del Caribe es diverso, y muchos consideran, y con razón, a Pekín un factor indispensable para su crecimiento... siempre y cuando persista su apetito por las materias primas y proyectos de infraestructura. Algo que no está asegurado por la ralentización de la economía china. Ahora bien, la experiencia comparada demuestra que las relaciones económicas con China no pueden separarse de las políticas, porque este país así lo concibe de manera consciente. Si el comportamiento diplomático de un socio comercial es percibido como antagónico por Pekín, se puede esperar una respuesta de tipo económico. En este sentido, el nuevo interés del país asiático en aspectos de seguridad y logística en la región habla por sí solo de vínculos que pueden tener potencialmente un mayor impacto".
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- "En The Wall Street Journal, el internacionalista Walter Russell Mead reconoció que 'desde Tijuana hasta Tierra del Fuego, los intereses estadounidenses están bajo amenaza en la medida en que virtualmente cada país en Latinoamérica sufre de un creciente y mayor descontento social, político y económico' y ante el hecho de que los 'lazos con China y Rusia están creciendo'.