Quién gobernará Alemania y por qué el verdadero sucesor de Merkel es italiano, "Súper Mario"
El puntal de la política exterior alemana sigue siendo la fidelidad "a una Europa fuerte" y las "buenas relaciones transatlánticas", indicó el socialdemócrata Olaf Scholz, sin cantar aún victoria. Su partido Socialdemócrata (SPD) fue la fuerza más votada, con un 25,7 %, y además subió 5,2 puntos respecto a 2017. Pero su ventaja es en términos porcentuales discreta, ya que el bloque conservador CDU-CSU, de Armin Laschet, se quedó en el 24,1 %.
El resultado electoral en Alemania ha alterado el tablero del país de mayor peso político y demográfico de Europa, al que compete ahora reflexionar sobre su liderazgo, tras el período vivido bajo el signo del consenso de una Ángela Merkel en retiro.
Pero el otro punto en análisis es quién será la voz de Europa. Esta vez, todo indica que no será alemán y mucho menos el sucesor en el mando tras Merkel, sino el italiano Mario Draghi.
El puntal de la política exterior alemana sigue siendo la fidelidad "a una Europa fuerte" y las "buenas relaciones transatlánticas", indicó el socialdemócrata Olaf Scholz, sin cantar aún victoria. Su partido Socialdemócrata (SPD) fue la fuerza más votada, con un 25,7 %, y además subió 5,2 puntos respecto a 2017. Pero su ventaja es en términos porcentuales discreta, ya que el bloque conservador CDU-CSU, de Armin Laschet, se quedó en el 24,1 %.
El adiós a Merkel y la expectativa por las elecciones de este domingo, en portadas europeas https://t.co/qTP1CMGCso pic.twitter.com/lKdaxuhYle
— Memo (@memodiario) September 27, 2021
Mientras Scholz lidera un partido en repentino ascenso, a Laschet le ocurre lo contrario. Su bloque cayó 8,9 puntos respecto a 2017, hasta quedar en un porcentaje inimaginable en la formación de Konrad Adenauer, Helmut Kohl o Merkel.
Ni de Scholz ni de Laschet se esperan giros respecto a las líneas maestras de la política exterior marcadas desde Adenauer. Sin embargo, sí se espera algo más de visión o ambición, tras el liderazgo de pasos cortos y consenso de Merkel.
Los resultados del SPD
Scholz representa el ascenso, tras dos décadas de ir de un récord a la baja. El candidato y aspirante a canciller evita todo signo triunfalista, inclusive después de una noche electoral que empezó en empate y acabó en despegue. Ello responde no solo a su carácter -se le suele tachar de aburrido-, sino a la prudencia adquirida, posiblemente, en sus cuatro años de vicecanciller junto a la cautelosa Merkel.
El SPD podía festejar su resultado en las generales, además de su victoria en las regionales celebradas también ayer en Berlín y en el "Land" de Mecklenburgo-Antepomerania (este). Scholz podría convertirse en el noveno canciller de la República Federal de Alemania (RFA), Berlín tendrá su primera alcaldesa, la socialdemócrata Franziska Giffey, y en el "land" del este fue reelegida con un 40 % su correligionaria Manuela Schweig. Pero el cambio de registro hacia la euforia aún deberá esperar.
Horas amargas conservadoras
Laschet arrastró a su partido al peor resultado de su historia, pero no todo puede atribuirse a la designación como candidato de un líder poco convincente. De la sucesión ordenada que quiso organizar Merkel al anunciar su retirada, en 2018, se pasó a un primer fracaso de la "elegida" -la leal Annegret Kramp-Karrenbauer, incapaz de ejercer como líder- y luego a una pelea de gallos entre sus alas centrista y derechista. La CSU bávara pasó de dudar de Laschet a aparentar que cerraba filas en torno al candidato, y Merkel pasó de querer mantenerse neutral a entrar en el último momento en campaña para evitar el hundimiento.
Resultados: quién gana en Alemania para suceder a Merkel
El año electoral alemán había empezado mal para la CDU en los "Länder" de Renania Palatinado y Baden-Württemberg. Laschet llevaba apenas dos meses al frente de la CDU.
Verdes y Liberales, ni tan lejos
El día después amaneció con Scholz y Laschet disputándose la cancillería, y los Verdes y el Partido Liberal (FDP) convertidos en piezas claves de ambos para lograrlo. De rivales, en tanto que respectivos aliados "naturales" del SPD o la CDU/CSU, pasaron a buscar caminos de acercamiento por cuenta propia. Los Verdes sacaron su máximo histórico -un 14,8 %-, pero por debajo de las expectativas de marzo, cuando los sondeos colocaron a Annalena Baerbock rumbo a la Cancillería.
Baerbock y el copresidente del partido, Robert Habeck, representan a la línea pragmática de los verdes. La ausencia del ala más izquierdista facilitará el diálogo con el partido apodado "de los sueldos altos", por su cercanía con el mundo empresarial.
La ultraderecha: estancada y peligrosa
La ultraderechista Alternativa para Alemania (AFD) quedó en un 10,3 %, dos puntos menos que en 2017, cuando se convirtieron en la primera fuerza de su espectro con escaños en el Bundestag. Están descartados como socios en cualquier coalición, pero este sigue siendo un partido efervescente en el este del país, en dos de cuyos estados -Turingia y Sajonia- defendieron su posición de primera fuerza, por encima del 20 %.
La izquierda salvada In extremis
El único partido que aceptó de forma totalmente sincera su derrota fue La Izquierda, que se habría quedado fuera del Parlamento con un 4,9 %, de no ser por las tres victorias de distritos que le dan acceso a la cámara, incluso quedando por debajo del mínimo del 5 %. "Es un golpe muy duro. Hubo factores externos, pero tenemos que replantearnos el futuro", afirmó Janine Wissler, candidata y líder del partido. Por "factores externos" se refería a la campaña desde la CDU/CSU contra un hipotético tripartito con SPD y Verdes, ya que Scholz no descartó lo que para los conservadores era "un peligroso componente postcomunista" al frente de la primera potencia europea.
Reacciones internacionales
"Alemania se va a enfrentar a algunos retos importantes en materia de política exterior que el nuevo gobierno tiene que asumir. La cuestión es quién va a sustituirla (a Merkel), y si esa persona tendrá el mismo carisma y capacidad que ella", afirmó Ben Schreer, de la oficina para Europa del Instituto Internacional de Estudios Estratégicos, a CNN.
Infografía: cuántos líderes mundiales vio pasar Angela Merkel en 16 años en el poder en Alemania
El legado que Angela Merkel deja en la escena internacional, al haber intentado mantener la cohesión entre los Estados miembro de la Unión Europea, enfrenta el reto de equilibrar las relaciones con Estados Unidos y China, al tiempo que resulta importante mantener lazos estrechos con Reino Unido, porque de lo contrario, los esfuerzos de unión entre la comunidad europea se vendrían abajo. "El Reino Unido sigue siendo un socio importante en términos estratégicos, y Alemania sabe que si dicho país no se compromete con el continente europeo, entonces dividirá a los europeos", agregó Schreer al portal de noticias estadounidense.
¿Súper Mario hablará por Europa?
La salida de Angela Merkel tras 16 años al frente de Alemania deja un vacío de poder en la Unión Europea que no le va a resultar fácil cubrir al nuevo canciller germano. A la espera de saber quién manda en Berlín, la figura del primer ministro italiano, Mario Draghi, gana enteros para asumir el liderazgo simbólico en Bruselas gracias al amplio respeto del que goza tanto en su país como en el resto de los Veintisiete, fruto de su anterior labor como presidente del Banco Central Europeo (BCE). Y es que Draghi «puede hacer mucho por toda Europa» tras la retirada de Merkel, como aseguró el ministro italiano de Asuntos Exteriores, Luigi Di Maio. Su colega de Fomento, Giancarlo Giorgetti, también se apresuró a destacar el «papel particular» que puede desempeñar ahora el expresidente del BCE y cómo «puede ayudar a escribir reglas más favorables a nuestro mundo».
En este nuevo escenario Italia espera ir de la mano de Francia, cuyo presidente, Emmanuel Macron, pretende igualmente redimensionar el peso de Berlín en la UE, así como evitar que lleve la voz cantante el bloque de países rigoristas liderados por el primer ministro de los Países Bajos, Mark Rutte. Para ello Roma y París podrían impulsar la política de defensa común, una necesidad que ha resultado más evidente que nunca con la atropellada retirada occidental de Afganistán. «Hay una coherencia de intereses en este campo entre Italia y Francia. París lideraría unas fuerzas armadas europeas, que le permitirían tener también un mayor peso político con el que contraponerse a la potencia financiera alemana en la Unión», explica Luigi Curini, profesor de Ciencia Política de la Universidad Estatal de Milán.
También en los círculos del poder galos se apuesta por una alianza entre Draghi y Macron para ocupar el hueco que deja Merkel. "Entramos en un terreno desconocido. Incluso después de que se logre un coalición de Gobierno y se elija un canciller, no es seguro que Alemania vaya a recuperar el peso específico conquistado por Merkel en la escena europea y mundial. En esta fase el liderazgo de la UE pasa a Macron y a Draghi, que guían dos países fundadores", comentó el exprimer ministro francés Manuel Valls, en una entrevista con 'La Repubblica'.
La derecha italiana quiere que Draghi sea presidente desde febrero
El partido de derecha italiano Liga, que integra el Gobierno, planteó su intención de que el actual primer ministro, Mario Draghi, pase a ser presidente de la República desde febrero, cuando vence el mandato de Sergio Mattarella.
"El interés del país es que Draghi vaya de inmediato al Quirinale", en referencia a la sede de la Presidencia, planteó el vicesecretario general de la Liga y ministro de Desarrollo Económico, Giancarlo Giorgetti, en una entrevista publicada este lunes por el diario La Stampa.
Giorgetti, influyente "número dos" del líder de la Liga, Matteo Salvini, se convirtió así en el primer referente de peso a nivel nacional que reclama que Draghi asuma la Presidencia una vez que en febrero termina el mandato de siete años que Mattarella no tiene intenciones de renovar, según ha expresado el mandatario en varias ocasiones.
Para Giorgetti, Draghi debería ser votado para la Presidencia italiana "y luego se tienen que hacer rápido nuevas elecciones para elegir un nuevo Premier".
Draghi, en su cargo desde febrero de este año, encabeza un Gobierno de amplia coalición en el que conviven expresiones de derecha como la Liga, partidos de centroderecha como Fuerza Italia de Silvio Berlusconi y fuerzas de centroizquierda como el Partido Democrático, entre otras.
Según Giorgetti, en enero los diversos partidos que integran la coalición de Gobierno se dedicarán a iniciar la campaña para las elecciones de marzo de 2023 y "dejarán de proteger a Draghi, que no soportará un año de campaña permanente".
La actual Legislatura italiana comenzó en marzo de 2018 por un período de cinco años, por lo que las nuevas elecciones deberían hacer en 2023, salvo decreto presidencial para anticiparlas.
Draghi, de 74 años, llegó al Gobierno italiano tras una larga carrera como economista que incluyó la presidencia del Banco Central Europeo entre 2011 y 2019.
Mattarella, de 80 años, fue elegido en 2015 para un primer mandato de siete años, que podrá renovar una vez, pero ya planteó varias veces que no buscará la reelección.