El Gobierno se acerca a los votos necesarios para aprobar el Presupuesto 2026 en diciembre
A veinte días del recambio legislativo, la Casa Rosada acelera negociaciones con gobernadores y bloques dialoguistas para asegurar la sanción del presupuesto y otras leyes estratégicas en sesiones extraordinarias.
Con el tramo final del año en marcha y la "mesa política" funcionando a pleno, el Gobierno se acerca a los apoyos necesarios para aprobar el Presupuesto 2026 en el Congreso durante las sesiones extraordinarias. En la Casa Rosada circula una mezcla de prudencia y confianza: quienes siguen de cerca las conversaciones coinciden en que la mayoría está al alcance.
Los encargados de negociar destacan que existe un acuerdo amplio sobre la necesidad de fijar cuanto antes el esquema de gastos e ingresos del año próximo. El objetivo del Ejecutivo es sancionar el presupuesto antes de que cierre 2025 y dejar ordenado el marco fiscal para la nueva etapa política.
Santilli y Adorni, en una negociación provincia por provincia
El ministro del Interior, Diego Santilli, concentra buena parte del trabajo territorial: su misión es sumar voluntades para el presupuesto y para el paquete de leyes "de segunda generación" que Javier Milei quiere aprobar en el verano. Cerca suyo admiten que hay un clima favorable, pero subrayan que todavía quedan negociaciones abiertas.
El jefe de Gabinete, Manuel Adorni, también juega un rol activo en la construcción de acuerdos. Ambos funcionarios continúan visitando provincias para asegurar compromisos. El viernes, Santilli obtuvo el respaldo de Gerardo Zamora en Santiago del Estero, y el martes viajará a Misiones para insistir con los cuatro diputados que responden a Carlos Rovira.
En paralelo, el presidente de Diputados, Martín Menem, y la senadora electa Patricia Bullrich conducen la estrategia parlamentaria del oficialismo, fortalecida por el crecimiento de La Libertad Avanza tras las elecciones del 26 de octubre.
Una arquitectura legislativa que se mueve
El Gobierno busca consolidar alianzas con bloques pequeños, legisladores provinciales e incluso sectores de la UCR. Ya sumó a referentes bullrichistas y a los radicales "peluca", y ahora avanza sobre diputados del MID, representantes de Tucumán, Salta, San Juan y Santa Fe. La idea es ampliar la base y evitar negociaciones voto a voto.
La relación con Misiones, sin embargo, quedó tensionada tras el decreto que quitó al INYM la facultad de fijar el precio de la yerba mate, una decisión que impacta de lleno en la economía provincial.
En Santiago del Estero, el acuerdo con Zamora era clave: el mandatario controla siete diputados y tres senadores. Lo mismo ocurre con Catamarca, donde el ofrecimiento de traspasar YMAD a la órbita provincial incentivó la salida de los cuatro diputados que respondían a Raúl Jalil del bloque de Unión por la Patria.
El oficialismo presiona para quebrar bloques y sumar apoyos
Mientras la UCR intenta ordenar su interna, el Gobierno apuesta a captar a los sectores más cercanos y presionar sobre los más críticos. Entre los radicales electos, al menos seis muestran sintonía con el Gobierno, mientras otros se mantienen en posiciones intermedias o opositoras.
En el peronismo, el Ejecutivo trabaja para desarticular resistencias y atraer a legisladores provinciales. El operativo está dirigido por Santilli y Adorni, bajo la supervisión de Karina Milei, que esta semana tomó las riendas de la mesa política.
Como parte de la negociación, el Gobierno incluyó en el temario de extraordinarias la reforma de la Ley de Glaciares, un viejo reclamo de provincias mineras. La movida apunta a seducir a San Juan, Mendoza, Salta, Jujuy y Catamarca, que suman 13 diputados y cuatro senadores.
Las cuentas que hace el Gobierno en ambas cámaras
Con estas incorporaciones, en la Casa Rosada calculan un universo cercano a 112 diputados proclives a acompañar. En Diputados, el oficialismo cree posible alcanzar alrededor de 120 votos, todavía nueve por debajo de la mayoría absoluta.
En el Senado, los 20 libertarios, unos diez radicales, cinco del Pro y algunos representantes provinciales también configuran un escenario favorable, aunque no garantizado.
El Pro, por su parte, atraviesa tensiones internas: el oficialismo ya se llevó a ocho de sus miembros, y el debate por la coparticipación de la Ciudad amenaza con nuevas fracturas. Cristian Ritondo intenta contener a su bloque para evitar más fugas.
Una votación que se definirá después del recambio
El Gobierno pretende iniciar el tratamiento del presupuesto apenas juren los nuevos legisladores. En Balcarce 50 mantienen el optimismo, aunque con cautela: "Primero asumen diputados y senadores; después se verá", dicen en un despacho clave.
La negociación continúa abierta, pero en la Casa Rosada creen que el número final llegará antes de fin de año.