Sin canciller, se cayó la elección de Alberto Fernández al frente de la CELAC

En pleno vuelo a México el excanciller Felipe Solá se enteró que había sido removido de su cargo y no asistió a la cumbre de la CELAC. En ausencia de algún representante de peso, Nicaragua tuvo un fuerte discurso con el país y no hubo consenso para que elegir la presidencia pro témpore.

La desprolijidad con la que se trató la salida de Felipe Solá de la Cancillería tuvo consecuencias y Argentina no pudo tomar la presidencia pro témpore de la Comunidad de los Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC).

El ahora excanciller venía trabajando para alcanzar el consenso que le permitiera a Alberto Fernández esta al frente de la organización, pero el impacto de la crisis interna y el enfrentamiento con el kirchnerismo terminó por truncar esa posibilidad.

De los 32 países, Argentina había alcanzado el apoyo de una mayoría casi absoluta con la sola excepción de Nicaragua. Enterado de la crisis argentina y de la ausencia de Alberto Fernández, Ortega envió a su canciller que en su intervención tuvo duras expresiones contra el país.

Denis Moncada acusó que la "Argentina se convirtió en instrumento del imperialismo norteamericano" y manifestó que "nuestra posición clara y firme es de no voto, de no respaldo a Argentina para la presidencia pro tempore de la CELAC porque se ha atrevido a interferir en nuestros asuntos haciendo política propia".

Después de ese discurso el canciller mexicano Marcelo Ebrard, anunció que no estaba en el orden del día "el consenso" para elegir al próximo presidente pro témpore de la CELAC.

La Argentina estuvo representada por Juan Carlos Valle Raleigh, subsecretario para América Latina, porque Felipe Solá se enteró que fue retirado de su cargo mientras estaba en vuelo hacia la cumbre. Por eso el excanciller decidió no asistir a las deliberaciones de la Celac y se sentó a escribir su renuncia.

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