Día decisivo en el Reino Unido: tres escenarios posibles

El análisis de las elecciones británicas, según la mirada de Tomy Helm y con el Brexit como gran tema pendiente, pero no el único. Y los datos centrales que la prensa europea enfoca en una jornada de nerviosismo.

Fueron cinco semanas de campaña electoral en el Reino Unido y hay tres posibles escenarios, identificados por el periodista Tomy Helm de The Guardian y que reproducimos a continuación:

1- Una mayoría conservadora

Los líderes de los partidos

El futuro previsible es que Johnson no tenga problemas para mantenerse en el número 10 de Downing Street, al menos hasta que estalle otra crisis por el Brexit, algo que podría producirse a finales del próximo año.

Jeremy Corbyn se marcharía casi con toda seguridad después de su segunda derrota frente a los tories en unas generales. La pregunta es cuándo. ¿Se quedará una breve temporada para permitir el "período de reflexión" que sugiere el secretario general de Unite [el segundo mayor sindicato del país], Len McCluskey? En algún momento antes del otoño se producirá una batalla de sucesión dentro del laborismo entre los candidatos corbinistas de la izquierda, los de la izquierda suave y los moderados.

Jo Swinson, la líder de los Lib Dems (Liberal Demócratas) también puede estar en problemas si no gana más escaños o si pierde alguno, aunque la mayoría de los afiliados piensa que se aferrará a su cargo siempre y cuando mantenga su propio escaño y evite un descalabro total.

El Brexit

Johnson conseguiría que el Parlamento le apruebe el acuerdo y el Reino Unido saldría de la UE el 31 de enero. No quiere decir que el cuento del Brexit termine ahí. El Reino Unido entraría entonces en un período de transición para firmar un acuerdo comercial con la UE y evitar el Brexit sin acuerdo a finales de 2020.

Johnson puede solicitar que la UE le prorrogue ese período mientras lo haga antes de finales de junio de 2020. Ya dijo que no lo solicitará bajo ninguna circunstancia pero los acuerdos comerciales suelen necesitar años y no meses para su negociación y ratificación. Otra crisis por el tema del Brexit podría darse muy pronto en un gobierno de Johnson, con el conocido debate sobre la necesidad de pedir o no una nueva prórroga y los riesgos de un Brexit sin acuerdo.

La economía, los impuestos y el gasto público

El fin de la austeridad es uno de los mensajes clave de la campaña conservadora. Los 'tories' de Johnson abrirán la billetera, con un aumento del gasto de 13.800 millones de libras (unos 16.000 millones de euros) prometido en 2021 para todos los ministerios por el responsable de Economía y Finanzas, Sajid Javid, y más dinero para los colegios, la policía y el Servicio Nacional de Salud (NHS, por sus siglas en inglés).

Johnson se ha comprometido a recortar la cuota de la Seguridad Social, los impuestos sobre propiedades no domésticas, los impuestos sobre la construcción y los impuestos sobre investigación y desarrollo. Pospusieron un recorte del 2% en el impuesto sobre sociedades para poder financiar el gasto adicional en el NHS, pero aún así, y según el Instituto de Estudios Fiscales, los números de los planes conservadores no cuadran.

El futuro de la Reino Unido

El Brexit ha reavivado el debate sobre la independencia de Escocia. Si los conservadores logran una mayoría para formar gobierno y el partido escocés anti-Brexit SNP consigue un buen resultado crecerá la presión para un segundo referéndum en Escocia. Su primera ministra, Nicola Sturgeon, dice que la oposición de su nación al Brexit ha reforzado los argumentos en favor de la independencia y que debe haber otro referéndum en 2020 o 2021.

El acuerdo del Brexit de Johnson, que establece una frontera entre Irlanda del Norte y el resto del Reino Unido, también ha llevado a los nacionalistas irlandeses a pedir un referéndum sobre la unificación del norte y el sur de la isla.

2- Un parlamento sin mayorías

Los líderes de los partidos

Si los conservadores no consiguen mayoría, Johnson cae pero no tiene por qué ser expulsado automáticamente. Si no renuncia, su cargo de primer ministro en funciones le otorga el derecho de ser el primero en buscar un gobierno en minoría, aunque haya otros partidos con más escaños.

Pero va a ser difícil encontrar socios que apoyen a Johnson. El norirlandés DUP (Partido Unionista Democrático) detesta su acuerdo del Brexit y los Lib Dems han declarado su intención de mantenerse lejos de los tories: quieren dar marcha atrás con el Brexit y todavía están recuperándose de la coalición que firmaron con el partido conservador entre 2010 y 2015.

Si los 'tories' no logran formar gobierno y el Partido Laborista sí, Johnson se va a ver en problemas. Los laboristas podrían asociarse con el SNP y acordar un segundo referéndum por la independencia de Escocia dentro de dos o más años. Por otro lado, los Lib Dems ya dijeron que no apoyarán un gobierno laborista dirigido por Corbyn, así que el líder laborista podría recibir presiones para dejar su cargo.

El Brexit

Lo más probable es que un parlamento sin mayorías interrumpa el plan de Johnson de abandonar la UE el 31 de enero y abra un camino para la permanencia del Reino Unido en la Unión. Sin mayoría y con la oposición del DUP, es difícil imaginar al parlamento ratificando su acuerdo del Brexit. Su única esperanza podría ser un segundo referéndum para su plan, con la permanencia en la UE como opción alternativa.

Si se forma un gobierno de minoría laborista, los laboristas, los Lib Dems y el SNP estarán a favor de un segundo referéndum para salir del atolladero actual, aunque los detalles sobre la pregunta a formular será objeto de una difícil negociación.

La economía, los impuestos y el gasto público

El dinero estará en el centro de la mesa durante las negociaciones de los partidos que acuerden un gobierno en minoría y es poco probable que los planes de gasto anunciados en campaña por conservadores y laboristas sobrevivan a una coalición. Tras las elecciones de 2017, el DUP hizo una dura negociación a cambio del apoyo a Theresa May sin entrar en el gobierno: obtuvo 1.000 millones de libras adicionales (unos 1.160 millones de euros) para Irlanda del Norte. Si los Lib Dems o el SNP apoyan un gobierno laborista, los dos van a exigir dinero.

El futuro de Reino Unido

Un parlamento sin mayorías puede hacer avanzar o retroceder la independencia de Escocia. La causa perderá fuelle si el estancamiento en el parlamento deriva en un segundo referéndum del Brexit y gana la opción de permanecer dentro de la UE. Pero si el SNP es determinante para un gobierno de minoría laborista, exigirá a cambio otro referéndum por la independencia escocesa. Jeremy Corbyn dijo que no apoyará ese referéndum durante al menos dos años, lo que deja abierta la puerta de convocarlo más adelante.

3- Mayoría laborista

Los líderes del partido

A menos que Corbyn decida pasar antes el mando, una victoria rotunda del Partido Laborista lo coloca en Downing Street como mínimo hasta las próximas elecciones generales en cinco años. En este escenario, casi no hay dudas de que Johnson deja el liderazgo 'tory' tras solo cinco meses como primer ministro y se desata una gran batalla por el futuro del partido conservador. Lo que pase con Swinson dependerá de sus resultados, pero a los Lib Dems les costará digerir haber contribuido al gobierno de Corbyn si tienen un mal desempeño electoral.

El Brexit

Los laboristas intentarán renegociar con Bruselas su acuerdo del Brexit y ratificarlo en un nuevo referéndum que contemple la opción de seguir dentro de la Unión Europea. Corbyn ha dicho que no hará campaña por ninguna de las opciones pero es probable que los miembros de su equipo de gobierno tengan libertad para respaldar el resultado que prefieran. Los expertos creen que el Partido Laborista tendrá dificultades para meter dentro del plazo de seis meses la negociación de un nuevo acuerdo y el referéndum pero si llegan el poder no les va a preocupar demasiado estirar esos tiempos. La promesa laborista es que el resultado de un segundo referéndum será jurídicamente vinculante. Es decir, que el Parlamento estará obligado a implementarlo.

La economía, los impuestos y el gasto público

El Partido Laborista ha prometido "reescribir las reglas de la economía" con grandes inversiones en servicios públicos. Para pagarlas proponen subir los impuestos a los más ricos: la tasa del IRPF para las personas con ingresos superiores a 125.000 libras (unos 145.000 euros) será de 50% y el umbral para pagar el 45% pasa de 150.000 a 80.000 libras (unos 93.000 euros).

Los laboristas también estatizarán el agua, las eléctricas, el servicio de correos y los trenes. Seun el Instituto de Estudios Fiscales, es "muy probable" que el Partido Laborista aumente los impuestos por encima de lo anunciado para financiar su propuesta de subir el gasto público en 80.000 millones de libras esterlinas (unos 93.000 millones de euros).

El futuro de Reino Unido

Si los votantes siguen eligiendo el Brexit en un segundo referéndum convocado por el gobierno laborista, se mantendrán las presiones para celebrar otro pleibiscito por la independencia de Escocia. Pero si el deseo de la mayoría es permanecer en la UE, esas presiones podrían disminuir en un primer momento.

Las tensiones inducidas por el Brexit en la isla de Irlanda, con el renovado clamor de los nacionalistas por la unificación del norte y el sur, también deberían reducirse si el Partido Laborista llega a un acuerdo del Brexit que no incluya una aduana entre Irlanda del Norte y el resto del Reino Unido, o si el resultado del segundo referéndum es permanecer en la Unión Europea.

Los mercados

En tanto, en otro análisis, la City de Londres afronta las elecciones británicas como un arma de doble filo. 

- Por un lado, teme un Gobierno del laborista Jeremy Corbyn que pueda adoptar medidas "antiempresariales", pero al mismo tiempo recela del Brexit duro (sin acuerdo con la Unión Europea) al que puede conducir el líder conservador Boris Johnson.

- Lo que los mercados financieros y las empresas tienen claro es que los comicios de este 12 de diciembre están llamados a marcar el inicio de una nueva etapa para la economía del Reino Unido.

- Su resultado determinará tanto las condiciones de la salida del país de la Unión Europea (UE) como un posible cambio en el tamaño y la forma del Estado tras una década de austeridad.

Lucha por circunscripciones clave

Día decisivo en el Reino Unido: tres escenarios posibles

Rowena Mason en The Guardian, analizó un núcleo central que fue objeto de análisis en la campaña previa y que le da un toque especial a las elecciones de hoy. Diferencia esta elección con la anterior porque, dice, la campaña fue distinta para los conservadores, que se sienten más confiados.

En el cuartel general de los tories hay otras caras, otro ambiente y otras tácticas, pero algunos de los candidatos del partido temen que la estrategia geográfica siga siendo la misma. A pesar de todos los intentos de evitar los errores y suposiciones de 2017, la campaña de Johnson se dirige a los mismos votantes de Gales y el norte de Inglaterra que May no consiguió atraer lo suficiente.

Johnson ha visitado la jurisdicción de algunos diputados conservadores cuyo escaño corre peligro, como el de Iain Duncan Smith, Chingford, pero sus escaños objetivo son Bishop Auckland, Darlington, Workington y Wrexham, que no han sido tories en la mayor parte del siglo (si es que alguna vez lo fueron). El distrito marcadamente pro-Brexit de Grimsby, donde Johnson estuvo un par de horas el lunes, no es una excepción.

En la última década han pasado por Grimsby unos cuantos políticos de derechas tratando de seducir a sus votantes euroescépticos. David Cameron llegó en 2010 diciendo que iba "a por todas" en su búsqueda de la victoria y Nigel Farage anduvo por allí en 2015 junto a un desconcertado Joey Essex, convirtiéndolo en una batalla a tres bandas (Farage formaba parte entonces del Ukip).

Theresa May estuvo a punto de visitar Grimsby en 2017, pero le dijeron que Scunthorpe era más fácil de ganar y cambió de idea. Volvió más tarde con su discurso de apertura de principios de año para pedir el apoyo de los diputados a su acuerdo del Brexit. Pero el Gran Grimsby ha permanecido decididamente laborista desde 1935.

En el mercado de Grimsby, algunos vendedores de pescado sugieren que el escaño laborista podría estar derivando hacia los conservadores. Adam Leggett, un mayorista de pescado de 39 años, dice que por lo general no vota, pero que esta vez apoyará a Johnson. "Boris parece un tipo normal de la clase trabajadora, tendrá mi voto", dice. No le preocupa el pasado del primer ministro. "Como usted dice, fue a Eton. Pero, ¿hay algún primer ministro que no haya asistido a la 'Public School' [el grupo de escuelas privadas más caras, antiguas y exclusivas del Reino Unido]? ¿No son todos de los privilegiados?".

Su opinión no es compartida por todos los vendedores. Uno de ellos abuchea al primer ministro mientras Johnson hace como que subasta algunos peces para las cámaras. Otro dice que no votará a los conservadores, pero que "no puede votar por Corbyn" pese a ser votante laborista. Se llama Rob Miall, está en el negocio de los mariscos y piensa votar a los Lib Dems (Liberales Demócratas) aunque tenga diferencias con ellos por el Brexit.

Con opiniones tan variadas, los candidatos conservadores siguen intranquilos. Tienen muy presente el falso optimismo de 2017 y los miedos infundados de diputados laboristas que temían perder sus escaños y terminaron con mayorías más holgadas. Perciben una fuerte oposición a Corbyn, pero eso no se traduce obligatoriamente en cariño o afecto por Johnson.

Un candidato conservador que está tratando de arrebatar a los laboristas un escaño del nordeste dijo sentir la cercanía de una oportunidad, especialmente por la expectativa de que los votantes laboristas se queden en casa el día de las elecciones: "Nuestra participación debería subir, pero la de los laboristas va a bajar más de lo que va a subir la nuestra, va a estar muy reñido".

El tory Robert Hayward, experto en encuestas, tampoco se atreve a dar por sentada la transformación de escaños históricamente laboristas en escaños conservadores. "Lo importante en estas circunscripciones es entender que la última vez se alejaron mucho de la norma, ¿volverán a alejarse o se mantendrán algo más estáticas y permitirán que otras se pongan al día?".

La focalización geográfica no es el único punto en común con las elecciones de 2017. Los estrategas conservadores son conscientes de las vulnerabilidades de Johnson: su propensión a salirse del guión y la manera en que divide al electorado. Pero al parecer lo consideran el mejor activo del partido y siguen aferrándose a aquello que se decía antes del Brexit de Johnson: es capaz de llegar a lugares que otros políticos no alcanzan.

Esta nota habla de: